Chapter 5

1120 Palabras
Winchester, Engla-lond. Primera semana de julio, 935 D.C.—¡Fuera! ¡Todo el mundo fuera! —Pero mi señor, aún tienes peticionarios. Athelstan señaló con la mano a su mayordomo: —Diles que esperen. Ahora déjame. Tú también, Byrnstan. Y tú también, Louis. Byrnstan sonrió, hizo una reverencia y se marchó detrás de los demás. Louis vaciló, pero la mirada penetrante de Athelstan lo sacó del vestíbulo. Cuando se hubieron ido, Athelstan cogió el rollo de pergamino que acababa de traer el comerciante del Norte y, con el corazón palpitante, desató la cinta que lo ataba. Despacio, con cuidado, desenrolló la fina vitela y empezó a leer: Al Rey Athelstan, el glorioso y generoso siervo de Dios, Rey de los Anglos. Yo, el rey Hakon, hermano en Cristo y antiguo hijo adoptivo en vuestra casa caritativa, os envío saludos. Al Rey Athelstan, el glorioso y generoso siervo de Dios, Rey de los Anglos. Yo, el rey Hakon, hermano en Cristo y antiguo hijo adoptivo en vuestra casa caritativa, os envío saludos.Con corazón gozoso y humilde agradecimiento a nuestro Santísimo Maestro, os envío estas buenas nuevas. Erik Hacha Sangrienta, hijo de Harald Fairhair, ha sido derrotado por las fuerzas de la rectitud y expulsado de esta tierra. No sé adónde va, pero tengo la sospecha, debido a su relación con Jarl Einar de Orkneyjar, que pronto podría ser visto en vuestro reino. Rezo para que esto no suceda, pero debo advertiros, no obstante, que estéis atento a él. Es un tipo astuto y no dudo de que seguirá siendo peligroso hasta el día de su muerte, y probablemente también después. Con corazón gozoso y humilde agradecimiento a nuestro Santísimo Maestro, os envío estas buenas nuevas. Erik Hacha Sangrienta, hijo de Harald Fairhair, ha sido derrotado por las fuerzas de la rectitud y expulsado de esta tierra. No sé adónde va, pero tengo la sospecha, debido a su relación con Jarl Einar de Orkneyjar, que pronto podría ser visto en vuestro reino. Rezo para que esto no suceda, pero debo advertiros, no obstante, que estéis atento a él. Es un tipo astuto y no dudo de que seguirá siendo peligroso hasta el día de su muerte, y probablemente también después.En cuanto a mi próximo estado de cosas, queda mucho por hacer. Erik ha destrozado muchas de las estructuras buenas y adecuadas de este reino y temo que mi trabajo para reconstruir esta tierra será interminable. Con este fin, os pido que me enviéis una fuerza de intrépidos hermanos en Cristo, todos monjes, para ayudar a traer la luz de nuestro fiel Señor a este lugar oscuro. La tarea no estará exenta de peligros, ya que los norteños no saben, y por lo tanto no comprenden, que este mundo está gobernado solo por Dios. Sin embargo, sé que a los buenos hermanos no les falta valor ni celo y, por lo tanto, vuestra tarea de encontrar hombres así no debería ser demasiado problemática. En cuanto a mi próximo estado de cosas, queda mucho por hacer. Erik ha destrozado muchas de las estructuras buenas y adecuadas de este reino y temo que mi trabajo para reconstruir esta tierra será interminable. Con este fin, os pido que me enviéis una fuerza de intrépidos hermanos en Cristo, todos monjes, para ayudar a traer la luz de nuestro fiel Señor a este lugar oscuro. La tarea no estará exenta de peligros, ya que los norteños no saben, y por lo tanto no comprenden, que este mundo está gobernado solo por Dios. Sin embargo, sé que a los buenos hermanos no les falta valor ni celo y, por lo tanto, vuestra tarea de encontrar hombres así no debería ser demasiado problemática.En cuanto a mis propios asuntos personales, pronto habrá algunos cambios (aunque, lo admito libremente, estos nacen por necesidad y no por elección). Dentro de un mes, en la luna de miel, me casaré con la hija de un poderoso jarl llamado Ivar, uno de los hombres que me ayudó a ganar este reino. Acepto esta responsabilidad como pago debido por la ayuda que me brindó este mismo jarl, pero mi corazón está apesadumbrado. El peso viene como resultado de una cruel desgracia e, incluso ahora, me cuesta describirlo. Os ahorraré los detalles e iré directo al grano. Aelfwin está muerta. La encontré aquí entre los norteños, como esclava de Jarl Ivar, perdida en su esperanza y utilizada más allá de toda descripción. Hice todo lo posible por restaurar su dignidad y salvarle la vida, pero al final perdí la batalla. Por favor, transmitid mis más profundas y sentidas condolencias a sus padres. Siempre será recordada en mis oraciones y, espero que también en las vuestras. En cuanto a mis propios asuntos personales, pronto habrá algunos cambios (aunque, lo admito libremente, estos nacen por necesidad y no por elección). Dentro de un mes, en la luna de miel, me casaré con la hija de un poderoso jarl llamado Ivar, uno de los hombres que me ayudó a ganar este reino. Acepto esta responsabilidad como pago debido por la ayuda que me brindó este mismo jarl, pero mi corazón está apesadumbrado. El peso viene como resultado de una cruel desgracia e, incluso ahora, me cuesta describirlo. Os ahorraré los detalles e iré directo al grano. Aelfwin está muerta. La encontré aquí entre los norteños, como esclava de Jarl Ivar, perdida en su esperanza y utilizada más allá de toda descripción. Hice todo lo posible por restaurar su dignidad y salvarle la vida, pero al final perdí la batalla. Por favor, transmitid mis más profundas y sentidas condolencias a sus padres. Siempre será recordada en mis oraciones y, espero que también en las vuestras.Rezo para que esta carta os halle con buena salud y ánimo. Por favor, transmitid a Louis, a Byrnstan, al Padre Otker y a los demás que pienso en ellos a menudo y rezo para que Dios los mantenga bien. Que Dios os proteja a todos y os mantenga siempre en Su abrazo. Rezo para que esta carta os halle con buena salud y ánimo. Por favor, transmitid a Louis, a Byrnstan, al Padre Otker y a los demás que pienso en ellos a menudo y rezo para que Dios los mantenga bien. Que Dios os proteja a todos y os mantenga siempre en Su abrazo.Vuestro amigo y compañero en la realeza, Vuestro amigo y compañero en la realeza,Hakon Haraldsson Hakon HaraldssonCon mucho cuidado, Athelstan volvió a leer el texto, saboreando cada palabra y cada trazo de la pluma. Cuando terminó, volvió a enrollar la carta y colocó de nuevo el lazo, luego tomó su copa de vino y la levantó hacia el cielo. —¡Bendito sea Dios!
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR