Kilian Edevane
Podía sentir las miradas acusadoras de los ángeles encima, a mí tampoco
me agradaba la situación; mís padres estaban muertos y quien los mató, el diablo no me habían dado ni siquiera la oportunidad de despedirme y de preguntarles porque nunca dijeron quien era.
—con que el hijo del diablo... —la única mujer del grupo se acercó a mí
—eso parece—murmure, mi mente estaba nublada—él mató a mis padres simplemente los asesino porque sí
Los demás se acercaron a donde estábamos y se unieron a la conversación.
—no puedes esperar mucho del diablo niño—habló el más alto del grupo—él es así, actúa sin justificativo alguno
—me parece que lo de hoy no fue
acto impulsivo como suele hacer el diablo—respondió la mujer con la que estaba hablando primeramente—es obvio que había tenido contacto con estos homines cuando te dejó acá, les mostró su verdadera apariencia y ahora que ya sabes quien sos no los necesito más simplemente los mató para preservar su imagen y poder seguir oculto en la oscuridad
—si eso es así debemos llevar al homines, perdón al primogenito del Lucifer con el Consejo Eclesiástico porque de seguro él lo va a buscar—habló quien parecía ser una especie de líder —Eliás sabes bien lo que es el chico—respondió la joven —perdón... —el tal Eliás me miro fijamente—¿Como es tu nombre? —Kilian... —respondí confundido —yo soy Elías—estiro su mano en forma de saludo, la tome—ellos son Eros, Athos y su pequeña hermana Zada —tenemos que irnos—dejo escapar un bufido Zada
Tomó una especie de piedra que tenía de adorno en un collar que colgaba en su cuello, una ráfaga de luz salió del mismo y cuando quise entender lo que pasaba ya no estábamos en casa.
—¿en dónde estamos? —pregunté
—bienvenido al empíreo—respondió
Eliás—o como los homines dicen el cielo, el Edén o el mismo paraíso
—el lugar de los Ángeles—agregó
con una risa Zada—nuestro hogar
—seguime—Elías hizo un gesto con
la mano—nos están esperando Kilian
El resto de grupo quedó atrás mientras nosotros caminabamos
a la par.
—dicen los ángeles más antiguos que aunque hubieran querido impedir tu nacimiento hubiera sido imposible ¿Sabes?—explico Elías—estába ya escrito y no hay poder que pueda con el destino, todo lo hace y lo deshace
—entonces en algún momento yo
voy a volver al infierno—murmure
—eso no se sabe, no te olvides que también eres una parte ángel y eso
es algo que con lo que ni el Consejo puede—sonrió tranquilamente—es algo que no se lo esperaban, nuevo
—¿Parte ángel?—cuestione
—y como siempre Lucifer omitió una parte del relato—bramo—tu madre era un ángel pero nadie creyó que hayas sobrevivido, tu padre mato a tu madre y pensaron que tu tuviste el mismo cruel destino pero acá estas
—parece que hay muchas cosas que no se—baje la mirada—¿Alguna
vez le preguntaron al diablo porque mato... por que mato a mi madre?
—tenes que saber que tu padre no
se justifica—apoyo su mano en mi mentón e hizo que subiera mi rostro para encontrarme con su miraba—no bajes nunca la mirada, se que todo esto es abrumador pero lo vamos a resolver, ahora perteneces a acá
Nos encontramos frente a una puerta metálica con algunos dibujos.
—detrás de esta puerta se reúne el Consejo Eclesiástico—explicó Elías
La puerta se abrió dejándonos a la vista un amplio pasillo.
—vamos, no son muy pacientes
Caminamos por aquel corredor hasta llegar a un gran salón sin techo; unos caminaban de un lado para el otro, los demás hablaban de algo que se había salido de control.
—los estábamos esperando
La voz de uno de los ángeles resonó por todo el lugar, parecía que era alguien importante.
—soy Miguel—se presento—tu debes ser Kilian, pasen porfavor al centro
Elián en ningún momento se separó de mí, me acompaño al centro y se quedó a mí lado.
—estas acá porque eres la prueba viviente de hasta donde es capaz
de llegar Lucifer—habló Miguel—y también porque eres peligroso, no
por ser hijo del diablo si no porque también tienes una parte de un ángel y desconocemos tu poder Kilian
—pues no soy peligroso—respondí cansado—no entiendo nada del cielo y del infierno y mucho menos puedo comprender sobre mi madre y mi padre, acabo de perder a las únicas personas que se preocuparon por mí hasta ahora solo necesito tiempo
—tiempo es lo que no tenemos querido Kilian—exclamo otro de los ángeles—tus dones no van a esperar para salir a luz, no sabes de lo que eres capas de hacer y por eso te consideramos peligroso joven
—yo podría proporcionarle entrenamiento—habló finalmente Elías—explicarle nuestra Historia, hablarle sobre nuestras leyes y sobre todo darle las herramientas para controlar sus dones y saber usarlos
—Eliás ¿Por qué querrías correr
ese riesgo? —cuestionó Miguel
—porque creo que no es justo juzgar
a alguien por sus padres—respondió algo triste—yo soy hijo de un demonio y aún así me aceptaron ¿Que lo hace diferente a Kilian? No lo entiendo
—es hijo del demonio más poderoso de todos los tiempo—bramo furioso el segundo angel que había hablado
—Gabriel... —llamó Miguel—hay
que darle una oportunidad
Él mismo nos hizo un gesto para que salieramos de ahí.
[ • • • ]
Un mes había pasado desde el momento que había cambiado mí vida para siempre y aún en mis pensamientos dominaba mi parte humana, no entendía nada del cielo y el infierno pero mucho menos comprendía como había terminado por ser el hijo de el diablo; los ángeles no tenían la apariencia como decía en la Biblia, no había alas ni un aura celestial. Su ropa estaba adaptaba para que sus cuerpos pudieran moverse, parecía de alguna especie de cuero y ellos aparentaban que estaban en alerta, siempre esperaban un ataque; usaban una especie de espada que ellos llamaban ignis según me explicó Elías era lo único que terminaba con la vida de los demonios excepto con la de Lucifer.
—todavía sigues pensando
Elías se encontraba mirándome con una sonrisa.
—es que todo esto—tome mi cabeza exaperado—la biblia los describe de una manera tan diferente, tan puros
—la Biblia fue parte del tratado de paz después de la guerra entre ángeles y demonios—respondió y se acercó
a mí—había que ocultar nuestro mundo, los homines no debian saber la verdad, no nos podían reconocer y entonces Lucifer y Miguel dos hermano condenados a vivir separados por la eternidad y el cruel destino escribieron bajo la luz del alba el libro que los homines conocen como la Biblia, todo en el es una gran mentira pero nada dura para siempre las leyes fueron corrompidas por un Ángel y el más fuerte de los demonios lo demas ya lo sabes, Lucifer le mostro a los humanos con quien te dejó su verdadera forma y ahora que entraste a nuestro mundo él los mató y se aseguro de esconderse de nuevo
—y ahora el cielo y el infierno están otra vez en guerra—suspire tratando de comprender un poco más todo lo que estaba pasando—y por mí culpa
Elías apoyó su mano sobre mí hombro, era fuerte y siempre parecía esperar lo peor.
—la culpa la tiene tu padre—me
miro con sus ojos tan oscuros como
la noche misma—él rompió los tratados, no respeto el acuerdo de paz y aunque creas que tu destino es ser líder de la oscuridad no te olvides que una parte de ti viene de un Ángel, aun no estas roto todavía puedes torcer tu destino y demostrarle al mismo Dios que no todos los Diablos son malos, que aún no eres un Ángel caido
Quizás tenía razón, aún quedaba alguna oportunidad para mí.