Capítulo 30. Pero si intentas algo, Martin y yo te detendremos. Sir Artur observa a su empleado, no puede confiar más en él. Pero algo ganó de todo esto, saber que la mujer con la que su padre se reunió fue Adaia, ahora entiende bien porque su padre la eligió. Ella si concuerda con la descripción que su difunto padre le hizo de la jovencita con la quería que se comprometiera. -- Adaia mi padre solo fue una pieza más en este extraño juego – le comienza a decir. -- A él también lo engañaron, pero gracias a ti pude encontrar a la persona que se reunió con él. Fuiste tu la mujer a la que mi padre le ofreció un compromiso y yo siempre cumplo mis compromisos – culmina sir Artur con una sonrisa en los labios. Luego levanta la mirada a uno de sus hombres para que se lleve con él a Abimael. Que

