Kaelin
—Estaba tan preocupado —murmuró en mi cabello—. Tomó tanto tiempo encontrarte.
—Estoy tan, tan, tan contenta de que lo hicieras —lloré—. Tan contenta de que lo hicieras.
Podría haberlo abrazado por el resto de mi vida, podría haber pasado años solo escuchando el estruendoso latido de su corazón e inhalando su aroma a cedro y tierra fresca. Pero el tiempo no lo permitía. Recogí la manta y me la envolví como una toga antes de que Alaric y yo bajáramos las escaleras. Él estaba desnudo, pero gracias a las personas que usaban la cabaña, él, Dom, Lance y los otros lobos que habían traído consigo pudieron encontrar ropa.
Abracé y besé a mis hermanos, y todos compartimos el alivio de estar sanos y salvos. Pero, ¿dónde estaba Vince?
—¿Vieron a Vince de camino aquí? —les pregunté.
—Oh —
