Siempre quise ser policía?

2315 Palabras
Mauricio Pava. Actualmente me encuentro en la institución de la policia nacional de mi país, soy capitan todo un hombre intachable, soy el unico hijo varon de mi familia, tengo dos hermanas mi hermana Brenda que es cinco años mayor que yo, es médico especialista en no se que cosa, la verdad tiene muchos títulos y estudios se puede decir que es el orgullo de la familia, una mujer estudiada con una gran trayectoria, un matrimonio feliz, aunque nunca tomó el camino de ser militar se caso con uno de alto rango esto hincho de orgullo a mi papá, su hija es una mujer repetada con una familia envidiable o al menos eso parece, hablar con Brenda es muy extraño, la verdad nuestra relación es algo vaga, también tengo un sobrino Dylan. No les ha pasado que su sobrino no les cae bien, es decir tiene defectos que la verdad no tolero, es llorón, dramático, mimado, se hace la víctima, es orgulloso la verdad no me gustan las personas de ese tipo que se creen mas que los demás por tener buenas posiciones, creo que eso también me ha traído problemas en mi profesión. Mi hermana Yisel es tres años mayor que yo ella es única, como decirlo... Ha sido la oveja descarriada de la familia, huyó de casa cuando tenía quince años y tuvo a mi sobrina Carla cuando cumplió dieciséis, del nacimiento de Carla nos enteramos un año después de que volviera, hasta este momento no alcanzo a percibir los sentimientos que tuvo Yisel al volver a casa, tenerse que tragar todo su orgullo y los interminables comentarios de mi padre diciendo que lo había deshonrado que se avergonzaba de tener una hija que era madre soltera,siempre ha sido un hombre muy estricto, asumo que su personalidad se debe a que proviene de una familia de militares, del padre de Carla no sabemos nada es un tema del que nunca se habla en la reuniones familiares que son un tedio, mi sobrina es la mejor de su clase, esta en una universidad publica cosa que por supuesto no le agrada a mi papá, pero a Yisel no le importa, dice que nunca ha necesitado de papá para sacar a su hija adelante, mi relación con ella es mucho mas cercana, y luego estoy yo, ya saben, tipo promedio de treinta y cinco años, alto, fornido, sonrisa irresistible, nunca me ha gustado ser el centro de atención y menos de mi familia, creo que por ser el único hombre de los hijos de mi padre se esperaba mucho de mi, de pequeño mi infancia no fue muy normal, mi tiempo todo era programado, clases de música, clases de idiomas, deportes y en las vacaciones profesores particulares para aumentar el rendimiento, no respiraba, cuando empecé a crecer mi mundo no cambio nada todo seguía igual, se esperaba que fuera como mi padre y mi abuelo, un militar, un oficial de alto rango en el ejército, pero eso no era para mi, mi pasion eran los animales el campo abierto, viajar por el mundo y tocar la guitarra, en fin eran solo sueños de un niño tonto atrapado en su jaula de oro, siempre he sentido un poco de envidia por la vida de mi hermana Yisel por hacer siempre lo que ha querido y soñado y por tener talvez el coraje de enfrentarse a mi papá tomando las riendas de su vida sin importarle su opinión. Mi momento mas estresante fue cuando tuve que estudiar carreras que no me gustaban relacionadas con la vida militar, cuando cumpli Díez siete años lo unico que sabía era que no quería ser soldado ni de alto o de bajo rango, vi la policía como una salida segura, podria convencer a mi papá de entrar alli, seguiria ayudando a mi país no como militar si no como policía y en esta podría estar cerca de los animales que era lo que tanto me gustaban. De pequeño siempre quise tener una mascota, cualquiera que fuera, un perro, un gato, un hamster, una tortuga me hubiera conformado hasta con un pez, pero mi papá nunco me dejó hacerlo decía que una mascota me quitaba tiempo que podría invertir en algo más productivo, por eso cuando iba a la casa de Camilo mi amigo de toda la vida era muy feliz el tenía un perro, hacíamos las tarea y jugábamos toda la tarde en el parque con su perro. Mi trayecto como policía no ha sido nada facil, he aprendido a querer mi profesión con el paso del tiempo, los días en la escuela de policía fueron muy difíciles, alli conocí lo que era el sacrificio, el verdadero esfuerzo, y me daba cuenta que aunque tuve varias carencias emocionales y afectivas fui un niño afortunado, algunos de mis compañeros entraron y estudiaron para ser policias por que era algo llevaban en su corazón con pasión, yo estaba alli por mi propia comodidad, por que estaba huyendo de la vida que mi papá tenia planeada para mi. Toda mi carrera siempre he tenido un solo amigo Camilo ha sido ese apoyo incondicional, aun que su personalidad es muy distinta a la mía y es un rarito, es el único que me conoce, mi compañero de batallas y también de parrandas aunque la verdad nunca he sabido por qué se unio a la policía, por su personalidad siempre asumi que sería una especie de filosofo o de deportista, pero diez siete años después aquí estamos, dos hombres maduros con mando en la policía, creo que la unica vez que nos hemos separado fue cuando Camilo hizo curso de ascenso para mayor, dejamos de vernos durante un año, después de eso volvio y siguió siendo el mismo solo que ahora con un rango mas alto que el mío y con eso vienen también las responsabilidades. No he querido ascender por que temo que en el momento en que lo hago me trasladen y aumente mi responsabilidad, hacerse cargo de una estación de policía no es nada facil asumir la responsabilidad de su subalternos y saber que todo lo que ellos hagan independientemente de que sea malo o bueno es muy complicado y mas cuando una de tus subalternas es tu.... Llamemosla novia, es mas complicado todavía, hay que ser profesionales aunqie a veces no lo logro. No debo ser desagradecido esta profesión y rango me han permitido viajar, conocer mi pais y algunas partes del extranjero, aprendí a amar mi profesión y ajercerla con cariño pero a veces me arrepiento de no haber tenido la valentía por luchar por mis propios sueños, ahora incluso siento que los he olvidado y vivo mi dia a dia sumergido en mi trabajo. Daniela Castillo. Desde siempre tuve la idea de ser policía. Pará mí era mi sueño y siempre quise ser como mi papá, él era agente de la policia nacional. Uno de mis momentos favoritos del día cuando era niña era cuando mi papá se iba a trabajar, verlo con su uniforme verde oliva tan imponente y respetable, y escucharlo hablar de que su trabajo era un honor me hacian sentir grande y orgullosa. Pero parte de mi mundo se desplomó cuando ese día, justo unas semanas antes de entrar al colegio un terremoto acabo casi con el ochenta por ciento de la ciudad donde vivíamos, destruyó miles casas y edificios y acabo con el pilar de mi familia, el hombre que tanto admirada, ese del cual me sentía tan orgullosa mi inspiración, a los cinco años de edad ya no lo volvería, nunca mas podría escuchar su voz y volverlo a ver irse con su uniforme verde oliva. Ese desastre natural dejo una huella en mi corazón y me arrebato lo que más quería en mi vida, me dejó solo con mi mamá y mis dos hermanos. Era una situación difícil de entender, las personas iban y venían en nuestra casa, muchos policias, comandantes psicólogos trabajadores sociales, pero lo más difícil fue cuando llego la patrulla con el comandante de la estación a informarnos que mi papá era uno de los fallecidos, que la estación de policia se había caído y que aproximadamente habian dieciséis muertos, sentía que mi mundo se derrumbaba, no entendía lo que estaba sucediendo, mi mamá solo lloraba y las demas personas solo se acercaban a abrazarnos a mis hermanos y a mi, solo escuchaba los comentarios de los adultos diciendo '' pobrecitos se quedaron huérfanos de padre'' "pobre señora y ahora que va a hacer con esos niños tan pequeños". El acompañamiento de las personas duros solo unos dias, después del funeral y el cepelio de mi papá, creo qie empezó lo mas complicado para todos, pero sobre todo para mi mamá, el tener que aprender a vivir sin el, con su ausencia el no verlo y entender toda la situación fue muy difícil, y creo que a mis treinta años aun no lo superó y los extraño,. Por lo general mi vida aparentaba see de lo mas normal, estudie toda mi vida en un colegio femenino de monjas, y de allí me gradué, no tenia la facilidad de socializar por lo que toda mi vida he tenido siempre las mismas amigas,. La mayoría del tiempo era una niña aparentemente feliz, yo trataba de ser una niña buena, una niña que no ocasionaba problemas a su madre, pero fui una niña invisible o asi me senti, mientras crecí fui muy controlada, nunca fui a una fiesta de celebración de cumpleaños de alguna de mis amigas, ni tampoco a hacer tareas en alguna de sus casas, era una estudiante promedio ni muy buena pero tampoco muy mala, pasa de ser percibida por mis profesores, siempre fui de temperamente fuerte y muy explosivo, por lo cual en mi adolescencia peleaba mucho con mi mamá por que sentia que no me entendía, mi hermano menor fue siempre muy enfermizo, ahora entiendo por qué siempre fue el centro de atención de mi mamá y mi hermano mayor era muy rebelde y loco, se fue de casa a los dieciocho persiguiendo su sueño de ser jugador de fútbol, desafortunadamente no lo logró. Despues de que terminó el colegio tome la decisión que quería ser policía, quería vestir el uniforme verde Olivia que tanto me gustaba y ser admirada como yo lo hacía con mi papá, mi mamá no estaba de acuerdo, decia que eso era algo imposible que yo su unica hija saliera con una locura de esas. Creo que su falta de apoyo me motivaba aun mas para lograr mi objetivo, el curso más económico pata ingresar a la policia era de agente, por lo cual decidí estudiar una carrera tecnológica en las noches y trabajar durante el día, en esa estapa hice muchas cosas, trabaje haciendo la limpieza en un jardín de niños, vendía golosinas y comida en el parque de diversiones, trabaja medio tiempo en un cafetería, hacia los trabajos de mis otras compañeras de estudio y al fin reuní el dinero para realizar los test de conocimientos y los chequeos médicos, despues de tanto trabajo y esfuerzo, lo logre estaba feliz, era el inicio de cumplir mis sueños, cuando me llego la notificación de ingreso sentía que estaba en otro mundo, yo estaba tan emocionada y feliz que disfrutaba del fruto de mi trabajo. Pero eso era solo el comienzo, cuando entre la burbuja En la que vivia estallo y la realidad me atropello, me di cuenta, que hay personas que no quieren tu bienestar, te juzgan sin conocerte y no les importa pasar por encima de quien sea para cunplir con sus objetivos, estando en la escuela para agentes me di cuenta que para mi era mucho mas fácil socializar y trabajar con hombres que con mujeres, nosotras somos muy competitivas y hay quienes creen que algunas no toleran no ser el centro de atención, algo aprendí del tiempo que estuve allí y fueron tres cosas: la primera debobser mas inteligente que los demas po lo cual mi mayor defensas es saber sobre el reglamente politicas y procedimientos de mi profesion, la segunda debo ser fuerte y no dejarme pisotear de nadie ni siquiera de alguien que tenga un rango mas alto que el mio, y la tercera las demas siempre te tendrán envidia, no eres monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Hasta el memento he cumplido mis sueños soy policia, cuando me pongo el uniforme y salgo de mi casa hacia me trabajo me siento como la mujer maravilla, amo mi profesion aunque a veces es agotadora, pero me siento orgullosa de mi misma, de llegar hasta donde estoy. He ejercido durante 12 años y he visto y vivido muchas cosas, he estado en medio de injusticias por personas con rangos muchos mas superiores que el mio y es por eso que años atrás tome la decisión de tomar de cero curso de suboficial por lo que me gradué como subteniente de la policia y cinco años más tarde como teniente. Mi vida no ha sido tan facil como lo otros mandos oficiales, yo sí sé lo que es escalar desde abajo, no tuve unos padres que costearon mi carrera o que de niña me llevaran clases Privadas, en mi profesión me gusta mezclarme con los agentes y patrulleros, por que siento que son reales sus historias, sus vidas, sus anecdotas, todo el fuerzo y el trabajo operativo, son muy pocos los oficiales que se untan la mano, que se suben a una camioneta para salir a patrullar o una moto para atender un caso, yo no creo en el dicho que dice "el que manda, manda, aunque, mande mal" Cada dia le doy gracias a la vida por darme la oportunidad de cumplir mi sueño por que yo a diferencia de muchos en esta institución que solo buscan una estabilidad económica, siempre quise ser policía.
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