—¿De verdad vas a cocinar? —pregunta Hunter mientras nos observa desde el otro lado de la isla de la cocina—. El servicio puede prepararlo todo, Ree. O, incluso, podemos contratar a un chef privado para que venga a cocinar. —La Noche Buena y La Navidad son fiestas familiares —manifiesto—. Y eso significa que hay que preparar una comida familiar, no algo que un chef venga a cocinar. —Hago una mueca de desprecio—. Para eso, vamos a un restaurante o compramos comida preparada y ya. Le ruedo los ojos y echo en una licuadora los ingredientes para el adobo del pavo que voy a poner en el horno. —Está bien, señorita. Será como tú digas. —Mejor deberías de ponerte a ayudarnos —le sugiere Clarissa, que está picando los ingredientes para el relleno. Enciendo la licuadora en el mismo instante en

