Tras muchas horas de vuelo, por fin aterrizaron, Melissa estaba muy nerviosa y aún sin saber qué hacer. Lo único que tenía claro era que enviaría toda la información para hacer justicia, por sus padres y por ella misma.
Damien la miraba de lejos, conservaba una pequeña esperanza de que ella se quedara a su lado.
Ambos fueron recogidos y trasladados a una gran propiedad ubicada fuera de la ciudad, allí estarían seguros. Sin perder tiempo, Melissa tomó el computador y envió al director de la agencia todo el material que Damien había obtenido. Solo debía esperar una respuesta.
Después de eso, ella fué a buscarlo. No podía seguir evadiendolo. Necesitaba estar cerca de él. Se encontraba en una habitación, parado junto a la ventana observando la oscuridad.
—Damien, ¿podemos hablar? — pre
