5. Conseguí el trabajo y mucho más

2542 Palabras
KATHERINE Viola tendrá que comerse sus palabras, no pude evitar pensar mientras salía del edificio, con un movimiento arrogante en mis caderas mientras caminaba por el estacionamiento. Me acababan de ofrecer mucho más de lo que podría haber pedido y tendría que trabajar para conseguirlo, pero ¿y que? Yo había demostrado que mi hermana estaba equivocada y eso valía cualquier cosa que tuviera que soportar. Había dos coches allí, uno que obviamente era de él, un Cadillac que llamo mi atención y otro que obviamente estaba destinado a mí. junto a él había un sedán n***o de tipo más utilitario. Vi un medallón dorado en la parte trasera del coche con la forma del logotipo de la empresa y sonreí. ¡Conseguí el trabajo y mucho más! La emoción me invadió cuando presione el botón y las puertas del auto se abrieron. Me deslice en el asiento de cuero y mire el interior del auto. Puede que fuera doméstico, pero no había escatimado en los rasgos. Cuero, asientos con calefacción de alta gama y un sistema de sonido que también hacía las veces de sistema GPS con sincronización de teléfono. Lo tenía todo y pase mi mano por el asiento del pasajero con una sonrisa que podía sentir en mi rostro. ¿Cómo será el departamento? Había dicho que estaba al final de la calle. Arrastre mi bolso desde el piso del pasajero donde lo había tirado y saque el papel que me servía como contrato de alquiler. Encontré la dirección, la escribí en el GPS y salí del estacionamiento. Vi el lugar antes de que la voz del GPS llegara a los altavoces. Era un complejo de apartamentos con dos unidades una al lado del la otra para crear doce apartamentos. Vi una piscina comunitaria, un edificio que aparentemente contenía una sauna, y luego mi apartamento. Realmente no estaba tan lejos de la oficina, menos de una milla y media. Demasiado lejos para caminar con tacones, pensé, pero podría usar mocasines o zapatillas para correr y luego cambiarme antes de llegar a la oficina. ¿pero porque hacer eso si tengo un auto? —Viola se va a morir— dije en voz alta con una sonrisa mientras salía del auto. El lugar era tranquilo, protegido por altas palmeras y bastante caro. Mucho más de lo que habrá podido permitirme por mi sola. Abrí la puerta con la única otra llave del llavero que Liam me dió. No era un apartamento grande, más grande que el de Viola, pero no más grande que mi casa. Un pequeño vestíbulo se abrió a la sala a la izquierda y una cocina a la derecha. Al final del un pasillo corto, encontré dos dormitorios, un baño y, en la puerta trasera, encontré un cuarto de servicio para almacenamiento y una pequeña área con cerca de privacidad para darle un espacio propio. —El lugar estaba vacío, pero en la cocina encontré todos los electrodomésticos que necesitaría, desde un refrigerador hasta una estufa y un lavavajillas. Escondida detrás de lo que pensé que era la puerta de un armario encontré una lavadora y secadora. Yo quería bailar, reír de la emoción mientras pasaba las manos por los azulejos negros que cubrían las paredes traseras de la cocina y el mármol n***o de las encimeras. Gabinetes de madera de cerezo tanto encima como debajo del mostrador alineados en la pared trasera. Una isla en el medio contenía un fregadero y un lavavajillas con una gran zona de preparación. Hacia el frente había una área vacía donde decidí que pondré una mesa y sillas, ahí frente a la ventana. Todos los hermosos muebles que había comprado cuando Paul y yo nos casamos se vendieron junto con la casa, pero encontraría algo, incluso si me llevara algo de tiempo. Compraría una cosa a la vez si fuera necesario. Después de todo, no era como si tuviera a nadie a quien invitar. Todos mis antiguos amigos se habían ido desapareciendo a medida que mis finanzas menguaban y mi hermana siempre estaba ocupada. Mis padres podrían venir, pero lo dudaba. Solían quedarse en casa, lejos de la vida de sus hijos ahora que éramos mayores. Pero tal vez tenga una cama que pudiera quitarles de sus manos, me pregunté mientras caminaba de regreso al dormitorio principal. Allí encontré otra sorpresa; mi propio baño con ducha con azulejos negros, un lavabo con espejo iluminado encima y un inodoro. Nada era barato ni estaba mal hecho; era más de lo que jamás hubiera soñado. Me mudaría aquí esta noche si tuviera una cama donde dormir, solo para salir de la casa de Viola. Había colgado mi bolso en una percha en la pared del vestíbulo, pero volví corriendo para buscar en el cuándo escuché un sonido desconocido chirriando en el interior. Deslicé el dedo de la pantalla hasta que respondí y acerque el teléfono a mi oído. Había visto el nombre de Liam en la pantalla y el miedo me hizo un nudo en la garganta cuando dije hola. ¿Había descubierto que yo era falsa y estaba llamando para exigirme que le devolviera las llaves y el auto? —¿Hola, Katherine? — Su voz profunda tan cerca de mi odio me provocó un escalofrió por la espalda y mire hacia el apartamento con tristeza. Debió haber descubierto algo, sonaba tan severo. —Hola señor, Sinclair, ¿Qué puedo hacer por usted? — Traté de forzar confianza en mi voz y esperé que él no escuchara el ligero temblor que no podía evitar. —¿Ya has encontrado el departamento? — preguntó suavemente, con su voz menos severa. —Si, es muy lindo, gracias— Respondí, un poco confundida sobre porque me llamaría si no se hubiera enterado de que mi curriculum estaba completamente inventado. Me recline contra la puerta de acero blanca, obviamente destinada a seguridad y esperé. —Bien. Hay una computadora portátil en el armario de la sala que olvidé mencionar. Además, todo se ve bien y voy a seguir adelante y ponerte en la nómina. Tendrás un bono de inicio de sesión en tu cuenta corriente en aproximadamente una hora. —¿Un qué? — no tenía idea de que era eso. Le había dado mi información bancaria como parte del papeleo que había firmado antes, así que no me sorprendió acerca de eso, pero si acerca de la bonificación. —Un bono de inicio de sesión, las empresas a menudo se los dan a los nuevos empleados para ayudarlos a adaptarse y como incentivo para, bueno, registrares en la empresa— parecía desconcertado porque no sabía que era. —De todos modos, revisa la cuenta en aproximadamente una hora, debería estar allí— —Por supuesto señor Sinc…—pero no me dejo terminar. —Y por favor, llámame Liam. Mi apellido es largo y probablemente lo dirás mucho— —Por supuesto, señor…uh, Liam— Sonreí para mí misma, mi voz se volvió un poco más suave. Casi un ronroneo. Yo apenas lo conocía y él ya me había dado mucho. Es un hombre muy guapo con rasgos fuertes y una voz que definitivamente mantenía mi atención. Pasaría mucho tiempo con el si tuviera suerte de conservar el trabajo, tal vez algún día podríamos convertirlo en algo mas que una relación laboral. Por ahora solo lo mantendré platónico, hasta saber más sobre él. —Que tengas un buen día, Katherine. Instálate, tomate tu tiempo y prepárate para venir a trabajar pronto. Te necesitaré — Al final se rió entre dientes como si hubiera hecho una broma. Le devolví la risa, sin estar segura de que era tan gracioso, pero ya sabía que sería lo que él quería escuchar. Con Paul había aprendido a que hay que darle a un hombre lo que quiere, incluso cosas triviales como una risa y pronto lo tendría comiendo de mi mano. —Gracias, Liam. Nos vemos pronto— Sabía que probablemente debería hablar efusivamente de lo generoso que había sido, pero él no parecía del tipo al que le gustarían las mujeres efusivas. Mujeres que se reían de sus chistes malos, tal vez, pero no efusivas. Fui a la sala una vez que el terminó la llamada y encontré el armario. En el interior había una computadora portátil encima de una caja. La saqué y, llena de curiosidad, me senté en el suelo y tecle mis datos bancarios. Me quedé boquiabierta cuando vi cuanto tenía ahora en mi cuenta. Santo infierno. Conocía una tienda de muebles usados no muy lejos; podría pagarles para que trajeran los muebles hoy si me fuera ahora. Rápidamente, volví a guardar la computadora portátil en el armario, cerré el lugar y Salí corriendo en dirección a la tienda. A los veinte minutos de llegar, había elegido un sofá, una mesa de centro, una cama, un sillón reclinable y una mesa para la cocina. No era algo nuevo ni caro, pero lo entregarían a las cinco de la tarde, me aseguro el gerente de la tienda. Cada pieza había sido limpiada y desinfectada y me vendría bien por ahora. Un sofá seccional de terciopelo n***o y una mesa de centro de roble irían en la sala, junto con el sillón reclinable de terciopelo n***o. La cama tamaño Queen era básicamente un marco simple con un colchón nuevo, las etiquetas todavía estaban en el colchón, era tan nuevo que alguien acababa de decidir deshacerse de él. Eso me sorprendió, pero no lo cuestione. Mas tarde, le encontraría una cabecera, pero ahora mismo necesitaba ir a unos grandes almacenes. Cuando llegué a casa tenía comida, bebidas, todo lo que necesitaba para la cocina, enseres domésticos como pequeños electrodomésticos y cortinas, sábanas y un juego de edredones nuevo, almohadas ropa nueva y maquillaje. También había un nuevo televisor inteligente que podría mirar con una cena que pediría más tarde en un lugar que hiciera entregas a domicilio, a pesar de todo lo que había gastado, apenas había hecho estragos en la cantidad que Liam me había dado. Los muebles fueron entregados e instalados para las 7:30 pm y había pedido algo de comida china para la cena. Mientras esperaba que llegara la comida, decidí llamar a mi hermana. Había pagado la factura de mi teléfono, así que lo use para llamar a Viola. —¿Dónde estás, Katherine? ¿Otra vez escondida en el bar? — La voz cansada de Viola llego al otro lado de la línea sin ningún entusiasmo. —¿Por qué pensaste que estaba allí? — respondí, con el pelo erizado ya. ¿Por qué Viola no tenía fe en mí? ¿Por qué tenía que ser tan condenadamente negativa? —Bueno, no estás en casa, son las 7:30 y hoy tuviste una entrevista. Supongo que la arruinaste y estás ahí en el bar rogándole a los hombre que te inviten bebidas otra vez— La mueca de desprecio en la voz de Viola solo me enfureció más. —No. No estoy en el bar, muchas gracias. Conseguí el trabajo, para tu información. Gracias por el apoyo, por cierto, realmente ayudó a mi confianza esta mañana— —¿Tu qué? — sonó como si Viola dejara caer el teléfono, pero rápidamente lo volvió a levantar. —Dijiste que conseguiste el trabajo? — —Si, lo hice, y no solo eso, conseguí un coche de la empresa, un apartamento y un bono por inscripción y todo eso— —Katherine, no dormiste con el chico, ¿verdad? — La voz de Viola estaba llena de desaprobación y yo estaba segura de que sufriría un derrame cerebral de lo enojada que estaba. —No. Maldita sea. ¿Cómo puedes decir alago así? mierda, Viola. Se que hemos tenido nuestras diferencias, pero eso es ser una perra, justo ahí— Casi le colgué el teléfono, pero Viola me detuvo. —Lo siento, solo estoy cansada— Había un énfasis en la palabra casada que hizo que entrecerrara los ojos. Lo habría dejado pasar, pero sentí que era otra insinuación más, no una verdadera disculpa. —No puedo creerte. Bien, te enviare fotos. O un video. Espera, te llamaré por w******p— Colgué el teléfono, agregó la información de contacto de mi hermana a la aplicación y volví a llamar. Esta vez con video. —Entonces, este es mi nuevo hogar— El rostro de Viola se relajó y su boca se abrió cuando use la cámara trasera de mi teléfono para recorrer la cocina. Salí a la sala. —Wow. ¿Estaba amueblado? — Viola preguntó y me reí. —No, compré todo eso esta tarde— me asegure de ver las cortinas de satén n***o con paneles de encaje que contribuía al aspecto elegante que quería darle al lugar. Había trabajado duro y rápido para arreglarlo todo. El televisor colgaba de la pared opuesta al sofá y también lo vio antes de moverme por el resto del lugar. Luego remate con salir a mostrarle a mi celosa hermana mi auto nuevo. —Kat, ¿estás segura de que no…— Su voz se apagó. —¿Cómo conseguiste ese trabajo? — —Me fue bien en la entrevista, ¿Qué puedo decir? — Se sintió bien frotar algo en la cara de Viola para variar. Había tenido mala suerte durante tanto tiempo que era agradable recuperar ese sentimiento familiar y superior. —Debes haberlo hecho. Entonces, ¿no volverás a casa esta noche? — preguntó Viola, sonando un poco más feliz de lo que me importaba. —Estoy en casa— respondí con malicia. —Está bien, está bien, no te hagas un nudo en las bragas. ¿Cuándo vas a recoger tus cosas? — —Mañana, supongo. No empiezo hasta dentro de una semana, así que tendré tiempo para acostumbrarme a todo— entre de nuevo al apartamento y cerré la puerta con llave y luego me tumbé en el sofá que había rociado minuciosamente con desinfectante solo para estar segura. —Será mejor que tomes un curso intensivo sobre como ser asistente personal o te despedirán y volverás aquí conmigo— me dijo Viola. —Yo se eso. Además, hice lo mismo por Paul durante años, no es tan difícil— respondí, totalmente confiada de mi capacidad para fingir hasta dominarlo. —Mmm. Entonces no rentaré tu habitación de inmediato— —¿Por qué tienes que socavarme de esa manera? — resople, pero Viola se disculpó, esta vez de verdad. —De verdad me alegro por ti. Te deseo la mejor de las suertes y felicidades— Mi hermana respondió amablemente. —Gracias. Oh, mi comida está aquí, hablamos más tarde, adiós— Colgué cuando alguien llamó a la puerta principal. Le pagué a la mujer en la puerta, tomé la comida y la coloque en la isla. Saqué uno de mis nuevos platos blancos del armario, algunos tazones y vacié las cajas de comida en cada uno. Saqué una botella de vino del refrigerador y después de llevarlo todo a la mesa y sentarme, tomé la copa llena y brinde por el trabajo bien hecho. Ahora, si pudiera hacer el trabajo real, sería una dama increíblemente feliz. ¿y si eventualmente pudiera llevara a Liam a mi cama? Aún mejor.
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