+KILLIAN+
Estoy afuera del edificio. La madrugada está helada, pero no lo siento. La adrenalina corre por mi cuerpo como una maldita descarga continua que me impide siquiera respirar con normalidad. Dejé dormida a mi conejita, hace poco que se durmió, yo intente dormir, pero no pude.
Dios… mi conejita.
La miré por un largo rato antes de salir. Su cabello desparramado sobre la almohada, sus labios entreabiertos como si aún dijeran mi nombre en sueños. Su cuerpo desnudo envuelto apenas por las sábanas que apenas alcanzaban a cubrirle los muslos. Tenía ese aire angelical y descomplicado que me rompe los esquemas.
No quería que escuchara la llamada que iba a hacer. Hay cosas que no debe saber todavía, y no porque quiera ocultarle el mundo al que pertenezco… sino porque aún no es tiempo. No
