Capítulo II

3101 Palabras
Otra vez aquella sensación de incertidumbre  en su pecho, una perfecta mezcla entre nostalgia y tristeza...Otra vez estaba sumergida en esta inmensa marea de emociones incomprensible tras del sueño fugaz de esa noche...   ¿Qué es correcto seguir la razón o el corazón? Uno de los peores conflictos en su ser…   Ella está realmente hecha un completo caos entre sus pensamientos vagando en un sinfín de momentos y lugares irreconocible, sin ninguna clase de orden cronológica en específica, todo en una secuencia de elementos sin sentido que estaban  acarreando un estado de confusión existencial. April llevó ambas manos a su cabeza por el repentino dolor  yaciente en la parte posterior, provocando que los libros de las siguientes clases que cargaba en sus manos; cayeran en mitad del pasillo, los cuales generaron un sonido seco sobre la superficie del suelo.   Y lo peor es que no hay nadie por allí o eso pensaba porque había alguien que llevaba rato observándola desde lejos…   Inconscientemente la joven apoyó la espalda contra los casilleros tratando de aguantar aquel ataque repentino que le dio; hasta había cerrado sus parpados con fuerza, resistiendo lo más que pudo para no colapsar de repente sin ningún motivo. No obstante, sintió de manera inesperada sobre sus pálidas mejillas, un cálido tacto abrazador; el cual atrajo en su interior una imprevisible mezcla de calma junto a una sensación extrañamente familiar. ¿Quién ha sido aquel ser que se atrevió a tomarle el rostro sin su consentimiento? April abrió de manera rápida sus ojos azules encontrándose con un par de esmeraldas que le observaban  fijamente, aunque en su iris se podía notar aquel  toque de preocupación en aumento. Un nuevo efecto de  sequedad se apodero de su garganta al darse cuenta que, justo allí, frente suyo  a solo unos pocos centímetros de distancia entre ambos, estaba él.   Demián smitt, el chico nuevo.   Un silencio se adueñó  entre los dos acarreado por la situación, mientras que el sonido de las voces en las clases resonaba de fondo, ella sabía perfectamente que iba tarde, demasiado a decir verdad, y que posiblemente no la dejarían entrar, pero tenía presente el hecho que llegó después de la hora, debido a que el transporte se demoró en llegar al instituto esa mañana, siendo esa la posible razón de que la dejarán afuera del aula hasta la siguiente.   Una jugada muy interesante del destino… Aunque la verdadera pregunta que se estaba desde hace rato formulando en la cabeza de la rubia  era la subsiguiente… ¿Él que hace fuera de clase? O ¿Es que acaso él la estaba vigilando?   —¿Te encuentras bien, señorita? —la voz preocupada de Demián, la saco del trance que se encontraba.   April ni siquiera se había dado cuenta en qué momento se le quedo mirando tan fijamente detallando cada parte de su hermoso rostro. Sin embargo, ella subió de forma lenta y calmada ambas palmas de sus manos para remover las de él, que aún estaban puestas sobre los pómulos de ella, estaba un tanto sorprendida por la forma en que  el susodicho se ha referido a su persona.   Un pronombre personal muy anticuado en esos tiempo modernos… Era como si por un segundo estuvieran en una época antigua…   —Sí—tartamudeo por lo bajo la chica.   La rubia se percató de que sus libros aún seguían tirados en el suelo, así que se alejó unos cuantos metros del castaño, tratando de disimular como primer punto y que no notará que ella estaba realmente nerviosa. Por lo cual, se inclinó para poder recoger sus apuntes pero lo que no se esperaba era que la otra persona fuera más rápida para tomar los libros entre sus manos.   —Eres muy despistada, April—habló el chico tranquilamente con ese acento extranjero.   Por un momento ella sintió como su corazón se acelerarse como un demente en su pecho, su rostro se ruborizó solo con escuchar aquellas palabras, no entendía si era porque le había dicho despistada o porque realmente su voz le comenzaba a encantar desde lo más profundo de su subconsciente; es que de cierta manera le estaba costando mucho estar en aquella situación, dado que había algo en el ser de él que le llamaba a gritos con tanta desesperación y necesidad.   Pero… ¿Por qué con esa intensidad?    April observó como el chico le extendía el libro con una minúscula pero divertida sonrisa juguetona entre sus labios, era como si estuviera entretenido por el estado anímico de ella o tal vez por lo que él comenzaba a despertar en la joven; con tan solo pequeños detalles o en este caso palabras. Pero ella estaba clara en una cosa y esa era el hecho de que todo alrededor del chico era un misterio, hasta podía decir con certeza que su llegada repentina al instituto a mitad del año no era normal.   Ella iba a descubrir el secreto que oculta Demián cueste lo que le cueste.   Sin embargo, el timbre retumbó por el instituto, dando por terminadas el primer bloque de las clases, la joven  Williams dio un mínimo brinco en su lugar, debido al sobresalto repentino. Observó una vez más al castaño que aún mantenía sus manos extendidas con los libros cargándolos; para morderse el labio inferior por inercia. Ella sabía que faltaba poco para que los pasillos se inundaran de adolescentes por el cambio de horario, así que recibió entre sus manos los libros, cuando lo sujeto por un momento rozo sus delgados dedos con los de él, sintiendo como una pequeña electricidad recorrió todo su cuerpo por el tacto cálido, mientras que una manada de elefante pisoteaban su pobre estómago.   ¿Qué fue eso que acaba de sentir?   Por su mente comenzaron a pasar miles de pensamientos, buscando alguna clase de explicación lógica que le ayude a entender lo ocurrido pero solo lograba enredarse más en su tormenta interna, aunque si recordó con mayor intensidad  las palabras que le había dicho el día anterior el chico, la cuales, ha sido la causa de su insomnio nocturno y otro motivo más de su llegada tardía esa mañana al instituto.   —Nos vemos más tarde, April—se despido Demián, dejando salir una risa traviesa que le trajo una vez más a la realidad.   La chica ladeo la cabeza sin siquiera responder la despedida de su misterioso compañero, estaba realmente confundida en cada uno de los aspectos emocionales de su ser. Los adolescentes comenzaron a caminar de aquí para allá en los pasillos, ella ni se movió parecía una estatua, allí de pie mirando en la dirección donde se ha ido Demián.   ¿Qué era lo que pasaba realmente? (…) Un  fuerte golpe se oyó por todo el aula, todo debido al impacto de un libro contra la superficie de la madera.   —Señorita  April, pone atención a la clase o le saco al pasillo—la voz molesta de la profesora fue lo único que se oía por todo el salón.   Murmullos entre los estudiantes se escucharon seguidos de aquel grito.   La Williams dio un sobresalto en su silla, no supo en que segundo se quedó mirando hacia la nada sin prestarle atención a la clase de biología en la que se encontraba presente, automáticamente bajo la mirada sobre el libro que tenía abierto en su escritorio, para seguir de manera efímera la lectura de la profesora secuencialmente. Ella se había concentrado tanto que no se percató de la indiscreta mirada que le sostenía Demián puesta desde que inicio la clase.   —Joven Smitt, por favor continúe el siguiente párrafo—indico la adulta parando con la explicación del siguiente ejercicio.   April llevo de inmediato su mirada hacía el mencionado, encontrándose con los ojos verdoso del chico solo por unos minutos porque él bajo la vista al libro abierto en su escritorio.   —Todas las células contienen información genética. Todos los seres vivos deben tener información genética que proporciona las instrucciones para las actividades celulares—leyó  de manera calmada y pausada el chico sin darle mucha importancia a lo dicho.   Falta sólo diez minutos para que acabara la clase.   —Al final del curso en parejas realizarán un ensayo—Informó la profesora Richards, cerrando el libro, a la vez que se dirige a los alumnos—Me tome el atrevimiento de crearlas yo misma—Agregó, leyendo en una pequeña agenda los nombres.   De la nada los nervios la atacaron, ella odiaba los trabajos en parejas, la mayoría del tiempo era la que terminaba haciendo todo, aparte de que las personas que le tocaban siempre le dejaban todo el peso de la actividad encima, y no solo eso sino que  le trataban mal por ser la rara del salón junto a su mejor amiga Liliana.   Cada uno de los nombres resonó en el lugar al ser ordenados por la adulta en parejas.   —April Williams, usted va con el señor Smitt—habló la mujer, justo cuando el timbre sonó anunciando el fin de las clases en el bloque de la mañana.   April soltó un largo suspiro que había retenido desde que escucho su nombre por parte de la maestra.   ¿A ella le toco con el chico misterioso?   Volteo de inmediato su mirada a él que  se comenzó a acercarse con su mochila colgada en un solo hombro, hasta juraría que se parecía a un fuckboy como los que hay en el grupo de futbol americano del instituto.   ¿Él se estaba acercando a ella?   —Nos pondremos en contacto para la realización del trabajo—mencionó la rubia, mientras guardaba los libros en el bolso.   April estaba tratando de salir lo antes posible realmente los nervios están haciendo estragos en su interior, era como si muy en el fondo sintiera que el destino está tramando algo con ella pero al menos tenía un punto a su favor al pasar tiempo con él podría conocerlo mejor y no lo iba a desaprovechar.   Descubrir el enigma que engloba todo alrededor en Demián era su misión a de ahora en adelante…   La rubia sin perder más tiempo comenzó a guardar sus pertenecías en el bolso, sabía que él ya estaba frente suyo una vez más, pero por alguna razón no quería darle la cara; puesto que aún no sabía con exactitud el motivo de su nerviosismo cuando lo tenía tan cerca.   —Nos pondremos en contacto para la realización del trabajo—aclaro la chica, mientras que terminaba de guardar los libros en la mochila.   —Está bien, pero al menos mírame al rostro mientras me hablas—dijo el castaño en un tono burlón.   Ella simplemente se mordió el labio inferior antes de salir literalmente huyendo del salón casi vacío.   (…) Biblioteca 1-B April se acercó a pasos moderados hacía el estante llenos de libros, extendió su mano arriba de su cabeza, tratando de alcanzar la parte más alta de la biblioteca, estaba en búsqueda  de un libro en específico para su tarea de química, pero al darse cuenta que no llegaba tuvo que estirar su cuerpo, hasta quedar sobre las puntas de sus pies, y de esta manera sujetar el libro por el lomo con su mano derecha, volviendo a su posición inicial para darle un fuerte soplido quitando al instante la ligera capa de polvo acumulado recientemente en la pasta del libro.   Ella ojeo página tras página, mientras que caminaba hacía su asiento.   —De verdad que si eres difícil de encontrar…—susurró una voz masculina justo detrás de ojiazul.   ¿Ella era difícil de encontrar? Pero a que se refería si, estaba segura que a él no lo conocía de ningún lado…   El libro que tenía entre las manos la adolescente fue a dar al suelo, provocado por el repentino susto, puesto que  realmente no se esperaba la llegada del castaño. Perspicazmente, trato de disolver la situación al inclinarse y recoger el libro, para de esta manera  caminar apretando los labios, a tal, punto que quedaban como un pequeño hilo, gesto que April hace cada vez que está nerviosa… ¿Pero como no estarlo?... Cuando detrás de ella escuchaba las claras pisadas de él, siguiéndole de cerca, demasiado a decir verdad.   Sin embargo, cualquiera se podría creer eso, pero él no, sabía perfectamente cómo se sentía la chica por causa de su presencia, por eso de sus labios salió una suave y melodiosa risa traviesa por  la situación; era como un pequeño juego para Demián aunque no podía negar que está ciertamente sorprendido.   Él no esperaba tan pronto el despertar en ella, lo único que deseaba era el que le recordará…      April giró sobre sus propios talones, le fue imposible no hacer un puchero, un tanto, infantil por la reacción de él.   ¿Acaso se estaba burlando de ella? ¿Qué era tan gracioso para él?   —¿Por qué te ríes?— le preguntó la rubia en un pequeño susurró.   La ojiazul, se acercó un par de pasos más al chico misterioso como queriéndole encarar, pero fue un gran error de su parte, dado que quedó completamente cautivada en los profundos ojos color esmeraldas de él, su cuerpo estaba a punto de tener un colapsó, las famosas mariposas revoloteando en su estómago aparecieron con mayor intensidad en ese momento, más cuando el perfume varonil del castaño inundó sus fosas nasales.   ¿Qué es esto que está sintiendo?   La risa del Smitt paró de inmediato, para dedicarse a detallar cada rasgo del precioso rostro de ella, él juraría que en ese segundo  su corazón comenzó a latir desembozadamente en medio de la  desesperación, cada parte de su cuerpo percibe aquellos sentimientos desencadenados de la rubia, era imposible para Demián no caer rendido ante el encanto perfecto de ella, logrando estar seguro de una cosa y era el hecho que caería rendido ante el amor pretérito…   Pero… ¿cómo no caer?, si esa chica despistada es aquella que estaba buscando desde hace mucho tiempo…   —Te estuve buscando por mucho, señorita—susurró, levantando su mano hasta la altura del rostro de ella para tocarle con la punta de sus dedos la mejilla.   Demián dejo a su paso una suave caricia en el pómulo de ella, tal cual, como si fuera de porcelana frágil mientras que April estaba sumida en un pequeño trance inducido por la profunda mirada verdosa de él, era como si la transportará a otra realidad una donde todo ese dolor en su alma desaparece y encuentra por fin la paz que pide a gritos su ser.   La Williams, sintió el cálido tacto en su mejilla, un suspiro involuntario abandono sus labios mientras un temblor corporal se expandió como pólvora por su cuerpo, sin mencionar el aumento de su ritmo cardíaco, ella jamás se había sentido de tal manera, ni siquiera sabía el motivo por el cual estaba en ese estado, hasta juraría  que podría llegar hacer cualquier cosa por él, pero al mismo tiempo estaba tan asustada de no saber.   ¿De dónde vienen esos sentimientos, si apenas lo conocía? Era completamente ilógico para ella el sentirse como una tonta enamorada.   April inconscientemente bajo su mirada, a los labios rosados y delgados de él, siento por primera vez aquel anheló de probarlo, como si se tratará de la manzana prohibida, siendo ella quien cortó poco a poco esa distancia existente entre ambos para que solo faltando escasos centímetros en unir sus labios con los de él en deseado beso.   ¿Por qué estaba siendo tan atrevida, si ella no era así?   Por otra parte, Demián fue el encargado de disminuir aquella distancia, esa ansiedad de necesita era envolvente en ambos, sus labios  rozaron con los cálidos labios de la ojiazul, él escucho el golpeteo del corazón acelerado de ella, causando que se volviera un estimulante para él, con tan solo saber que es el causante de ese estado.   Sin embargo, ese fugaz beso no llegó.   April se alejó de un movimiento brusca, algo en su interior le incitó a separarse, mordiendo su labio inferior, acabando de dañar, tal vez, el mejor momento de su vida por sus inseguridades yaciente en lo más profundo de su ser pero era un hecho que no debía dejar que eso pasará porque simplemente no era el momento indicado si apenas lo estaba conociendo.   —Lamento incomodarte, lo mejor será que me vaya— susurró el castaño, claramente sabiendo las emociones que estaba sintiendo la chica a su lado.   El joven Smitt, giró sobre sus talones, estando dispuesto a marcharse, y pensar con claridad lo que por poco estaba por suceder, sabía el enorme problema en que se encontraba pero también está dispuesto a luchar para que no vuelva a pasar lo mismo una y otra vez sin retorno atrás, pero él...   Casi la besa.   La rubia tuvo que  reaccionar rápido,  levantando su mano en dirección a él, para alcanzar con sus dedos y  halar de la parte trasera de la camisa negra que llevaba él, con la intensión de detenerlo. Siendo solo cuestión de segundos, para que ella se arrojará encima de Demián,  enrollando sus brazos en el abdomen muy bien marcados del chico y apoyar su cabeza en la espalda de él, justo igual a el sueño que tuvo la noche anterior, donde abrazaba al enigmático hombre de sus fantasías astrales.   Demián no dio ni un paso más, se había quedado estático en su lugar.   —Por favor, no te vayas quédate conmigo— susurro, ocultando su rostro con ambas mejillas enrojecidas.   ¿Por qué acababa de decir esas palabras con tanta necesidad?   —Yo jamás te dejaré sola, te lo prometo, April—murmuró como una promesa, a la vez que inclinaba su cabeza hacia adelante.   Ella sintió como algo en su interior despertaba con una vivaz calidez, creciendo como un fuego que no se puede apagar, pero no era como ese tipo de calor sofocante sino completamente diferente, él acaba de desembocar aquella marea interna de sentimientos tan confusos e irreales, yaciente en lo profundo de su corazón, que solo generaba más enredos en su ser…   Demián en toda su existencia jamás pensó en volver a estar en esta misma situación, para él, ella estaba igualita a la primera vez que la vio, era definitivo, daría todo por estar con ella y ganar por completo su corazón en esta vida justo como lo había hecho en el pasado, aunque estuviera en contra de las leyes del lugar de donde venía.   Él ya había escrito su propio destino…   Continuará… 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR