Renata
El silencio en la sala era tan denso que podía escuchar el tictac del reloj de la cocina. El sobre yacía abierto sobre la mesa, las palabras legales, manchando la felicidad del día como tinta negra en un vestido blanco.
—¿Qué significa esto, mamá? —preguntó Lucía, inclinándose para mirar el papel con curiosidad científica, como si fuera uno de sus experimentos.
Sebastián respiró hondo antes de responder.
—Significa que… Patricia no está contenta con la decisión del juez.
—Ella no quiere que seamos tu familia —Valeria cruzó los brazos, su voz temblando apenas, pero sus ojos brillaban con una mezcla de rabia y dolor que me partió el alma.
Antes de que pudiera responder, Emilia, que aún tenía restos de glaseado en las mejillas, se acercó y me tocó el brazo con sus de
