No puedo decir que todos mis cumpleaños son perfectos, pero he tenidos unos buenos. Hoy pensaba que era uno de ellos, pensaba que iba a ser un día fenomenal, cumplía veintidós años y la fiesta ya se estaba organizando. En la mañana Miranda me despertó con un desayuno enorme con café, frutas, pan, wafles y jugo. Me había duchado y me había vestido con un vestido beige, era uno de esos días en donde amanecía de un buen humor.
Kristie, Lauren y Kim me llamaron casi al mismo tiempo, incluso recibí un mensaje de mi ex, deseándome un buen cumpleaños. No caí en la cuenta de que ni mi padre ni mi madre me habían felicitado aún hasta que llegué a la sala. Todo estaba solo, era como un día normal. Cuando escuché en la radio como un amigo mío me mandaba un saludo felicitándome, sonreí, pero ha
