Layla fue a la cocina y comenzó a buscar los platos para servir la comida, sabia que Andrew estaba en la sala atendiendo una llamada de trabajo y ella pudo adivinar que aun tenia muchos pendientes había vuelto para atender a su hija. Puso los platos sobre la isla para comenzar a servir la cena, Vanessa había preparado pechugas de pollo deshuesadas en salsa de hongos y Layla solo pudo relamer sus labios ante el delicioso olor que salio de la olla cuando la destapo. Estaba sirviendo el arroz cuando escucho la puerta de la entrada ser azotada con mucha fuerza, sin duda era Taylor, sus gritos reclamándole quien sabe que a Andrew se lo confirmaban.
- ¡No me importa!- entro a la cocina echa una furia- Layla, prepárame un café.- dijo al verla claramente alcoholizada.
- ¿Perdón?- se quedo congelada.
- ¡Te vas y dejas a nuestra hija, me estoy esforzando por proveerles lo necesario y tu único trabajo es estudiar y cuidar a Mikaela!- Andrew entro a la cocina tambien.
- No me interesa cuidarla, mi vida se judío por su culpa...- Taylor vio al hombre- Yo quería viajes y lujos contigo, no cambiar pañales llenos de mierda de una mocosa.- se cruzo de brazos.
- Te lo di todo antes de que tuvieras a Mika y te lo sigo dando todo aun cuando no te lo mereces.- suspiro y paso la mano por su cabello.
Layla se había quedado inmóvil en medio de aquella situación tan incomoda, no sabia como escapar de ahí pues Andrew estaba cerrándole el paso y del otro lado estaba Taylor, trato de ignorarlos y se dio la vuelta para prepararle el café a la mujer esperando que así todo terminara.
- Oh no cariño, yo me lo merezco todo por estar soportando esto, mi cuerpo da asco y te juro que no puedo cuidar a esa mocosa sin sentirme asqueada.- reclamo Taylor.
- ¿Que mas quieres de mi? se supone que nos casamos para formar una familia, te dejaste de cuidar y yo tambien, creí que querías una hija tanto como yo.- Andrew se escuchaba muy dolido.
- Lo hice porque sentí que te iba a perder, pero créeme que después me arrepentí.- Taylor era bastante cruel.
- De verdad que no lo puedo creer.- suspiro y desvió su vista hacia Layla quien estaba tratando de ignorarlos.
- ¡Créelo y te juro que intente tantas veces abortarla, tome de todo y no pude sacarme a esa basura!- grito Taylor.
- ¡Cállate!- Andrew tambien alzo la voz y le pego a la mesa.
Layla se sobresalto y la taza voló de sus manos aunque esta vez no cayo al suelo pues logro atraparla después de que rebotara en sus manos unas cuantas veces, vio que las cosas entre la pareja se habían salido de control completamente y sabia que se iban a poner mucho peor si esos dos no se separaban de alguna manera.
- ¡A mi no me grites, tu estas casado conmigo y la mitad de todo lo que tienes es mio, así y te duela... agradece tambien que que te soporto con tus faltas de hombría!- Taylor lo empujo.
- No me toques...- alzo las manos tratando de controlarse- No quieres estar aquí lárgate y no vuelvas, yo no te voy a rogar y soy un hombre echo y derecho.- retrocedió un par de pasos.
- En la cama gimes como una nena y te queda bien el papel de mujercita idiota... Claro que me voy a ir, no te soporto marica, ni a ti ni a esa bastarda que estaría mejor muerta.- tras esas palabras Andrew la tomo de los brazos echo una furia.
- ¡Señor Laing!- Layla intervino ya que no quería que hiciera una tontearía.
- Escúchala o te juro que vas a pagar caro si me pones una mano encima.- Taylor lo amenazo.
Andrew la soltó y salio de la casa dejando a las dos mujeres solas en la cocina, Layla no sabia porque había intervenido ya que esa pelea era entre pareja, pero en aquel momento solo pensó en que él no se metiera en problemas porque Mikaela dependía solamente de su padre.
- Iré por Mika.- no quiso ni ver a Taylor tras aquellas palabras tan feas.
- Ayúdame a armar mi maleta...- la tomo del brazo- Te tengo a ti de testigo y espero que me apoyes en lo que voy a hacer, esto no se va a quedar así, lo voy a mandar a dormir a la prisión.- sonrió con maldad.
- Yo no voy a mentir por ti, tienes dos manos y puedes hacer las maletas tu sola.- Layla se soltó y fue a la sala.
Taylor subió a su habitación para hacer sus maletas e irse de la casa, Andrew estaba en el jardín fumando un cigarrillo esperando que eso pudiera calmar sus nervios, la vio salir de la casa y por alguna razón pensó que Layla se había ido con la mujer, apretó la mandíbula con fuerza aun molesto, pero tenia que entrar por su hija ya que no podía dejarla sola.
- Layla.- se sorprendió al verla en la cocina con Mika en sus brazos.
- Apague esa porquería, va a enfermar a Mika.- comento al verlo con el cigarro en la mano.
- Lo siento...- abrió la llave del lavabo y después lo echo al basurero- Creí que te habías ido con Taylor.- se sentó en el taburete.
- No tendría porque irme con ella, créame que la amistad se a acabado por completo, jamas imagine que fuera capaz de hablar de esa manera de su propia hija, no me quiero imaginar que hablara de mi.- suspiro y extendió el plato de comida hacia Andrew.
- No tengo hambre.- dejo caer los hombros decepcionado.
- Vanessa se esforzó mucho preparando la cena, se va a enojar si la deja...- subió al asiento para comer- Ademas dicen que las penas con pan son menos, un día malo no se arreglara con comida pero al menos podría alegrarle por un momento.- lo vio a los ojos.
- Gracias por hacerme reaccionar, por un momento tuve ganas de darle una bofetada por todo lo que dijo.- comento con algo de pena.
- Creí que había echo mal al meterme entre ustedes, honestamente no sabia que hacer, nunca había visto a nadie pelear frente a mi.- acomodo a Mika en su brazo izquierdo y comenzó a comer.
- Soñé con una vida en familia perfecta y ahora aterrice de cara contra el suelo recibiendo la humillación de la persona que amaba.- sonrió de lado con la vista gacha.
- Yo no soy nadie para opinar en su relación, pero creo que puedo hablar desde el punto de vista de una mujer que vivió con padres divorciados, lo principal para ellos siempre fue mi estabilidad mental y emocional, se que ninguno de los dos quería volver a verse, pero se comportaban como personas civilizadas cada vez que se reunían por mi...- corto un pedazo de pollo con dificultad- Bueno, el punto es que lo primordial siempre debe ser la estabilidad de los hijos, usted tiene una hija que necesita que su padre la defienda de todo y en especial de su madre porque Taylor le va a hacer mucho daño.- comió el bocado.
Andrew se quedo callado mientras pensaba en las palabras que le había dicho Layla, tenia toda la razón y si Taylor no quería hacerse cargo de Mika él era un hombre, como hombre debía responder por la seguridad del ser que no pidió nacer, pero estaba ahí y debía velar por su seguridad. Tomo el plato de Layla y corto el pollo para que pudiera comerlo sin tanto esfuerzo pues Mika estaba comenzando a quedarse dormida en su brazo, una chica cuatro años menor que él lo había puesto a replantearse si sus decisiones habían sido buenas asta este punto y que tenia que cambiar muchas cosas.
Cenaron en completo silencio y cuando terminaron Layla subió a acostar a Mikaela ya que se había quedado dormida en sus brazos, dejo a Andrew lavando los platos pues el hombre solo trataba de mantener su mente ocupada en lo que fuera, cuando bajo lo vio sentado en el sillón viendo a la nada y moviendo su pierna izquierda de una forma desesperada.
- Señor Laing ¿Necesita algo?- pregunto solo por sacarlo de aquel trance.
- No, estoy bien, has echo mas de lo que te pedí, ve a descansar un poco.- suspiro y paso las manos por su rostro.
- Usted tambien debería ir a dormir, ya son pasadas las diez.- se acercó un poco mas al hombre.
- No se si pueda conciliar el sueño, me duele la cabeza.- se veía realmente mal y Layla sintió mucha pena.
- Perdón por esto.- sin mas Layla le dio un abrazo.
Andrew se quedo en blanco pues no esperaba aquella acción, su rostro estaba sobre el abdomen de Layla y no pudo mas, la fortaleza que había estado tratando de mantener hasta aquel momento se termino rompiendo en mil pedazos gracias a aquellos pequeños brazos que lo rodearon con mucha gentileza, rodeo con sus brazos la pequeña cintura y la apretó mientras ocultaba su rostro en el abdomen ajeno, a Layla se le estrujo el corazón cuando lo escucho sollozar era evidente que amaba a Taylor tanto como a su hija y las palabras de la mujer le habían dolido muchísimo, no era buena dando consejos y tampoco es que supiera muy bien que decir. Se tomo el atrevimiento de pasar sus dedos por el cabello oscuro en forma de caricia calmante tal cual su madre lo hacia cuando ella estaba llorando, perdió la noción del tiempo estando en esa situación y no importaba el cansancio que tuviera.
- Deje tu camisa húmeda.- comento alejándose de ella.
- Eso no importa si pudo desahogarse un poco.- Layla tomo una parte de su camisa y limpio la nariz de Andrew como si él tambien fuera un niño.
- Si sabes que tengo veintiséis años ¿Verdad?- alejo la cabeza un poco avergonzado de que ella hiciera eso.
- Y eso que, todos llevamos un niño en nuestro interior.- sonrió con burla provocando que él riera.
- No seria lindo que mis mocos quedaran embarrados en tu camisa.- se levanto del sillón y limpio sus mejillas.
- Mika deja sus babas en todas mis camisas y el otro día tambien me dejo una mancha de leche en mi camisa favorita de color negro.- Layla rio divertida y se encamino hacia la cocina.
- No has tenido la suerte de que haga algo mas, cuando tenia un mes la la cargaba en mis brazos sin ropa porque Taylor estaba preparando el agua para bañarla y mi hermosa princesa no se pudo aguantar, me hubiese encantado que fuera orina.- ella soltó una carcajada escandalosa.
- Espero no tener esa suerte.- puso una tetera con agua en la cocina para que se calentara.
- ¿Que vas a hacer?- Andrew la vio con curiosidad.
- El té de manzanilla siempre logra relajarme, vi que tenia unos sobres por aquí.- saco dos tazas y las bolsas de té.
- ¿Vas a quedarte?- la pregunta la hizo levantar la vista y ladear la cabeza.
- Si, no quiero ser grosera, pero los problemas que tengan ustedes no me incumben y yo seré la niñera hasta que usted me deje quedarme.- se encogió de hombros.
- Te lo agradezco mucho, creo que no sabría que hacer si te hubieras ido, no tengo ganas de recurrir a mis padres o a mis hermanos por ayuda.- comenzó a jugar con sus manos.
- Mika va a estar bien cuidada conmigo.- echo el agua caliente en las tazas.
- Pero no se como voy a hacer con ella cuando tu no estés, tengo trabajo pendiente y no lo puedo dejar porque me iría a la quiebra.- estaba afligido.
- Puedo faltar mañana a la universidad en lo que arregla la situación con su trabajo.- extendió la taza hacia él.
- Eran tres días en los que iba a estar fuera, no puedo pedirte que faltes los tres días a la universidad, te retrasarías mucho.- la tomo y le dio un trago.
- Estos tres días solo tendré dos horas de clases, puedo llevarla conmigo o se la encargo a Vanessa, se que no le gustan los niños pero estoy segura que le ayudaría con gusto.- Layla comenzó a enfriar su té.
- De verdad eres un ángel.- agacho la cabeza.
Layla lo vio y pudo notar un par de lagrimas bajar por sus mejillas, prefirió no comentar nada y lo vio terminar su té, Andrew sonrió de lado y subió a su habitación para poder dormir un poco dejándola en la cocina. Lavo las tazas y cuando vio el reloj ya era media noche y sabia que Mikaela iba a despertar en cualquier momento así que preparo el biberón para subir, ya había memorizado las horas en que despertaba y justo antes de que pudiera sentarse en la mecedora la escucho quejarse. Se quedo en la mecedora aun después de haberle dado la leche a Mikaela y el cansancio la venció haciendo que se quedara dormida ahí mismo.
Estiro los brazos con pesadez pues se había dormido muy tarde y estaba aun cansada, se movió y entonces se dio cuenta de que estaba acostada, se sentó de golpe y vio a Mikaela acostada a su lado llevando su pulgar a la boca, observo a su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en su habitación, por la decoración y la fotografía sobre la mesita de noche supo que estaba en la cama de Andrew. Se dejo caer en la cama de nuevo suspirando de forma pesada, estaba muy cansada y aun tenia en la mente la pelea de la pareja, cerro los ojos y en su nariz hizo cosquillas el perfume del hombre que seguramente había quedado impregnado en las almohadas, escucho a Mikaela gritar y bajo la vista para verla.
- Oye...- le toco la barriga y la niña levanto la cabeza- ¿En que momento tu papi nos trajo aquí?- la niña sonrió- ¿Nos levantamos o nos quedamos mas tiempo durmiendo?- le dio un beso en la frente.
No se iba a quedar en esa cama por mas tiempo, no era donde ella dormía y seria una falta de respeto quedarse, cargo a Mikaela y la dejo de espaldas a ella mientras la sujetaba solo con un brazo, Vanessa ya había preparado el desayuno para las dos.
- Buenos días.- Layla sonrió.
- Buenos días ¿Donde estabas? fue al cuarto de la niña y no estaba, después fui al tuyo y tampoco estabas.- alzo una ceja con una sonrisa ladina.
- Pues me quede dormida sobre la mecedora y desperté en la cama del señor Laing.- se encogió de hombros de forma inocente.
- Uy ¿Sin copas de vino?- la mujer dijo en doble sentido pero Layla no comprendió.
- ¿De que hablas?- ladeo la cabeza confundida.
- No me hagas caso ¿Que paso con la señora?- pregunto Vanessa decidiendo cambiar de tema.
- Se pelearon y al final se fue, no se si Taylor va a volver o si de verdad odia tanto a su hija.- bajo la cabeza.
- Mira, yo creo que lo mejor seria que esa mujer se fuera de la vida de ellos, el señor Andrew es muy fuerte y podría hacerse cargo de Mikaela, ademas tiene familia que adora a la mocosa y estas tu tambien.- Vanessa rio mientras le servia un vaso con jugo.
- Jamas pensé que Taylor fuera así, cuando la conocí era una mujer muy amable y tímida, cuando se caso la veía muy enamorada... pero ayer la vi tan cargada de odio, asco, la verdad no se como explicarlo.- negó con la cabeza y cambio de posición a Mikaela para dejarla sobre su hombro.
- Yo creo que hay alguien que esta lavando su cabeza.- la mujer se cruzo de brazos.
- ¿Crees que tenga un amante?- Layla ladeo la cabeza.
- No tengo pruebas, pero tampoco dudas...- sonrió y negó con la cabeza- No encuentro otra explicación para el cambio tan drástico que tuvo, porque te juro que era una buena mujer cuando comencé a trabajar para ellos.- suspiro.
- El señor Laing sabrá lo que hace con ella, al final son problemas de pareja.- Layla termino de comer.
Layla hizo su rutina de siempre y después de dejar a Mikaela en el corral entretenida con los juguetes colgantes, ayudo a Vanessa con la limpieza de la toda la casa y después ambas se dividieron las tareas, Layla se puso a preparar un postre cuando ya solo quedaba lavar la ropa y eso lo hacia Vanessa pues sabia como debía hacerlo, la puerta de la entrada fue abierta y eso llamo la atención de ella, salio y vio a Taylor quitarse el abrigo.
- No me voy a quedar, vine por el resto de mis cosas.- comento de forma fría al ver a Layla.
- Yo no tengo porque reclamarte nada.- se encogió de hombros.
- Me duele que como mi amiga no te pongas de mi parte, anoche Andrew me lastimo y viste lo agresivo que se puso.- quiso hacerse la victima.
- El no te hizo nada, otra persona te hubiera dado un par de bofetadas con las cosas tan feas que dijiste de tu propia hija.- rodo los ojos y fue a cargar a la niña.
- Al menos no dije mentiras, no se como un hombre tan flojo como él pudo hacerme una hija... Grita como una perra y siempre trata de ser gentil, yo necesito un hombre que me domine.- Taylor se cruzo de brazos.
- ¡A mi que me importa que es lo que tu quieras, viniste por tus cosas, no a contarme tus repugnantes fantasías!- rodo los ojos molesta.
Taylor dio un gruñido y solo subió a su habitación para arreglar otra maleta con sus cosas, antes de irse fue a la cocina para intentar convencer a Layla de que la acompañara a levantar una denuncia por agresión y otra mas por intento de secuestro contra su persona ya que quería vengarse de alguna forma de Andrew, sin embargo, Layla no iba a formar parte de sus tretas y por no meterse en problemas no le dedico las palabras que se merecía por desgraciada.