Los niños estaban enloquecidos con los regalos que les había llevado su tío Luke, y él estaba encantado por ello mientras iban abrazándolo a medida que abrían los paquetes.
Estaban sentados en el living. Los pequeños en el piso lanzando grititos extasiados.
— Qué bueno es tenerte nuevamente aquí, hermano —dijo Charlie sentado junto a Luke poniendo su palma sobre el hombro de éste.
El changer rubio inspiró.
— La verdad que ya extrañaba el olor de la mañana, de la tierra...esta casa...a ustedes...— admitió y el matrimonio de Callie y Charlie intercambió una mirada cómplice.
— Si quieres puedes quedarte en la habitación de huéspedes, sabes que este es tu hogar...
La verdad era que desde todo lo que había pasado con su hembra, Luke nunca había vuelto a su cabaña. Que era la que aho
