Mientras la abrazaba, sentía que el tiempo retrocedía, que no habían pasado seis años y más que nada, que ella no se había marchado. La tenía entre mis brazos y solo quería eso, olvidándome de todo, incluso de mí mismo para solo prestarle atención a ella.
¿Cuándo fue que pasó tanto tiempo? ¿Cuándo?
¿En qué maldito momento fue que dejé de esperarla? ¿Por qué dejé de esperarla si aún tenía todo esto dentro de mí? ¿Al menos no debí olvidarla antes de empezar de nuevo? Solo me resigné a que la perdí, pero…nunca la olvidé.
¿Por qué…? ¡¿Por qué ahora?!
—No puedo soltarte, Megan. Presiento como si te fueras a escapar otra vez. Tal vez nunca debí soltarte, quizás sentiste que…yo no estaba ahí para ti y…—mordí mi labio inferior, estaba feliz, pero también sentía que agonizaba.—Dime que no fue
