+KILLIAN+ Estoy saliendo de la oficina y lo primero que hago es sacar el celular del bolsillo. Mis dedos marcan el número casi por instinto. Barbie contesta al segundo timbrazo con esa voz aguda que siempre me da la impresión de que está en una pasarela o a punto de anunciar algún producto de belleza. Le pregunto directo, sin vueltas: —¿Qué pensó Aria del nuevo trabajo? —Aceptó —responde Barbie, con una sonrisa que puedo imaginar a través del teléfono. Sonrío. Me acomodo la corbata y miro hacia el cielo mientras me relajo por primera vez en el día. Esa respuesta me pone de buen humor… tanto, que la sensación se me instala en el pecho durante toda la madrugada. Estando en la habitación de Aria anoche, viendo cómo dormía, cómo respiraba tranquila después de todo lo que había vivido, con

