Capítulo 2

1837 Palabras
Entro a mi casa e intento concentrarme en cualquier otra cosa, menos en mi mente, pero, como es costumbre en mí, fallo en mi plan. Nadie puede escapar de sus pensamientos, somos esclavos de todo lo que reprimimos en nuestra mente. Me echo en mi cama y llamo a Liam. - ¿Sí? - Sé que es algo tarde, perdona por llamar, pero tengo un problema. - ¿Estás llorando ______? - Pasaron la canción en la fiesta- le digo y ahora sí me pongo a llorar- Es una tontería, Liam, una estúpida canción, ¿cómo puede hacerme tanto daño algo tan inofensivo? ¿cuándo podre estar bien Liam? ¿cuándo? - ¿Quieres que vaya a tu casa? - No- digo secando mis lágrimas- tan sólo quiero llorar y botar todo. - Estaré aquí para todo lo que necesites ________, en verdad, si quieres que vaya a tu casa, sólo dímelo y en menos de veinte minutos estaré contigo. Dos años atrás… Quedé devastada tras la muerte de mi padre, todo el mundo me decía que el dolor pasaría y que el tiempo curaría mis heridas, pero no podía esperar, necesitaba sentirme bien ahora, no después. Sentía como si me hubiese quedado sola. Y en parte lo hice. Unos meses después mi madre había conocido a Joe, y se enamoraron en poco tiempo. Nuestra relación nunca fue perfecta, pero jamás habíamos estado tan distantes como en aquel entonces. Llegado un momento aquella relación entre mi madre y Joe se volvió más seria, y había llegado el momento de conocerlo oficialmente. Fuimos a cenar los tres. Ahí fue donde lo conocí. Dieciocho años, despreocupado y rebelde. Sus ojos miel me cautivaron desde la primera vez que lo vi. Tenía dos tatuajes, bueno, tenía uno, el otro se lo hizo en mi honor, o eso fue lo que dijo. Era simplemente guapo. Dicen que nada es casualidad, que todo pasa por una razón. Ellos saben muy bien a quién escogen. Es como si tuviesen en su mente un radar, que les dicen cuáles son las chicas más frágiles y con problemas familiares, y se acercan de inmediato. Y yo, con quince años, ingenua, aún triste por la pérdida de mi padre y enojada con mi madre y la vida lo endiosé en todos los sentidos. En poco tiempo él se convirtió en mi vida entera. Logró de una manera tan inteligente ir alejándome poco a poco de todos. Hasta que finalmente éramos sólo él y yo. Cuando cumplimos seis meses de relación lo acompañé a una fiesta, incluso invitamos a Liam, el único amigo que me quedaba cerca, ese día Austin bebió demasiado, y, en un momento tomó un micrófono para hacer un anuncio delante de todos. Lo extraño de todo, es que, recuerdo muy bien que, ese día no tenía ánimos de salir, sentía como que algo malo fuera a pasar, pero ignoré mi instinto, porque la verdad es que no quería decirle “no”, a Austin. - Hace seis meses empecé a salir con ______- yo sonrío y los demás gritan un “wuu” en respuesta – oh vamos, no digan eso – dice riendo – no es tan genial como parece ser. Mi vaquita de Pandora tiene muchos secretos, que esconde tras la comida ¿entendieron? Debería ser “cajita”, pero a ______ mejor se le da ser una vaquita – todos comienzan a murmurar - ¿alguno conoce a algún buen nutricionista? Qué asco toparme con tanta grasa. Vaquita de Pandora. Todos comienzan a reír con Austin por ese apodo de mierda. Jamás me había sentido tan humillada en mi vida. Salí lo más rápido que pude del lugar, seguida de Liam. Ninguno de los dos dice nada mientras esperamos un taxi. - ¿Quieres hablar sobre esto? – pregunta preocupado - ¿Cómo debería sentirme? ¿Humillada o enojada? Porque siento una presión tan grande en el pecho que siento que me va a matar, Liam – le cuento a mi mejor amigo antes de empezar a llorar – no tenía derecho de decir eso. - Austin es un imbécil, no te merece ______. - ¿Con qué cara iré a la escuela el lunes? Seré la vaquita de Pandora hasta el día de la graduación. - Haremos como que nada pasó ______, Austin es un idiota que estaba muy borracho, nadie recordará ese apodo tonto. Y el que lo haga se las verá conmigo. Unos minutos después bajamos al sentir que el taxi se detiene en la puerta de mi casa, le pedí a Liam que vaya a su casa, pero no me hizo caso, insistió en quedarse conmigo, para apoyarme en un momento donde me sentía fatal. Eso no fue lo peor que me pasó esa noche. Recuerdo que le pedí a Liam que vaya por helado, dijo que sería algo difícil por la hora, pero que no regresaría hasta tener mi sabor de helado favorito para ahogar las penas del mal de amores. Fue mi culpa. En Internet dicen que no debo culparme, pero no puedo evitarlo. Fue mi culpa, porque decidí dejar la puerta de mi casa junta, para que Liam pudiese entrar sin tener que bajar a abrirle. Si no hubiese sido tan floja… Me puse mi pijama y me eché en mi cama, Austin daba vueltas por mi cabeza ¿para qué estuvo conmigo seis meses si le daba asco? ¿Todo había sido una mentira? No entiendo, entonces ¿qué ganaba un chico como Austin conmigo? La puerta principal se abre abruptamente y se cierra después, es raro, Liam siempre es cuidadoso, quizá el viento hizo que la puerta le gane. No parecen pasos normales… Esa peculiar manera de caminar… -       ¿Liam? – pregunté extrañada - ¿eres tú? -       Así que ese imbécil se mete a tu habitación en las noches… Y yo que pensaba que eras casi una santa ______... -       ¿Qué haces aquí, Austin? Vete. -       ¿Irme? Ya veo, ¿no te gustó mi declaración de amor, vaquita? -       No me digas así. -       ¿Sabes? No me importa, ya tenemos un buen tiempo juntos, ¿no crees que merezco un premio? – la manera en la que se acercaba a mí me daba miedo, intenté pararme de la cama para correr, pero fue más rápido que yo, y sostuvo mis brazos con fuerza, impidiendo que pueda salir. -       Suéltame, Austin. -       Sabes bien que no lo haré, tranquila, te va a gustar. -       ¿Gustarme qué? En serio, suéltame y lárgate. -       Me pone mucho que te hagas la ruda – susurra en mi oído y siento asco, de sus palabras y del olor a alcohol que emana su boca – todas se hacen las que no quieren al comienzo, pero les gusta mucho. -       Austin, por favor déjame – le suplico a punto de llorar, pero parecía que mi llanto y pedidos de que parara tenían un efecto contrario en él, como si lo disfrutara – Déjame – grito intentando moverlo. -       Haré que me recuerdes toda tu vida, vaquita. Se encontraba encima de mí, poniendo todo su peso contra el mío, era mucho más fuerte que yo, no podía moverme, ni hacer nada, sólo gritaba y le pedía que se detuviera, que me dejara tranquila, pero no pude evitar que pasara. Papá me enseñó a pelear desde niña, para que me pudiera defender en caso algo malo pasara. Y no pude hacer nada. Ni siquiera intenté lastimarlo, tenía miedo, estaba desesperada, tan sólo quería que pare, pero no sabía cómo detenerlo. El pánico me ganó. Siempre me enseñaron que el enemigo podía ser un desconocido, pero se equivocaron, es más probable que te ataque alguien que conoces a que te sorprenda un extraño en la calle. Esa noche, Austin me violó. Mi propio novio. En mi casa. En mi propia cama. ¿Quién se creería esta historia? ¿Cómo se lo diría a mamá? No quería que nadie más supiera de esto. Mi vida se acababa de ir a la mierda. Por confiar en quien no debía. Por entregarle todo a quien no merecía nada. Su risa me enfermaba. Me daba asco. Acomoda su pantalón y termina de vestirse. Me mira de pies a cabeza, mientras yo estoy tapada, temblando, únicamente vestida con mis sábanas, las miro con asco, llevan sangre producto de lo que acaba de pasar. Me duele todo. Me duele mucho, pero no sé qué hacer. -       Sabía que me sorprenderías, vaquita. Espero verte pronto. -       Lárgate. -       Vale, me iré, pero ¿sabes algo? Siempre estaré aquí – dice tocando con su dedo índice mi cabeza – un amor como el nuestro no se puede olvidar tan rápido. -       Quiero que te vayas – grito antes de empezar a llorar nuevamente. Cierro la puerta de mi habitación con llave y entro al baño, abro la ducha y dejo que el agua corra sobre mi cuerpo, enjabono con fuerza todo lo que puedo, quiero quitar todo rastro de él de mí, me duele mucho, y veo que aún tengo algo de sangre de mi parte íntima, intento limpiar con cuidado, pero realmente me duele. Limpio mis lágrimas y con mucho esfuerzo salgo de la ducha. Me visto con ropa ancha y sostengo mis sábanas, las llevo hacia la basura. No quiero nada de esto. Ni siquiera quiero estar en mi habitación. El timbre suena con cierta insistencia, por la ventana logro ver a Liam. Abro la puerta y mi mejor amiga me mira extraño. -       ¿Ocurrió algo? – pregunta preocupado. -       No. No es necesario que te quedes, puedes irte. -       Me pareció ver el auto de Austin cuando estaba regresando. ¿No vino? -       Quiero estar sola, Liam. -       ¿Qué te hizo? ¿Por qué te has bañado tan tarde? – no soy capaz de decir nada, pero parece que él entendió todo al verme llorar, me abrazó más fuerte que nunca e incluso lloró conmigo – No… -       Por favor, no hablemos de esto. -       Vamos a denunciarlo ahora mismo _______. -       ¿No entiendes? No haremos nada. -       Tiene que pagar por lo que hizo. -       ¿Quién mierda me va a creer, Liam? Era mi novio, ocurrió en mi casa, cuando estábamos solos. Es su palabra contra la mía. -       _______... -       Por favor, Liam, no quiero hacer nada. Sólo quiero… olvidar. Nadie tiene que saber esto. Promételo. -       Está bien – responde después de unos minutos – no estoy de acuerdo, pero no puedo obligarte a que lo hagas. -       Voy a necesitar de tu ayuda mañana. -       Para todo lo que necesites. Nunca supe si ese sangrado fue por algún desgarro leve, o a qué se debió. No tuve la fortaleza necesaria para ir donde una ginecóloga, pero intenté tener mucho cuidado con mi higiene. No volví a dormir en mi habitación, esa noche ni siquiera pude dormir, apenas llegó mamá le dije que desde ahora usaría la habitación de mi hermano, la cual estaba vacía desde que se fue a Italia. Era más pequeño, pero no quería revivir los traumas. Mi cama la vendí. Tuve que ir a una farmacia a comprar la pastilla, no quería que de ese horrible suceso pudiera aparecer un bebé más adelante. Era mejor evitarlo ahora mismo. Ese día algo de mí murió. La presencia de Austin ya no estaba, pero sus recuerdos jamás podrían abandonarme. Me arruinó la vida por completo. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR