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2219 Palabras
Todos los invitados de la reina están sentados en sus asientos en el jardín, la reina se encargó de que el jardín se viera precioso para ese momento. La prometida de Cassian porta orgullosa el anillo de compromiso en su mano, Cassian ha estado a su lado en gran parte del día, pero a Nova la ha ignorado desde que le mostró la prueba en la privacidad de su habitación. En esos tres días ella se ha preguntado que hizo para el cambio tan radical que Cassian ha tenido hacía ella, cuando él le habla es solo para darle órdenes. Ella se realizó la prueba un día después de esa última noche, le dio negativo y ha querido decírselo al capitán muchas veces pero siempre recibe lo mismo de su parte. Nova supervisa que las personas lleven la comida a la mesa y que no haya nada indebido en los meseros. No es gran cosa lo que hace, y Cassian le dijo que después del evento podía tomarse el día si quería, se lo ha estado pensando y tal vez lo haga. El padre de Cassian asiente de manera discreta a su esposa que le responde de la misma forma con un mensaje le mandan el mensaje al padre de la joven Doreta Sanders y este asiente, la hora de la verdad llegó. El padre de Cassian se levanta mientras su esposa golpea de manera delicada la copa de cristal Islámico, un cristal sumamente caro por ser de arena negra de la Provincia, la playa de la Comarca del Norte. Todo el mundo les pone atención, Doreta se sonroja, sabe lo que pasará, anunciarán su compromiso. Cassian se mantiene neutro antes de sentir el brazo de su prometida entrelazarse con el suyo.  —Es un placer para mí, anunciar la futura unión de mi hijo Cassian—Nova escucha las palabras del padre del hombre que tantas veces le dijo que se casarían y algo en su interior empieza a romperse—, con la hija de mi mejor amigo, Andrex. Los aplausos suenan en todo el jardín, Nova se siente a morir, y más por el beso que le da Cassian a la joven Doreta. Sí fuera de noche hubieran notado que la energía se prende y apaga a punto de explotar, hubieran notado esa parte de poder, pero nadie lo nota. Nova no despega la vista de la joven pareja que se ve feliz de estar comprometida. —Quedan cordialmente invitados a la boda—anuncia la madre de la joven en tono dulce. Nova le pide a Ardêr permiso para irse del lugar, se lo concede, sabe que el corazón de su amiga está roto. Cassian ve la sombra de Nova perderse por un pasillo, sabe que va a su habitación. Nova va dejando salir sus lágrimas mientras avanza por los pasillos del palacio, va con la cabeza agachada, no quiere que vean el llanto que la consume. Llega a su recámara y se encierra en las paredes que conforman su dormitorio, se junta a la puerta y se deja caer cómo una niña, sus piernas se doblan para sostener su cabeza, llora en esa posición por horas, cada recuerdo en ella arde como la mecha de una vela consumida por el fuego.   —Sólo come un poco—le pide Ardêr en tono dulce por cuarta vez de lo que va de la noche. Ha pasado una semana desde que descubrió la verdad, una tan amarga que le duele salir e indagar entre los pasillos. Se ha hecho pasar por enferma y por eso no sale, Cassian no le discute a Ardêr cuando va a decirle que Nova sigue igual. —Vamos…, si comes te llevo a donde quieras—la chica le sonríe de manera tímida, pero accede a comer un poco. Ardêr la ayuda a comer y animarse un poco así que ella le pide ir por un helado al pueblo. Se cambia poniendo un vestido sencillo en el cuerpo, un vestido corto que le da un aire fresco, ambos salen de la habitación, caminan por los pasillos en tranquilidad hasta que se topan a Cassian. En su traje queda rastro del perfume de Doreta. Nova no dice nada, sólo se aferra al brazo de Ardêr para que no la deje caer mientras caminan en dirección al capitán. —Nova, ¿puedo hablar contigo?—pide el capitán. —Puedo hacerlo Ardêr—le dice a su amigo, este asiente. La suelta y deja que se aleje para girar su vista a la chica. —Lo que… —¿Era tan complicado decirme que estabas comprometido?—le dice ella con un hilo flojo de voz. —Quise decírtelo… pero… —¿Desde cuándo lo estás? —aunque le duela quiere saberlo. —Desde hace dos meses—cuenta mentalmente las veces que ambos se fueron a su departamento en esos meses o las que estuvieron en la misma habitación.  —¿Por dos meses me viste la cara? —ya no oculta el dolor. —Nova… —De verdad creí que… —¿Qué creíste? ¿Qué te quería? ¿O qué te amaba?—el corazón de la chica se rompe un poco más—. No voy a sentir nada por alguien que sólo me daba sexo. A los dos les duelen esas palabras, a él decirlas y a ella escucharlas. —Ya no vayas a mi recámara—le dice ella tras un momento de amargo silencio y dolor inmenso—, y quiero la llave que te di de mi departamento. Le recalca mi departamento para que sepa que ya no es bienvenido. —Te la mandaré con Ardêr—ella asiente. —Que seas muy feliz, Cassian—en el palacio jamás lo había llamado por su nombre—. Que lo seré sin ti, y con respecto a mis sospechas… tranquilo, que no tendré ningún hijo tuyo. No le da tiempo de responder cuando camina de manera rápida por el pasillo, Ardêr la espera afuera y al salir puede ver las lágrimas de su amiga, la abraza y ella se suelta de nuevo. El corazón lo tiene más roto de lo que esperaba. Y nadie lo podrá componer.   Kristihan entrena con su hermano, el gimnasio es un infierno con el calor que ambos desprenden, ambos hermanos comparten el color n***o del cabello, y el color claro de piel, pero los ojos… uno saco los de su madre y el otro los de su padre, Harry saco el color de ojos de su padre, un color cobre que más bien parece un infierno, y los de Kristhian son azules como el fuego más ardiente. Ambos logran hacer las maniobras del fuego azul, y salir ilesos. Chocan sus palmas al ver el hermoso fuego que arde en el suelo. Se van a duchar y el agua que les cae en el cuerpo chilla de la enorme temperatura que los príncipes llevan. Se ponen la ropa con la que andan por el palacio, muchas doncellas tienen en la mira al príncipe Kristhian, por ser el futuro monarca, pero también tras el hijo menor de los reyes. Ambos son buenos en sus poderes, pero lo es más Kristhian; ambos hermanos caminan por los pasillos de su palacio hablando de posibles técnicas que les podrían servir. Llegan a donde escuchan la pelea de dones, el lugar donde entrenan los guardias. A los dos les gusta ver entrenar a otros para poder compartir opiniones de poder y esas cosas, entran en la sala y hacen la mueca de que no ocupan hacer reverencia, se sientan en la banca que tiene el gimnasio y observan la pelea que hay en el ruedo. Cassian está peleando con Ardêr, y hasta ese punto va ganando Ardêr, el capitán está distraído y su subordinado le va ganando. Kristhian gira su vista a la ventana y ve a la chica practicar con la energía de la toma corriente, no había visto un electron en años, pero el poder de la chica no es tan fuerte cómo el último que vio, apenas y puede mantener la energía entre sus dedos por más de un minuto. Ardêr hace un movimiento con sus manos y saca al capitán del ruedo, el Cassian es estrellado contra una pared y sujeto por está. Ardêr controla la tierra, y el capitán el metal. —Nunca había visto a Ardêr pelear así—dice uno de los guardias. Todos se quedan asombrados de la forma de pelear que tuvo el sub capitán, ya que siempre perdía contra el capitán, y ahora, fue al revés. Se sienta en su banca mientras ve a su amiga peleando con la electricidad. —Creo que deberías… —Pediré mi renuncia cuando pase el desfile—dice apenas en tono audible. —Nova, no puedes renunciar sólo por… —Me iré a la Pradera—donde ella creció y vivió hasta antes de trabajar en la guardia—, no dejaré que la casa de mis padres se caiga, además… ¿para qué me quedo? El futuro que pensé que tendría aquí…—los ojos de la joven van a dar al que le rompió el corazón— se murió, mejor me regreso a mi casa, lejos de aquí, donde cierta persona no me esté mostrando a su prometida en la cara. Ardêr no le dice nada más, sabe que su amiga ya se cansó de llorarle al capitán que fue sólo un idiota con ella, y que a pesar de todo ella seguirá amando. Todos se retan entre sí pero nadie reta a Nova, saben que Nova no sirve para un combate de ese tipo, ella está ahí por un favor que debía el rey, pero eso es cosa que ella no sabe. A Kristhian se le hace extraño, pero no dice nada, sigue viendo entrenar a sus guardias. El rey ve desde el palco a sus hijos, mientras ellos ven entrenar a los guardias. —¿Cuánto tiempo más vas a fingir que ella no es hija de Aurel?—el rey se gira a su esposa. —No parece serlo, he visto su poder, es muy débil en comparación al de él—los dos ven a la chica sentada en la banca del gimnasio con una cara triste. —Ya vi para que quería Kristhian que hiciéramos la comida—dice la reina al ver las miradas que le arroja el capitán a la chica. El rey mira a donde su esposa ve, y capta el dolor en los dos jóvenes, pero ella es fuerte, olvidará el romance del capitán con la pareja que el destino tiene para ella. —Mi capitán de guardia con la hija de Aurel—el rey niega. —Ambos pensamos en ella para él—no habla del capitán. —Sí la chica no muestra el poder de su padre, jamás llegará a donde queremos. —Hay que darle un leve empujón—dice la reina con una idea algo turbia en su cabeza. —¿A qué te refieres? —la reina le sonríe y le cuenta la idea que se formó en su cabeza. Ambos miran a la chica al finalizar de planear la idea, será fácil darle a Nova la chispa que encenderá todo su poder. Aunque eso está más cerca de lo que imaginan.   Nova camina a su habitación con la mirada perdida en ningún lado, sus pensamientos van a las tantas promesas falsas que Cassian le hizo, tantas palabras que ella les dio significado y que se perdieron por ser un juego s****l que el capitán tenía. Tal vez sí sea buena idea irse a la Pradera, puede conseguir un empleo justo, trabajar, enamorarse de nuevo, dejar que las cosas sucedan y formar esa familia que desea, ver a sus pequeños crecer y envejecer con su esposo a su lado. Tal vez lo haga.   Cassian la busca por todo el palacio, hasta que la encuentra en el ruedo, Nova práctica con la espada, mientras el príncipe Harry es su instructor. El joven logra tumbarla y ella cae al suelo con su espada tirada a unos metros de ella. —Levanta tus defensas—le recuerda el príncipe. —¿Qué hace señorita Straigth?—ella se tensa en el suelo. Harry lo nota y recuerda lo que su hermano le dijo hace unos días, así que defenderá a Nova no por lo que sucedió sino porque la considera una amiga que está mal emocionalmente. —Me ayuda a entrenar—simplifica Harry—. Aceptó ayudarme con el manejo de la espada, pero parece que yo la entreno a ella. Ella le dedica una sonrisa al príncipe antes de ayudarla a ponerse de pie. —Lamento interrumpir en ese caso… pero su padre requiere a la joven. Harry asiente y Nova se va a bañar. Se quita el sudor y se seca el cabello con la toalla, sale y se viste de nuevo, está nerviosa ya que no sabe para que la solicita el rey, Cassian va a su lado, él le roza los dedos como lo hacían pero ella de inmediato los aparta. No le dice nada, pues no necesita explicación, sabe que la rompió en pedazos y no se compondrá tan fácil.  
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