CAPÍTULO 4 | PRIMERA MAÑANA

1347 Palabras
La primera mañana de Niccolo estuvo llena de soledad, no imagino despertar de la primera noche de su boda con la cama vacía, y sin tener conocimiento de donde se encontraba su esposa. Salió de la cama y se metió a la ducha tratando de que el agua fría se llevará las amarguras que se estaban acumulando en su interior, trato de refrescarse de convencerse que la actitud de Alexandra era solo por lo que recientemente había vivido, quería creer eso, pero tristemente tendría que toparse con una pared muy dura, porque con el pasar de los días lo único que descubriría era que la vida que le esperaba junto a la Regina de Palermo era triste, fría y vacía, porque la mujer que él estaba dispuesto amar no tenía las mismas intenciones que él. A primera hora de ese día Alexandra se levantó, se dio un largo baño helado y salió para el puerto donde la estaban esperando todos sus hombres para entregarle un inventario completo de lo que habían ocurrido en los últimos cuatro meses que no había estado al frente de las operaciones, su mente necesitaba un respiro, pero ya había sido suficiente, necesitaba volver al trabajo, que todos la vieran invencible, inamovible, como la Regina y digna heredera de la isla, por lo que se aseguró que todos supieran que ella retomaría el poder de las embarcaciones. - Espero que tengas buenas noticias para mi Lucca. La mujer ya no estaba radiante, si bien su rostro estaba igual de hermoso, ya no tenía aquella característica sonrisa, estaba seria, como si la amargura se hubiese apoderado por completa de ella. - Así es mi señora, le agradará saber que todo ha estado igual que antes, solo sin el flujo habitual de Turquía, hasta hace una semana los barcos con la mercancía de los orientales no tocaban puerto, pero hace una semana varias veces han intentado desembarcar, pero las ordenes de la señora Montserrat fueron claras, ni un gramo de su fentanilo o armas han pisado tierra italiana, esa orden solo será removida por usted. Alex no tuvo más que asentir para luego sonreír de manera marga, lo que estaba haciendo era simplemente estúpido, ¿Cómo se le ocurrió utilizar su puerto?, al dejarla plantada dejo atrás toda posibilidad de poder volver a utilizar sus rutas, ella no trabajaba para él, nadie de su familia trabajaba para el Kral por lo que debió pensar dos veces las cosas y en como las hacía. El que le rompiera el corazón fue doloroso, pero el que la humillara delante de todos y la pusiera a ver como contraía matrimonio con otra mujer fue simplemente desgarrador, sabía lo que le haría a su imagen de poder como heredera, sabia las consecuencias que le traería porque al ser su prometida se dio el lujo de verlos a todos sobre el hombro, se jacto de cambiar de religión de mostrarse perfecta y de ser amada por un pueblo extranjero, ¿Y ahora quería usar su puerto?, no, claro que no. - Lucca, si los barcos turcos vuelves quiero que los reciban y descarguen. Todos la vieron con sorpresa, no podían creerlo – Luego quiero que m*tes a todos los guardias y quemes todo lo que traiga la embarcación, no quiero que su asquerosidad ensucie mi puerto. El hombre sonrió, esa era la mujer que conocía – También necesito que delegues a alguien más tu trabajo aquí, volverás a la mansión conmigo, quiero a los más leales cerca de mí. El hombre asintió y salió detrás de ella hacer las rutas para luego volver a la mansión con ella. En casa Niccolo se encontró con un enorme comedor casi vació, solo su suegro estaba sentado tomando una taza de café y leyendo el periódico, dio los buenos días, pero no escucho respuesta alguna, la concentración del hombre caucásico era tanta que no escucho que le estaban hablando, despego los ojos del papel solo cuando escucho que los portones de la enorme casa se abrían para darle la bienvenida a su hija, hasta entonces se percató de la presencia de su yero. - Bueno días Nicco. El hombre le dio una pequeña sonrisa fingida y un asentimiento – Lamento mucho que esta sea tu primera mañana, solo conmigo en el comedor, pero te acostumbraras pronto, mi hija no es la mujer más romántica del mundo. - No es necesario que lo explique suegro, ya ella y yo tendremos tiempo para conocernos. Vio como el hombre casi escupe el café para reírse haciéndolo quedar atónito. - No es necesario que finjas conmigo, se todo lo que pasa en mi casa, incluido el contrato de matrimonio, veras, Alex parece la más inofensiva de todas la mujeres herederas de la Famiglia, pero en realidad no lo es, no tendrás tiempo de nada con ella simplemente, porque ella no te lo dará, es mejor que aprendas tu rol y a vivir en el. Trato de levantase de la silla, pero las palabras de su yerno lo hicieron detenerse. - Es decir que todos lo saben ¿no?, es increíble el que se presten para el berrinche de una niña que solo debería saber lo que es la obediencia, ustedes… - Creo que aún no has comprendido que hay personas que nacen con el potencial de tener el mundo en sus manos y otros que nacen con el universo a su disposición, es necesario que entiendas que tú eres de los primeros y Alex de los segundos, pocos como ella tienen todo lo que deseen con solo chasquear los dedos, ¿Crees que puedes contra ella?, te advierto que estar contra mi hija es estar contra todos los Angelucci, sobre todo sobre Mauridcio, te recomiendo que disfrutes de tus migajas, porque eso será lo único que vas a tener. Niccollo trato de decir algo más, pero la presencia de Alexandra con un enorme hombre detrás de ella lo hizo mantener el silencio, peor hubiese sido mejor para él escuchar de manera atentas las palabras que el viejo le decía, porque sin duda en el futuro le hubiesen salvado la vida. - ¿Todo bien papá? Pregunto la chica. Al ver que las cosas estaban un poco tensas en la mesa. - Muy bien, le comentaba a Nicco sobre mi viaje y que tendrán la casa para ustedes solos. Se levanto y fue hasta donde su hija para darle dos besos, uno en cada mejilla – Es un gusto verte nuevamente cuidando la espalda de mi hija Lucca. El guardia le dio un asentimiento con casi una reverencia para luego ver como el hombre salía de la estancia. Alex replico la acción de su padre y salió del comedor siguiendo su camino hasta el estudio para seguir trabajando, pero la rabia de su marido era tanta que la siguió hasta el lugar para tratar de entrar de mala gana al lugar en el que ella estaba, pero se encontró con una montaña de 100 kilos de puro musculo, Lucca conocía bien su trabajo, las indicaciones no pudieron ser más claras no quería ser interrumpida en el trabajo, quería ahogarse en el, por lo que a Niccolo le fue negado ver a su propia esposa, allí lo comprendió, ella no le respetaría si él no hacía que lo hiciera, pueda que hubiese nacido con el universo a sus pies, pero ahora él se encargaría de mostrarle que no hacia parte de ese universo y que tendría que aprender a respetarlo por completo. No quería migajas. No estaría feliz solo con las sobras. Si tener una esposa le había sido negado entonces le iba a mostrar todo lo peor del matrimonio, primero se desharía de su padre y luego le enseñaría que él no era el único que debía aprender a leer la letra menuda de los documentos, si solo tenía un año para disfrutar lo haría por lo alto, pero antes de irse la dejaría marcada de por vida, solo que no imagino que el fuego no es fácil de contener y quienes juegan con el siempre terminan quemándose.
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