La joven llorando le dice –no hables así, como si ya te hubiesen condenado a muerte, que me partes el corazón, tu no vas a morir, el pueblo esta con uds., no lo permitiremos--, el joven templario le responde – por favor mi amor, solo has lo que te pido, esconde el tesoro, júrame que lo vas a hacer, por favor, te lo suplico, no confió en más nadie, tómalo como mi último deseo— En eso el jefe de guardias dice –mujer retírate de esos barrotes, que eso que ves ahí es un cadáver, además se cabo la visita, se salen todos de aquí, largo, fuera, soldados sáquenlos--, la chica llorando besaba a aquel hombre con vehemencia, podría ser la última vez que lo viera, el jefe de los guardas la tomo por los cabellos despegándola de los barrotes y la arrojó al suelo. El joven templario grita –maldito cobar

