NARRA KAI SPENCER
Esbozo una amplia sonrisa, provocando contrariedad en ella.
—¿De qué te ríes? —inquiere, confundida—. ¿Acaso no entendiste lo que he dicho?
—Por supuesto que lo he entendido, y muy bien, mi amor —respondo, sin que se borre la sonrisa de mi rostro.
—¿Entonces? —demanda.
—Lo que sucede es que suponía que esto iba a pasar —declaro—. Sabía que ibas a decir que no.
Frunce el ceño y achica la mirada. Antes de que pueda decir algo, me pongo en pie y beso su frente, beso que trata de esquivar, pero no logra hacerlo.
—Te conozco muy bien, mi amor —manifiesto, manteniendo mi rostro de frente al suyo. Toco la punta de su nariz con la punta de la mía y se enfurece—. ¿Cuándo me has hecho las cosas fáciles? Tú siempre me las has puesto duras... Todo me lo pones duro.
Esbozo un
