Casi termino de hacer las cuentas y cuadrar la caja registradora, debo ir al aeropuerto a recoger a Nora, ella viene desde el caribe en busca de una nueva vida junto a sus hijos, aunque por ahora será ella sola porque por cuestiones de papeleo los niños no pudieron viajar con ella.
Mi abuela me la ha encargado y hasta quiere que me bañe y cambie de ropa para que Nora me vea presentable y según ella nadie sabe si termina por gustarme.
Vivo con mi abuela desde muy pequeño y ella es todo lo que tengo, su afán de que consiga una mujer y me case para tener hijos. Ella dice que no quiere morirse sin que le dé bisnietos.
Ya casi cumplo los 40 y aunque he estado con incontables mujeres, ninguna ha llenado mis espectativas, a veces creo que me quedaré solo para siempre.
Llegó al aeropuerto y la veo salir un poco desorientada, la reconozco porque vi fotos de ella en i********:, lo confieso he escudriñado un poco por curiosidad, ya que solo sé que es amiga de mi tía abuela Gretta.
Es una mujer más o menos de mi edad, es hermosa a pesar de verse un tanto triste, parece que su realidad es más fuerte que ella, levantó mis manos y la llamo por su nombre para atraerla hacia mi, me saluda un tanto distante pero es normal es primera vez que nos vemos, todo el camino voy contándole de lugares que dejamos al paso.
Llegamos al local ya está la abuela esperándonos, la recibe y de inmediato se cierran en una conversación que solo veo gestos de lejos.
Al cabo de unas horas la abuela me dice que la lleve a lo que será su hogar desde hoy, es una propiedad de la familia que estaba inhabitada, es un poco vieja pero es muy acogedora, con unos arreglitos estará perfecta.
La veo subir y tratar de entra a la casa, por lo que me adelanto a abrir la puerta y sin querer rozo mi brazo con el de ella y una extraña sensación me recorre, me disculpo y la dejo seguir.
Ella entra y observa todo a su alrededor, me despido y me marcho aún tengo cosas que hacer en la tienda.
Al caer la noche recuerdo que no llevo nada de comer más que un panecillo que le dio la abuela, decido llevarle algo por lo menos para cenar.
Toco la puerta y al abrir la veo un poco más relajada, al parecer estaba acabada de bañar ya que un aroma a fresca y suave vainilla entro por mi olfato y me inundó, le pasó la bolsa con algunos alimentos me agradece y me pide mi móvil para llamar a sus familiares, luego de un rato me lo devuelve y me pide si la puedo acompañar al día siguiente por un teléfono y cosas que necesita para reparar la casa, en lo que quedamos que la recogería a media mañana.