La rubia al estar encima de aquel musculoso y tatuado pelinegro, no pudo evitar tocar su marcado y suave pecho. A su vez, Derek al tener a la rubia en su torso, no pudo pasar desapercibido que tenía unos lindos y hermosos ojos marrones, e igualmente, tenía una linda y tierna boca de labios rosados. Y todo a pesar de que estaba medio oscuro solo con la luz del refrigerador, lograron divisarse el uno con el otro. Sin embargo, Betty la asistente de John, pudo interrumpir el momento encendiendo la luz, ya que ella casualmente estaba sedienta por esa gran dormida que se echó toda la tarde. Así pues, atrapando a los dos in fraganti muy sorprendida exclamó: —¡Señorita Scott y Derek! ¿Qué rayos sucede aquí? Mely quien era la que estaba encima de Derek mirando en dirección hasta la entrada de la

