Yo lo miré. Lo sentí. Charlotte regresará… lo sabíamos, ya que ella puede tener esa pisca de dudas que esto es un montaje, aunque es cierto, solo que ella no puede saberlo. Pero eso no lo detuvo. Ni a él. Ni a mí. Asentí. Silenciosa. Cómplice. Él acercó su rostro al mío. Despacio. Con esa forma suya de dominar el tiempo, el aire, el espacio. Yo lo esperé. Lo deseé. Y cuando su lengua rozó mis labios… se encendió el infierno. Jugaba. Jugaba su lengua entre mis labios como si me conociera de antes. Como si ya hubiéramos sido amantes en otra vida. Como si esta vez… fuera a devorarme completa. Y yo me uní. Suave. Sensual. Luego feroz. Mis manos se deslizaron por su cuello, su cabello, su pecho… bajando. Lo sentía duro, vibrante. Su mano entre mis piernas, otra vez. Subiendo. Provocand

