POV ADRIEN LOWELL —Mikaela —murmuro—. Por favor, tranquilízate. No hay nadie más que tú y yo en esta casa. Nadie me pidió que te trajera aquí. He sido yo, queriendo ayudarte, tal y como me lo pediste. —¡Mientes! —me grita, con histeria, alzando las tijeras y amenazando con clavarlas en mi yugular—. Ellos te enviaron. Tú obedeces sus órdenes. El corazón me late a prisa y la respiración se me agita, temiendo que, en su estado de histeria, pueda lograr su acometido, clavarme esas tijeras. —Ellos van a hacerme todas esas atrocidades —farfulla—. Van a hacerme daño y ya no lo soporto más. Mikaela está enloquecida, pero sé que todo esto es producto de las alucinaciones, tal y como Jane me indicó que sucedería. Observa a todos lados, atemorizada, como esperando ser atacada por algo o algu

