En su búsqueda del vestido perfecto Emma encontró un vestido aún más hermoso que el azul que le había gustado y este tiene un color aún mucho mejor.
Las dos están almorzando en un restaurante que está cerca del centro comercial donde Emma y su hermana estuvieron de compra, mientras están comiendo Emma se la pasa distraída y pensativa mientras su hermana no deja de hablar de la gran fiesta que van a celebrar como bienvenida para Emma.
—Estoy ansiosa de que ya sea el momento para de ponerme el vestido que compre. — dice Elaine y Emma debido a su distracción y de pensar en el tío de Matías no le presta atención. — Emma, Emma.— le dice, pero Emma no le hace caso. — ¡Emma! — grita algo enojada.
—¡Que? Si me quieres decir algo solo llámame con calma, no tienes por qué gritar. — se queja.
—Si fuera así de verdad me hubieras escuchado cuando trate de llamar tu atención y tu ni caso que me hiciste, la verdad es que desde que tuvimos el inconveniente con esas mujeres en el centro comercial esta distraída y pensativa.
—Lo siento no fue mi intención.
—¿En qué estás pensando? Te la ha posado así todo este tiempo y tengo curiosidad.
—No es nada, solo estoy pensando en la sorpresa que Matías se llevará cuando sepa de verdad quien soy.
—Es evidente que se arrepentirá de haber sido un completo idiota. — le responde, pero en su mente a surgido la curiosidad de saber qué tipo de persona es el tío de su ex.
Las dos terminan su almuerzo y regresan a la mansión de los Taylor, ahí Emma vuelve a encerrarse en su cuarto para pensar sobre el rumbo que tomara su vida ahora, antes todo lo que hacía giraba en torno a Matías y hasta había dejado a un lado su vida perfeccionar, pero ahora ella ya no está casada con él y necesita darle un rombo a su vida, sus esfuerzos por tener un buen matrimonio no sirvieron y no pudo ganarse su amor como ella siempre había deseado y lo único que obtuvo fue desprecio.
—¿Qué será lo que hará? — dice mientras camina en circulo en su cuarto. — quizás y deba hablar con mi hermana y ver si hay en las empresas algún puesto para mí. Si, eso es lo que debo hacer y podría ser lo mejor, iré a verlo ahora mismo.
Emma sale de su cuarto y decide dirigirse a la empresa centrar para hablar con su hermano, lo último que ella desea es quedarse todo el tiempo en la casa sin hacer nada con su vida.
Emma le pide al chofer que la lleve a la empresa y este prepara el auto y se van hacia su destino.
La empresa de su familia es una multinacional que hace fusiones con otras empresas y patrocina diferentes negocios, su familia posee una de las más grandes empresas del país y se considera que es la familia más rica de todo el país.
Emma llega a la empresa y se dirige al piso donde se encuentra la oficina de su hermano Cristian.
—Hola. — le dice ella a la secretaria de su hermano.
—Hola en que puedo ayudarla.
—Me gustaría ver al señor Cristian Taylor, por favor.
—Tiene usted una cita con el señor.
—No, pero llámalo y dile mi nombre, estoy segura de que no dudara en dejarme pasar a verlo.
—Muy bien, dígame su nombre. — le dice incrédula la secretaria ya que no cree que de verdad sea alguien importante y que su jefe le vaya a permitir la entrada sin una cita.
—Mi nombre es Emma Taylor. — le dice y la secretaria se queda pasmada mirándola ya que reconoce muy bien ese apellido, además de que su jefe había mencionado en varias ocasiones en esta ultimas semana el nombre de su hermana.
—¿Es usted la hermana del señor? — le pregunta algo nerviosa.
—Sí, así es.
—Déjeme y la llevo a donde él se encuentra, el señor no se encuentra en su oficina.
—Ok, entonces vamos.
Las dos se dirigen hacia donde se encuentra en salón de conferencia donde Cristian ha tenido una reunión con algunos inversionistas y nuevos empresarios que buscan asociarse a su empresa.
—Déjeme y le aviso que usted está aquí.
La secretaria entra al salón mientras Emma se queda esperando a que ella salga y le permitan entrar, lo último que ella desea es entrar e interrumpir alguna reunión importante.
Después de poco tiempo la secretaria de su hermano sale y va hacia donde se encuentra Emma esperándola.
—Señorita puede pasar el señor la está esperando.
—Ok.
Emma va hacia el salón de conferencia y entra, ahí se encuentra su hermano con su asistente.
—Hola hermanito. — le dice mientras va hacia el para darle un abrazo.
—Emma cariño que haces aquí.
—Quiero pedirte un favor.
—Un favor, que será lo que quieres.
—No es nada que no me puedas conceder.
—Dime lo que deseas y luego sabre si de verdad te puedo conceder tu deseo.
—Quiero trabajar en la compañía, no quiero pasármela encerrada en la casa sin hacer nada.
—Creo que eso es algo que si puedo cumplir. — le dice sonriente.
—¡Enserio! Gracias Cristian, no sabes cuanto te quiero. — le dice feliz y se abalanza sobre él y le da un abrazo.
En ese momento por casualidad o por cosas del destino Matías entra en el salón de conferencia y ve a Emma abrazando a Cristian mientras le da un beso en la mejilla.
—Así que aquí es donde estas. — le dice con sarcasmo y Emma al escuchar su voz se da cuenta de quien es la persona que ha hablado y rápidamente lo mira.
—¿Matías que haces aquí?
—Estoy realizando algunos negocios con el hombre que por lo que veo es tu nuevo pretendiente. — le dice mientras la mira con desprecio.
—¡Disculpa! ¿Qué has dicho?
—Nada, ustedes continúen con lo que estaban haciendo, yo solo vine a buscar estos documentos que se me habían quedado aquí. — Matías toma una carpeta que está en la mesa y sale del salón donde se encuentra.
—¿Por qué se encuentra el aquí? — le pregunta extrañada a su hermano.
—Hay un proyecto en el que los socios quieren invertir.
—No pensé que me lo encontraría aquí, y la forma en la que nos habla me dio a entender que el quizás cree que hay algo entre nosotros.
—No te preocupes por lo que el piense, ya los dos están divorciados y tu empezará una vida nueva.
—Tienes razón.
—Qué tal si me espera y vemos que puesto puedo darte en la compañía y luego cuando termine mi trabajo te invito a cenar.
—Quisiera regresar a la casa y descansar, he estado fuera casi todo el día y la verdad es que siento algo estresada.
—Bien, si es así entonces no te detendré.
—Adiós.
—Adiós.
Emma sale del salón de conferencia, y para su no grata sorpresa se encuentra con Matías que aún no se ha ido. Ella camina hacia el ascensor y lo ignora por completo, sin embargo, el la sigue, rápidamente ella entra al ascensor y trata de hacer que la puerta se cierre rápido para que a él no le dé tiempo a entrar en el ascensor, pero Matías es rápido y logra extender su brazo y detiene la puerta.
Emma se siente molesta al tener que estar cerca de Matías.
—Veo que te está hiendo bien.
—Sí, así es.
Matías sonríe y la mira con desprecio.
— Siempre aparentaste ser una mujer inocente, pero en realidad buscabas al mejor postor. — le dice asiendo que ella lo mire a la cara.
—Eso es lo que piensas.
—Y que más debo pensar, me dejaste hace poco tiempo y ya estas saliendo con otro, que sin dudarlo es mucho más rico que yo. — le dice mostrando su evidente molestia, es claro que Matías no está a gusto con Emma por haberlo cambiado por otro hombre.
—¿Te molesta que este con otro y o haya guardado un duelo por nuestra fallida relación?
—¿Qué dices?
—No te hagas el tonto, escuchaste muy bien lo que te he dicho.
—Eres una descarada.
—No más que tú que te acostaste y embarazaste a otra mujer aun estando casado conmigo, deja de sentirte el ofendido que no te queda para nada.
En ese momento se abren las puertas del ascensor y Emma sale, Matías se queda en silencio sin encontrar que decirle en respuesta a la mujer que una vez fue su esposa.