Capítulo 4

668 Palabras
                                                                                          Capítulo 4 — Maldición—gruñó cuando cayó la operadora de nuevo. Abrió la opción de mensajes escribiendo rápidamente y enviándolo, respiró profundo mirando su reflejo en aquella vitrina donde se encontraban los trofeos de diferentes competencias de baile. Tomó una bocanada de aire dejándose caer en la silla del escritorio, jugó con el celular en sus manos recordando las palabras de su pequeña. Realmente le preocupaba que JiYeon pensara así, a su edad, no debía preocuparse por nada. Su celular sonó interrumpiendo sus pensamientos, creyó que era JeongYeon, pero no, contestó sin muchas ganas de hablar acercando el móvil a su oreja. — ¿Qué sucede, TaeHyung? — Apenas te escucho y ya sé que pasó algo—indicó— ¿Discutiste con JeongYeon de nuevo? — Lo siento, no quise ser grosero—pasó sus dedos por su cabello n***o respirando profundo— ¿Qué sucede? — Sólo quería invitarte a comer algo para el almuerzo, en cuanto salga de clase puedo pasar a recogerte—ofreció. Kim TaeHyung era un excelente profesor de arte de primaria, los niños lo adoraban— ¿Te parece? — No lo sé, yo...necesitaba hablar con... — ¿JeongYeon? —interrumpió—Estoy seguro que ella puede esperar, vamos, pocas veces nos vemos, invita a Hoseok, ¿De acuerdo? — Tae... — Nada, te veo a la una.                                                                                                   Sora había limpiado el suelo, algunas partes de la cocina y había preparado la comida para JeongMin quien reía con las muecas graciosas que la chica le hacía, todo iba perfecto a decir verdad hasta que recordó un dato. ¿A qué hora se suponía que iba a llegar JiYeon? No recordaba lo que Jimin le había dicho. Tomó su celular buscando en los números que había dejado pegado en el refrigerador, lo apuntó en su móvil decidiendo enviar un mensaje. Sora: Disculpe, señor Park. ¿A qué hora me dijo que solía llegar JiYeon? No pasó mucho en recibir respuesta. Sr. Park: No debes preocuparte, su transporte suele llegar a las tres, recuerda que puedes decirme Jimin. Algo apenada asintió. Sora: Lo siento, gracias. JeongMin comenzó a llorar de la nada metiendo sus manos en su papilla ensuciándose, Sora de inmediato dejó el celular en el mesón cargando a la bebé quien olía mal. Fue a la habitación de la pequeña decidiendo darle un baño, no era primera vez que debía hacerlo, una vez con ayuda de su madre se había encargado de bañar a la hija de la vecina quien tendría el mismo tiempo que JeongMin. Sora puso en práctica lo enseñado, calentó el agua hasta dejarla tibia en la bañera, la pequeña seguía llorando y pataleando, pero dejó de hacerlo cuando una dulce voz hizo eco en el baño. Sora le estaba cantando. — Ahora ven a mí, ven y seamos un nosotros, no quiero dejarte ir, no—continuó bañándola mientras la dulce bebé la veía atentamente, Sora sonrió ante esa linda atención que tenía de ella, su táctica estaba funcionando—Sólo confía en ti, puedes sentirlo incluso si no lo dices, las estrellas están en el cielo, estamos volando, esto no es un sueño—dejó caer algo de agua en su espalda a lo que ella JeongMin sonrió llevando sus manitas a su boquita—No estés nervioso, toma mi mano, ahora nos convertimos en un nosotros, déjame amarte—acabó de cantar. JeongMin rio salpicando en el agua y a Sora no le molestó ser salpicada por la pequeña. — Mi padre siempre dice que la música ayuda a los niños—aplicó jabón a su cuerpo—Debes sentirte afortunada, no canto a nadie, ni siquiera a mi hermano, bueno, canto en la ducha, pero no es igual—Sora calló al hablar tan rápido que JeongMin reía—Ya, ¿Estás burlándote de mí, jovencita? —otra risa—Pero que descarada, eres una linda descarada—la hizo reír más disfrutando aquel baño. "Envidio a estas personas totalmente"
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