Ellos te están observando. Paranoia, era exactamente lo que estaba sufriendo, porque no dejaba de prestar atención a cada detalle y observar a mi alrededor. ¿Realmente alguien me observaba? No lo sabía. Cuando llegó el momento de mi medicación me sentí aliviada, por fin podría olvidar todo esto y dormiría tranquilamente; aunque, para mi mala suerte no fue así, las medicinas solamente me pusieron más alerta. De repente, el temor me invadió dado que pronto apagarían las luces. ¿Qué pasaría entonces? No, no, no, detente. Estaba simplemente exagerando o de eso me convencía a mi misma, que era el cansancio lo que me hacía pensar así. Pero, había algo más que me molestaba, era aquel libro. Cuando regresé a mi habitación, este se encontraba situado en el centro de mi cama, parecía moverse por su

