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703 Palabras
Interacción
Una joven de rasgos latinos entró vestida con un traje de oficina sencillo y saludó a los presentes con educación.
- Mi nombre es Lola Flores y postulo para el cargo de asistente para el señor Carmichael. - le dijo sentándose en la silla que le había indicado Rin.
La joven miraba a Andreas con una sonrisa y poco a poco fue contestando las preguntas que Rin y Andreas le hacían mientras Seth observaba en silencio la interacción. Cuando terminaron, Rin tosió y pareció buscar algo en su bolso, pero la joven no se inmutó y eso le molestó a Andreas. Independiente de que el cargo fuera uno de los más duros para cualquiera que quisiera trabajar en la industria del entretenimiento ya que a veces las celebridades eran molestas y ególatras, había normas de educación con las que Carmichael no transaba.
- Es todo, Señorita Flores. - le dijo Seth dando por terminada la entrevista - Nos comunicaremos con usted en breve.
- Gracias. - les dijo con una sonrisa cuando Rin la acompañó al ascensor e informó al equipo de seguridad que iba bajando y que se retiraba del edificio.
Cuando caminaba hacia la oficina, se detuvo cerca de la segunda joven y le indicó que la siguiera.
- Soy Seirén Niniadis, encantada de conocerlos. - les dijo antes de sentarse en la silla.
La joven de cabello rubio firmemente amarrado en una coleta los miró con atención tras sus grandes lentes. Vestía un pantalón de tela sencillo y una blusa azul algo desgastada, pero limpia y elegante. No llevaba joyas ni exceso de maquillaje. Parecía de unos diecinueve años.
- Comenzaremos con la entrevista Señorita Niniadis. - le dijo Rin - Le haremos preguntas laborales y algunas de tema general.
- Claro, no hay problema...
A medida que iban avanzando y la joven respondía a sus preguntas, la voz suave y tranquila de la joven, relajó al tenso Andreas quien bostezó sin darse cuenta.
- ¿Te estamos aburriendo, Carmichael? - le preguntó Seth y el guía tuvo que pestañear varias veces para despejarse.
- No, no, perdón, señorita Nonidis... - le dijo avergonzado cambiando su apellido sin querer - Dormí poco ayer por visitas indeseadas y me desvelé. Me disculpo sinceramente.
- Es entendible. - le dijo con una sonrisa suave entregándole un dulce que sacó de su gran bolso - Pruébelo. Son de fresa. El azúcar le ayudará a llegar a un café.
Andreas no supo cómo reaccionar ante el gesto, pero lo recibió con cuidado.
Rin miró a Seth quien se levantó.
- Eso es todo, Señorita Niniadis. - le dijo estornudando - Nos comunicaremos a la brevedad con usted.
- Que tengan un buen día. - le dijo la joven extendiéndole un pañuelo de papel que sacó de su bolso y luego salió seguida de Rin hacia el ascensor.
Seth se acercó a Andreas y lo miró.
- Cada vez me estoy enojando más, guía. - siseó - Deja de alterar mi paciencia.
- No fue mi intención. Ni siquiera me di cuenta que me dormí.
- Cómete ese dulce y vete a casa. - le dijo molesto - Revisa los archivos y comunícate antes del anochecer con la decisión para poder comunicarnos con ellas y asignarle sus puestos - caminó hacia la salida - ¡¿Qué esperas?! Vete a casa. Tengo que trabajar...
Andreas se levantó con las carpetas y salió tras el esper quien miró a Rin y asintió.
- Necesito la decisión antes de las 20:00 - le dijo Rin acompañándolo al ascensor - Está programado para llevarte hasta el estacionamiento. Vete a casa. Activa el brazalete o lo haré remoto y te dolerá.
- ¿Pueden dejarme respirar un poco? Estoy oxidado con el régimen meta.
Rin se puso rígida y frunció el ceño.
- Cuidado con tu lenguaje, guía. Puedo permitírselo a mi compañero, pero a ti no. No olvides quien eres... - le dijo cerrando la puerta del ascensor una vez que Andreas entró.
"Ahhhh, maldición," pensó alisando su cabello. Parecía que se equivocaba cada vez que abría la boca.
Esos dos tenían sus nervios de punta y era el primer día.
Esperaba sobrevivir a esa misión.
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