SUMERGIDA EN UN MUNDO DE FANTASIA

2166 Palabras
Harmony aún no está muy convencida de la boda, no ha podido hablar con su prometido, apenas le conoció la voz cuando recibió una llamada frente a ella. Pero su mente le repite que es el amor de su vida, el hombre que anhelo desde que era una adolescente. —Harmony, amor, ¿puedes pasar a la casa, por favor? —Valentina dijo dulcemente en el teléfono y la joven suspiró, han pasado casi dos semanas desde que salió de su casa, la fecha de su boda ha sido fijada, se casará el sábado con el hombre de sus sueños. Bueno, no es un problema para ella, solo que su futuro esposo nunca la llamó ni siquiera pidió reunirse con ella. —Claro, señora valentina —respondió y podría jurar que sintió su sonrisa. —Ahora seré tu madre, puedes decirme mamá. —Está bien mamá. —llamar a la mujer mamá realmente la hace feliz, tal vez sea porque nunca tuvo una hija, pensó valentina. —Te estoy esperando cariño, no vayas a tardar, es algo muy importante. —respondió su futura suegra y colgó la llamada. Harmony suspiró y miró fijamente el documento en su mano, uno que su madre le había entregado, se va a casar, eso es seguro, pero ella no había movido un dedo para la boda con su futuro esposo. No había planes a futuro con él, es algo que le sigue incomodando, pero su emoción a estar con él no la deja madurar esas dudas. Ella tenía dos grandes planificadores de bodas que se ocupaban de todo, hablaban de casarse con una familia rica. Tiene una estimación de cuatrocientos invitados y se pregunta ¿qué hará con tantos invitados? No conocía a la mayoría de las personas que asistirían. Dejó caer el documento y se levantó de su escritorio, recogió las llaves del auto y suspiró, han pasado casi dos años desde que comenzó una sucursal de la empresa de su padre y realmente quiere enorgullecer a su papá y nada la detendrá. El frente superior como obtener el contrato de Lucas y José, aunque el plan de negocios de viajes que se llevará a cabo dentro de un año. Pero ya estaban buscando la empresa adecuada para manejarlo y casi todas las empresas en crecimiento están detrás de ellos, incluidas algunas empresas que nunca conoció la luz clara, incluso después de haber sido establecida hace años. ¿Se casa con él por este contrato? Esas eran las críticas de la sociedad. —Hija, no les preste atención. —Madre, porque las personas son tan superficiales. —Lo que pasa, que esas mujeres que escuchas, han de estar muriéndose de envidia, porque no son sus hijas las que consiguieron un hombre como Eddy. —Nosotros no somos pobres, mi padre tiene su empresa y yo estoy trabajando también, aunque no le dedico mucho tiempo. —No les hagas caso, en lo único que debes enfocarte es en ser feliz. —Eso haré, aunque molesta mucho que se imaginen cosas que no son. Ella decidió no escuchar más, pero Harmony sabe profundamente dentro de ella que es más que eso, de hecho, el contrato es lo de menos, apenas se recuerda de detalles del pasado, ahora se habla de casarse con él, cosa que aún no asimila. ¿Cuántos años ha fantaseado con él? Desde el primer momento en que lo vio en la escuela secundaria, cuando solo tenía trece años, el amor adolescente se había hecho realidad, antes se había desvanecido porque tenían que ir a una universidad diferente. Se despidió de su secretaria y de algunos miembros de su personal y salió del edificio, entró en su coche y dio marcha atrás antes de conducir con un destino en mente, los Dagger. Todavía no puede creer que se vaya a casar con esa familia. Pasó la puerta y condujo hacia la casa de campo, se detuvo frente a la mansión y algunos sirvientes la saludaron, todos sabían que ella era la nueva novia, o, mejor dicho, la prometida del joven amo. Algunos de ellos a menudo se preguntaban por qué accedió a casarse con un hombre tan frío, lo único que se le venían a la cabeza era el interés a la fortuna que él iba a poseer muy pronto, pero negaron con la cabeza, ya sabían la respuesta, si se les daba la oportunidad. Asimismo, se casarían con él de todo corazón, porque ¿quién no querría casarse con una familia tan adinerada como esa? Por no hablar de él, también es increíblemente guapo. Entró a la casa, guiada por el mayordomo para ver a Valentina hablando con su hijo en la sala de la casa, su corazón dio un vuelco, nunca esperó encontrarse con él aquí. Tragó saliva y se acercó a ellos con seguridad, Valentina sonrió cuando la vio. Él simplemente se recostó en el mueble y la miro de pie a cabeza sin decir ni hacer nada. Esa mirada desarmaba a cualquier mujer. —Cariño, Llegaste, pasa por favor, siéntate. — sonrió. Su prometido la miró entonces, sus ojos se encontraron, ardió en los de ella, provocando un escalofrío en ella. Ella se aclaró la garganta y decidió que debía hablar con él hoy, tanto si él quería como si no. —Ven cariño, quería que ambos hicieran algo. Hay un nuevo vestido de novia que llegó a una de las boutiques de un amigo, necesito que te lo pruebes. —dijo Valentina con una sonrisa. Harmony la miró sorprendida, no lo veía venir, no sabía qué decir y solo asintió y la mujer se volvió hacia su hijo. —Date prisa ahora, para que puedas volver a tu reunión como dijiste. —Él asintió con la cabeza y salió de la casa sin pronunciar una palabra, no le dijo nada a ella, Harmony no sabía si seguirlo o no, pero simplemente decidió hacerlo, sonrió y se despidió de su suegra, quien la saludó con la mano. Salió corriendo para verlo entrar en su limusina y aceleró el ritmo de carrera, llegó al auto respirando con dificultad, ¿cuándo fue la última vez que corrió? Ni siquiera podía recordar. Ella se subió al auto a su lado y el chofer cerró la puerta detrás de ella, el asiento trasero de la limusina estaba lleno de un aroma masculino que hace suspirar a una mujer, ella se sentó en su porción haciendo todo lo posible por mantenerse sola, pero no pudo evitar robarle la mirada. Él estaba sentado allí, sus ojos estaban cerrados y su cabeza descansaba en su asiento, sus manos descansaban sobre su muslo, parecía tranquilo y ella se preguntaba si quería quedarse así hasta que llegaran a la boutique. ¿No hay pequeñas charlas? ¡No parece que se casarán en los próximos ocho días, por el amor de Dios! Bueno, no hay necesidad de esperar a que él comience, ella siempre puede iniciar la conversación, se lamió los labios y se giró para mirarlo con una cara determinada. —Hola, Eddy. —dijo nerviosa, él no se inmutó. Sus ojos aún estaban cerrados y ella tragó, no podía haberse quedado dormido, ¿verdad? Ella quiere decir que ni siquiera han pasado tres minutos en que se subió al auto— ¿Cómo has estado? —lo intentó de nuevo. Todavía nada, suspiró y miró por la ventana, ¿cuál podría ser su problema ahora? Se giró para mirarlo de nuevo y frunció el ceño, el ambiente cambio a uno más de vergüenza por ser ignorada, no aceptando ser desairada de esa manera, extendió la mano para tocarlo y él mostró la primera reacción visible que pudo ver, se estremeció. Tal vez sin esperar que ella lo tocara, poco a poco abrió los ojos, sus ojos entrecerrados, la miraban fijamente, sintió que su corazón se aceleraba y tragó saliva. Esa mirada no era la de un hombre enamorado y mucho menos de uno que está a punto de casarse con la mujer que eligió. —¿hay algún problema? —inquirió, con esa voz profunda y seductora que ella alguna vez había escuchado, su voz era más como un susurro y ella realmente olvidó que él hizo su pregunta. Cuando finalmente se recuperó, él todavía la miraba con los ojos medio cerrados, lo que lo hacía lucir sexi, se lamió los labios mientras rozaba lentamente los dientes en el inferior, lo escuchó tomar una profunda inspiración y cuando miró a él de nuevo, sus ojos estaban cerrados de nuevo. Quería volver a hablar con él, pero decidió no hacerlo, es mejor si se queda callada por ahora. Treinta minutos después se detuvieron frente a la boutique, el chofer se bajó y les abrió la puerta, él salió primero y ella lo siguió. Entraron en la tienda para recibir muchos saludos del personal. —Buenas noches, señor, Dagger. —sonaba en todas partes y se dirigió directamente a una habitación mientras que ella no podía hacer nada más que seguirlo. Se sentaron y había una mesa con dos copas y una botella de vino. Se sirvió y bebió un sorbo. Ella se quedó sentada mirando alrededor de la espaciosa habitación como si tuviera quince años. Una mujer de mediana edad entró con pasos rápidos, había una joven detrás de ella que llevaba un bolso muy grande. —Lo siento mucho Sr. Dagger, solo estaba agregando los toques finales. —sonrió. Eddy asintió y la mujer se volvió hacia ella—¿Le gustaría probárselo ahora señorita? —indagó a ella con una sonrisa. Harmony asintió y entró al vestuario con ella. Se miró a sí misma en el espejo de cuerpo entero y su boca se abrió de asombro, parecía una novia angelical, el vestido es blanco puro, era algo revelador, sus mangas de encaje que se unían desde la cavidad. Mostraban todas sus curvas y luego de la rodilla para abajo, parecía una flor recién florecida y cola detrás de ella. Ella nunca esperó usar un vestido así en su boda, se volvió inmediatamente para salir de la habitación, no puede esperar ver la expresión de él. La mujer le agarró el mano justo cuando llegaba a la puerta —¿Qué estás haciendo, jovencita? —ella pregunta. Harmony la miró como si se hubiera vuelto loca y la mujer se río entre dientes — ¿no ha escuchado el dicho de que un novio no debe ver el vestido de novia hasta el mismo día? Si le muestra todo ahora, ¿cómo puede sorprenderse cuando la vea caminar al altar? —Harmony se mordió el labio. Tiene razón, dijo entre sí, pero eso solamente sucede si el novio ama a la novia, medito, al hombre de ahí afuera no le importaría verla ahora que ese día, quiso decir, pero decidió no hacerlo, no hay nada. Sonrió a la mujer que le estaba haciendo un favor, ella no sabe el tipo de matrimonio que ella está a punto de tener. Se quitó el vestido, no sin darle una mirada más, y se puso su ropa original. Ella salió del vestidor para ver la sorpresa en sus ojos cuando la vio, pero inmediatamente la ocultó, ¿esperaba verla con el vestido? Se imaginó ella, sin embargo, antes de que pudiera decir nada, él se puso de pie y salió de la habitación. Ella lo siguió hasta la limusina y entró tras él. El viaje de regreso fue tan silencioso como cuando venían. Miró por la ventana y cuando notó que el camino no era de regreso a la villa de los Dagger, se volvió para darle una mirada inquisitiva que él no notó o fingió no notar. Quería preguntar, sin embargo, se fijó que él miraba sin importancia hacia fuera, medito un poco, no sabe adónde la lleva él, no es como si la fuera a matar, pensó. Minutos después, la limusina se detuvo y ella miró por la ventana para ver su casa, se sorprendió. ¿La dejó frente al portón de su casa? Pero ¿y su coche se había quedado en casa de los Dagger? Quería preguntar cuando se dio cuenta de que su coche se detenía en el camino de entrada. Ella miró a Eddy, pero él no dijo nada, creyendo que ella sabía qué hacer. Ella suspiró y asintió con la cabeza. —Gracias. —murmuró con desdén. Cuando el chofer le abrió la puerta. Ella se bajó cuando el conductor de su auto también se bajó y se acercó a ella, le entregó la llave y se metió en la limusina con el otro chofer, ella miró al hombre en el asiento trasero a través de la ventana, pero no pudo distinguir su expresión porque el vidrio estaba polarizado de un tono oscuro. Ella chasqueó los dientes al ver lo descortés que es, ahora siente un poco más de dudas, aunque en su imaginar esta más que segura que él será diferente al ser su esposo.
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