Su amiga le susurró al oído que aceptara que la llevase, que ese hombre estaba botando la baba por ella y que no encontraría otro así. Pero ella se equivocaba sí que había otro, pero totalmente fuera de su alcance. Cuando se dispuso a responder se escuchó el motor del potente coche de Jaime parándose a recogerlas. Raúl miro que el carro se estaciono detrás del suyo, luego volvió la vista hacia la rubia y espero su respuesta. —Le aceptare la invitación a Raúl, tu ve con tu novio —Tenía que acabar con eso de una vez, si sus planes eran los de llevar el bebé de otro hombre en su vientre. —Bien hecho nena... Llámame cuando estés en casa —ella asintió y camino hasta el coche de un hombre tan atractivo pero que desgraciadamente no le movía el piso, mientras que él la miraba con una gran sonr

