10. APRENDE. ENTRENA. DEFIÉNDETE.
1532 Palabras
10. APRENDE. ENTRENA. DEFIÉNDETE.
Tras el lío con Marcus en los pasillos, el rumor vuela a los oídos de la familia Knight.
A la mañana siguiente, el nox de Byron le notifica de la visita de su padre.
Antes de ir con ellos Byron se saca el controlador.
En los pasillos, los ojos se detienen para verlo pasar, Byron lamenta que no sea por admiración hacia él, que lo hacen, pero cuando ve a Dean, su padre, junto al vice rector sabe lo que le espera.
—Byron.
—Padre.
Dean va directo al punto por el que se encuentra ahí.
—En estos meses has revuelto las aguas tranquilas de esta escuela. Cuando aceptamos que estudiaras aquí fuimos claros, te pedimos que mantuvieras un perfil bajo.
Byron se cruza de brazos.
—Es lo que estoy tratando de hacer, pero son ellos los que no saben su lugar y pretenden humillarme todo el tiempo.
—Sabíamos desde el inicio que no sería fácil para ti, aun así, aceptaste… pero nunca es tarde para cambiar de opinión, todavía puedes regresar o cambiar a Void.
—Nada de eso papá. Aquí me quedo. Dentro de todo la estoy pasando bien —su tono relajado y despreocupado, confunde a Dean.
—No es lo que el tutor nos comenta.
—Pero es lo que digo yo. No pienso abandonar. Tengo muchos avances. Tengo quien me enseñe.
—Eso nos tranquiliza, pero en este tiempo lo estuvimos considerando, y en vista que tu vida corre riesgo, decidimos darte hasta finalizar esta gestión para decidir tu futuro, en otras palabras, Byron, te damos este año para pensarlo, ser SS o cardinal es una decisión que no se puede revocar jamás. ¿Entiendes la seriedad del caso?
Byron lo sabe. Claro que sí, pero en sus planes no estaba ser cardinal y está furioso con que no puedan asumirlo.
Desde el lío en el pasillo, pasan varios días sin verse con Stand, hasta que una mañana Byron se encuentra con los estandartes blancos colgados en las torres.
Ve a los sirvientes yendo y viniendo sin parar.
Algo sucede y lo sabe.
Está tan absorto con todo aquello que se tropieza con alguien.
—¡Ten cuidado, raro! —es uno de sus compañeros.
Aquello a Byron le quita el entusiasmo de antes, mientras se dirige al hall, su mente vuela e imagina a un futuro Byron Knight portando con orgullo el sello SS en el pecho, mientras que todos ellos, Marcus, Drein, Mondi, y todo el resto, que viven menospreciándolo, se quedarían en trabajos aburridos. Imagina que los humilla a cada uno de ellos, que les hace pagar todos los malos momentos que vive desde su llegada. Imaginar todo aquello le hace sentirse mejor.
A menudo se siente solo, le hace falta su sirviente Branu para distraerle.
A veces, suele hacer travesuras, pero como nadie le pilla se aburre, otras, es su temperamento que aleja a sus compañeros, pero la mayoría es porque no lo aceptan como a un igual.
—Si tan solo tuviera con quien hablar…
Byron contempla a lo lejos a los de tercera línea practicando artes de la defensa, su mirada se queda fija en Stand, quiere ser como él, estar rodeado de admiradores como él, sin desearlo recuerda que desde el vergonzoso incidente no se veían más. Quizás su amistad ha terminado, pensar en aquello lo entristece. La vida es difícil sin diversiones.
A pesar de todo, ese día resulta tranquilo, no tiene tareas extras y lo mejor de todo, no se ha topado con Marcus desde esa mañana, desde que ha dejado el dormitorio antes de la hora.
Uno de tercera línea se le acerca. Byron no le conoce de nada.
—Tengo un mensaje para vos —el chico le mira sin mucho interés.
Byron no tiene la menor idea de lo que quiere.
—¿Conoces a Stand de Lind?
Byron asiente con la cabeza.
—Stand manda a decirte que te espera donde siempre. ¿Ok? No lo vayas a olvidar. Bueno, ya te lo dije. Adiós. No quiero tener problemas por hablar con uno de primero.
El chico se va rápido que Byron no pudo agradecerle.
Aunque estaba emocionado con la noticia, teme por lo que pensara Stand de él, de todos modos, no piensa faltar.
Esa misma tarde, como se lo ha dicho el chico en la mañana, Stand le aguarda, tiene el mismo buen humor que de costumbre, y no menciona el asunto del pasillo, Byron se lo agradece por dentro. Está realmente feliz al volver a reunirse con él.
Byron le pregunta en el descanso.
—¿Sucede algo? Hoy todos está mucho más relajados…
—¡Ja! Sólo se hace el mismo teatro de siempre…
Stand al ver la cara a Byron se da cuenta que no ha entendido el comentario.
—Es que se acerca el GRAN día —agrega haciendo énfasis.
—¿Y qué es ese Gran día?
Stand tuerce la boca.
—¿No se los explicó Nadin? Lo que todos llaman el gran día, es el día que viene en persona el excelentísimo y elije quién será entrenado para escolta.
Byron lo recuerda ahora, el viejo Nadin lo había mencionado, pero a él no le interesa ser SS de escolta, y mucho menos de algún cardinal, por eso se lo ha sacado de la cabeza.
—Dicen que el cardinal Teorens es el más severo de todos.
—Por algo es el más cercano a ser nombrado Señor del centro de poder, ya ves que todos quieren pertenecer a su casa. Es por eso que cada año se postulan cientos de alumnos para estudiar aquí, porque saben que quien pertenezca a la casa de Teorens, tiene la carrera asegurada en Sunid. No es mi caso, pero bueno, Teorens viene una vez al año, elije a cien y se los lleva, allá los preparan para el examen de aceptación, y ya depende de cada aprobar o no.
Byron le escucha pensativo, todo aquello ya lo sabe, pero le encanta la forma en que Stand lo dice. Aparte de él, no sabe de nadie que se atreva a mencionar a los superiores por su nombre, Stand lo hace y a él le gusta.
—A los elegidos los trasladan a Sunid, para entrenarlos de escolta cardinal. Esta será la tercera vez que veré a Teorens. El año pasado se llevó a mi hermano.
Byron no sabía que tenía un hermano, hasta ese momento, su mente se enfoca en Sunid y en lo aburrido que le parece la idea de ser escolta cardinal.
—Puaj, aburrido.
Eso que un SS quiera ser toda su vida guardaespaldas de cardinales es lo peor que le puede pasar a alguien. Entonces las dudas comienzan a nacer en Byron.
—¿Qué hacen con los que no aprueban?
—Los devuelven.
Stand encoge los hombros como si fuera lógico, pero no lo es para Byron que en ese momento se imagina cosas mucho más trágicas.
—A mí que me devuelvan. No quiero servir de niñero ni nada que tenga que ver con cardinales. Yo seré SS de acción —Byron lo dice con obstinación, en ese momento sus mejillas enrojecen.
Stand se da cuenta que en verdad se lo cree y suelta una risa con picardía.
—¡Así que eres uno de los míos! Pero no hay mucho que hacer una vez que Teorens te elije.
Byron baja la mirada, teme que sea una especie de trampa, quizás sus padres le han permitido que asistiera a Mitral solo para que llegue ese momento, y ahora teme que Teorens lo reclute. ¿Cómo no lo ha podido prevenir?
Stand nota su reciente preocupación.
—Bueno, como vine repitiendo todo tiene solución… ¿no quieres correr el riesgo? Busquemos la forma de… hacer trampa.
Stand siempre le sorprende.
Desde hace mucho tiempo antes, Byron ha soñado con burlarse al sistema y salirse con la suya, pero nunca hasta que le ha conocido ha sentido tan tangible y real la posibilidad.
—¿No dijiste que era imposible, que una vez que te elije el cardinal era el final? —pregunta ahora Byron, para asegurarse.
Stand entrecierra los ojos.
—Exacto… pero ¿quién dice que Teoren te verá?
Byron abre los ojos.
—¿Dices que puedo burlar al excelentísimo? ¿Es posible eso?
Stand le sonríe divertido al ver la sorpresa en su cara, pero en ese momento las campanas comienzan a llamar. Es hora de regresar.
—Déjame pensarlo bien. Mañana hablamos.
Stand se da la vuelta y le mira a los ojos. Tiene otra expresión en su rostro.
—¡Ah! Antes de que se me olvide…
Byron intuye que está a punto de mencionar algo sobre el incidente de la vez pasada.
—Byron. Aprende. Entrena. Defiéndete. No permitas que nadie dude de tu valor. No tienes otra forma de enseñarles que deben respetarte.
Byron asiente con la cabeza.
Stand vuelve a sonreírle y al ver que siente avergonzado, le despeina el cabello. Byron le da un rápido beso antes que se marcharse.
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