NO HE SIDO TAN AFORTUNADA

1265 Palabras

Violeta miró a su prima con las lágrimas bailando en sus ojos. —¡Oh, Santo Dios, no puedo creerlo!— gimió mientras se abrazaba a su prima.— pensé que nunca lo. . . lograría, pensé que moriría allí— sollozó— en manos de mi propio padre. —Sentémonos— señaló el mueble y ambas fueron hasta allí, y se sentaron una junto a la otra. Olivia le tomó ambas manos y la miró con dulzura— estoy tan feliz de que estés aquí, Violeta, llegué a pensar que. . . te perdería— acarició los morados de su rostro— Leonardo, es un salvaje— dijo refiriéndose a si tío— mira nada más como te dejó. —Eso no es importante ahora— secó sus lágrimas— estamos juntas y somos libres. —Asi es Violeta, libres— sonrió con ternura. —Esteban debe estar muy interesado en ti— sonrió— mira nada más como te consiente. —Sin él n

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