Yo me terminé el cigarro y dejé la colilla en el cenicero, que estaba casi lleno. Normalmente no fumaba tanto, pero todo este estrés era demasiado para mí y tenía que calmar los nervios de alguna forma. Me quedé en la puerta viendo cómo abría y cerraba cajones, cada vez más frustrado. Y yo solo esperaba que Marc no apareciera justo ahora. Si Jason ya me estaba vigilando a mí por estar más cerca de Jesse, no quería que vigilara a Marc, o peor, le hiciera algo. —¿Y bien? ¿Sabes dónde está? —volvió a insistir sin dejar de registrar cada mueble de la habitación. —Solo me dijo que se iría —le contesté mientras negaba con la cabeza a pesar de que ni me estaba mirando. Pero quiero que te vayas tú. El hecho de que estuviera aquí me ponía nerviosa. ¿Y si Jesse no quería que entrara y se enfada

