Solange sintió como su piel comenzó a reaccionar ante las palabras de Luka. Pequeñas motitas que le enchinaban la piel recorrían su cuerpo entero. Tal parecía que se acercaban más el uno al otro a medida que sucesos “violentos” los sacudían. Debieron terminar peleados, pero él terminó diciendo que confiaba en ella. Por irónico que parecía, la adversidad era lo que los estaba uniendo, se entendían en los malos momentos y estaban construyendo una confianza involuntaria.
Luka se sentó sobre las piernas de Solange aun con sus labios apenas despegados unos centímetros de sus labios. Aún la sostenía, con delicadeza con sus manos detrás la de nuca, tirando del cabello de la chica con suavidad. La mujer podía sentir la respiración agitada de su esposo sobre ella.
Solange cerró los ojos. No op
