Capitulo 4

1427 Palabras
-Señor Cote ya está listo el automóvil que lo llevara a la frontera- aviso Samantha abriendo la puerta de la biblioteca. - Muy bien. – respondo dirigiéndome al vehículo - Samantha podría recordarme porque de la urgencia de ir. - Si señor, en sus tierras de la frontera ha habido muertes de miles de animales sin razón aparente. - contesto. - esto no es algo de lo que las personas encargadas de la reserva puedan encargarse, la ineptitud de los humanos es algo sorprendente casi extraordinario. - - señor los informes demuestran que no hay nada fuera de lo común para los mortales no hay envenenamiento o marcas de caza alguna en los animales es como si solo amanecieran murtos, este es el informe. - me entrego una carpeta con todo lo sucedido ene estos meses, esto es abrumador en menos de 4 meses mas del 50 porciento de los animales de la reserva amanecieron muertos. - Muy bien será mejor terminar esto rápido. – ella tenía razón los humanos no son capaces de hacer algo de semejante magnitud. Nos dirigimos a la reserva que está a unos cuantos kilómetros de la frontera, después de varios minutos llegamos a la reserva, nos dejan entrar y un guarda bosques nos guía hasta donde se encuentra la oficina de la dirección del lugar, bajamos del coche y lo primero que percibo es un olor a angustia y miedo, sin tomarle mucha importancia, me dirijo a la recepcionista del lugar. - Buenos días señor Cote, el jefe Brown tuvo que salir de urgencia a solucionar un problema con la muerte de un oso pero no tardara, si gusta puede sentarse. - menciona la recepcionista señalando unos sillones a nuestras espaldas - Muy bien muchas gracias…- - …Amelia. - interrumpe ella. - Muchas gracias Amelia. – respondo al fin. Me dirijo a la Samantha avisándole que saldré a dar un paseo por el bosque a ver si veo algo extraño. Era un día perfecto, frio y nublado como todos en Alaska, mientras caminaba cerca de las orillas del rio, el olor de angustia y desesperación eran cada vez más fuertes, sigo caminando como busca de algo que aún no se lo que es. A cada paso que doy los sentimientos de angustia y desesperación se instalan en mi pecho es algo inaguantable parece estar tan arraigado a mí que es abrumador. Con desesperación me acerco más al rio para lavarme la cara con el agua helada, y en eso la encuentro aquello que no sabía que estaba buscando, una humana que con su sola presencia logra reconfortarme, pero al percatarme de su estado el sentimiento de paz dura muy poco, voy hasta ella y la levanto en mis brazos, está congelada y ya casi no puedo escuchar su corazón, la saco del agua y la acuesto en el suelo, le doy respiración boca a boca y le aprieto el estómago con desesperación, después de varios intentos ella logra respira por si sola y logra tranquilizarme lo suficiente para cargarla de nuevo y poder llevarla a la oficina del guardabosques. Entro al pequeño lugar y la dejo el sofá cerca a la chimenea, Emily revisa sus signos vitales mientras Samantha llama a una ambulancia. - Señor Cote, necesito que me ayude a llenar el informe del accidente, después nosotros haremos la respectiva investigación - menciona Amelia - Si, por supuesto dígame. – - ¿Qué paso con exactitud cuando la encontró? - Estaba caminando a las orillas del rio, disfrutando del paisaje mientras espera vamos al señor Brown. - ¿Dónde la encontró? - cerca de la frontera. - - ¿Había alguien más? - No - ¿Había algún animal cerca? - No en el momento que la encontré - Estaba consciente cuando la encontró - No estaba casi sin vida le di rcp - Eso sería todo señor Cote. Pasan unos minutos y llega la ambulancia y el jefe Brown. En eso llegan los paramédicos para revisar a la chica y llevarla al hospital, le digo a Samantha que valla hasta el hospital y no la pierda de vista mientras yo estoy reunido con el señor Brown, que después mande al auto para llevarme hasta allí. - Señor Cote, buenas tardes sigua a mi despacho por favor. - saluda el hombre de pelo marrón. - Buenas tardes jefe Brown. - digo entrando delante de él. - Estos son los informes de las muertes hasta el momento, si se da cuenta parecen más envenenados que cazados o cualquier otra cosa. - - Se sabe que podría estar causando eso. - - No, se revisó todo el bosque en busca de alguna planta venenosa pero no se encuentra nada y en los animales tampoco hay rastros de veneno alguno, es como si simplemente se durmieran para no despertar después. Sin embargo los veterinarios están haciendo más investigaciones a ver si podría ser algo en el ambiento como algo que desprenden los árboles o algo por el estilo. - - Muy bien jefe Brown por favor manténgame al tanto mandare algunos de mis veterinarios para que ayuden a la investigación. - - Por supuesto señor Cote selo agradecemos muchísimo. - - Muy bien hasta luego. - Sin decir más salgo de la pequeña cabaña y me subo al carro con camino al hospital. Ya hemos llegamos al hospital, Samantha me espera en la entrada con una cara de que si pudiera me asesinaría, la entiendo nunca he ocultado mi disgusto a los humanos menos a ella, mi única amiga, debe ser frustrante que de la nada muestro tanto interés en una humana que esta entre la vida y la muerte. - Samantha, como se encuentra la señorita del rio? - ella me mira incrédula sin embargo prefiere guardar las apariencias y con vos neutral como la que siempre usa en publico responde. - Esta ubicada en el 3 piso, se encuentra estable los doctores dicen que llevaba varias horas en rio que es todo un milagro que siga viva, no saben cuánto tiempo estará inconsciente que si todo evoluciona con normalidad, solo dependería de ella recobrar la conciencia. – - ¿Muy bien se sabe quién es? - No se sabe nada no llevaba identificación, y aun no se sabe como llego al rio.- - Muy bien, quiero estar al pendiente de lo que se pase con ella. – - Como dese señor. - creo que ese fue el último gesto de Samantha por mantener las apariencias ya se subió al carro y con una seña me alentó hacer lo mismo. - Me podría explicar, por qué tanto interés en la joven, no logro entender, su desprecio hacia los humanos nunca asido un secreto. - dijo algo extrañada - Samantha eso lo discutiremos al llegar a la casa, no es el lugar ni el momento. - - Concuerdo señor Cote, pero quiero una explicación real respecto a el tema. - - asi será. - Sali del auto y me dirigí a la puerta del hospital. Entre y me acerca a la señorita de la recepción. Quería preguntar por ella, mis instintos me decían que entrara a esa habitación y la sacara de allí, que era mía que tenía el derecho de hacerlo, pero no estoy dispuesto a dejarme llevar por mis instintos la ultima ves que me deje guiar por ellos casi termino en una guerra, y por otro lado no estoy en posición de otro el escándalo ni para los humanos ni para los inmortales, lo podía ver “ el multimillonario Thomas Cote por fin tiene novia y no es ni nada más que su asistente y mejor amiga Samantha Jones”, y cuando llegara la noticia de el recate del gran conde a una simple humana seria el cotilleo de toda la corte Sueca. Así que tragándome mis emociones me dirigí a pagar la cuenta del hospital. - Buenos días en que le puedo ayudar. - pregunto - quisiera pagar la cuenta del hospital de la señorita que ingreso de urgencias hace unas horas. - - Por supuesto este sería el total. - pago sin prestar demasiada atención al valor o lo que la humana me está diciendo, siento el pecho como si se me fuera a salir, page y me subí al auto le di la instrucción al chofer para ir a la hacienda en la reserva, Samantha me miro confundida pues nos devolveríamos hace mismo día, yo me limite a controlar mi cuerpo que exasperado buscaba la forma de salir del coche y buscar a la joven .
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