Oscar Salgo del salón, ya es hora del almuerzo y por fin puedo estar lejos de toda la hipocresía de las personas de este lugar. No entiendo porque todos quieren acercarse solo por nuestro dinero, estatus y obvio nuestra apariencia. Nadie ha sido verdaderamente sincero con nosotros a parte de nuestros primos, sus novias y por supuesto nuestra querida Sofia quien ha sido la más sincera de todas, importándole poco nuestro nivel social, le da igual todo eso. Quiero verla, abrazarla y sentir ese delicioso aroma de chocolate en el que genere un vicio. Si fuera por mí la tendría todo el día en mis brazos, sentada en mis piernas mientras veo las clases y viéndola cada vez que reparo un auto. Pero no puedo hacerlo, también es de mis hermanos y ella tiene su propia vida y responsabilidades. La am

