Por la mañana ella se levantó deslizándose de la cama para no despertarlo, tomó su ropa y salió de la habitación, iba camino a darse una ducha cuando vio la puerta de la habitación de Megan, siguió su camino y entró, la adolescente aún dormía, era temprano para su entrenamiento de baloncesto, Elizabeth lo pensó antes de colocar su mano en el hombro y agitarla para que despertará.
–Mamá.
–Buenos días Bubu, aún tienes tiempo para seguir durmiendo, no te levantes.
–¿Qué pasó?
–Quería decirte que Robert está aquí –mencionó –. Vino anoche, muy tarde, ya estabas dormida y no quise despertarte, pero está aquí.
–Está bien, mamá –murmuró la chica al darse la vuelta para seguir durmiendo.
–Iré a bañarme.
–Hum –musitó.
Elizabeth pensó que le estaba dando demasiada importancia a la presencia
