"Si, allí debía estar el farsante" pensó Roxanne; estaba tan enojada, decepcionada, agradece, se decía desgraciado que no te tenga al frente, porque juro que te destruyo. Al llegar a casa agradeció que nadie estuviera a su paso, subió directamente al baño y después se metió en su cama, lágrimas de rabia corrían por sus mejillas. ¿Por qué no le dijo, que no estaba de acuerdo en conocerla? ¿Por qué el engaño? Buscaba razones en su cabeza y por más que se esforzaba no encontraba respuesta alguna. Tenía tanta frustración dentro de sí, quería llorar, gritar y maldecir, pero era inútil todo eso, solo conseguiría llamar la atención de sus hijos y dar explicaciones, y no estaba para eso. Estuvo dando vueltas en su cabeza y recordó la última conversación, él le pidió que no se conocieran, que s

