Capítulo 3

2190 Palabras
-¡Evans! Es mi hora de ver la televisión, así que ¡dame el control y vete!- protesta Emily, ligeramente furiosa. -Esto es más importante que un estúpido programa sobre chismes de celebridades- digo, mientras evito que mi hermana me quite el control de las manos. -¡Ves a Lucy todo el tiempo! No puedes cambiar el canal, ¡están hablando de One direction!- Emily lucha con más fuerza por arrebarme el control, el cual llevo sobre mi cabeza, evitando que ella pueda alcanzarlo. -Para tu información, tengo días sin hablar con Lucy, además, ellos no son importantes ¡superalo! Tienes quince años, estas grandecita para esas cosas- digo, a la par que intento alejar a mi hermana del control. -Espero que te retractes- Emily deja de luchar y me mira molesta. -Si lo hago ¿me dejarás cambiar el canal?- pregunto, con la intención de llegar a un acuerdo. -Ni de chiste. Mira, puedes darme el control, lo haremos de forma pacífica, todos felices. Pero si no lo haces, no tendré ningún problema con quitartelo a la fuerza ¿me oyes?- Emily me mira desafiante. Luce decidida a cumplir lo que dice. -Por favor, necesito ver esto. Es muy posible que cuando se arreglen las cosas con Lucy, me va a preguntar si vi su presentación en televisión, y si no lo hago y miento, hará un montón de preguntas que no sabré responder. Y si digo la verdad, se va a molestar de nuevo. -Bueno, si yo no sé lo que pasa con mis chicos ahora, mañana, mis amigas van a llamarme para hablar de eso, y no sabré que decir. No quiero parecer desinteresada, ellos son mi vida, necesito saber como están y ese tipo de cosas- replica Emily. Sé que mi hermana es tan sólo una chica de quince años, y no entiende que lo que dice es absurdo y carente de importancia en comparación con lo que pasará si yo no veo ese programa, pero me parece que debería tener la capacidad mental suficiente para analizar las situaciones y darse cuenta de lo ridícula que está actuando. -Primero y principal, ¿tus chicos? Por favor, Emily se realista, ni te conocen. Segundo, no te vas a morir por no saber de lo que hablan tus amigas. Existe el internet ¿sabes? Ve tus chismes allí- al terminar de hablar, me doy cuenta de que mi tono de voz ha sido más rudo de lo que pensé que sería. -¿Estas hablando en serio? ¿yo debo irme?- pregunta Emily incrédula, y molesta por mis palabras. Ella toma muy en serio todo lo relacionado con sus ídolos. -Bueno, ver este programa no es importante. Es absurdo que no quieras aceptar que todo eso de saber cosas de esos chicos es inútil, una pérdida de tiempo. Así que sí, tú debes irte, yo sí voy a usar la TV para algo productivo. -¡Eres tan egoísta!- grita Emily con frustración- Tu problema no es más importante porque es tuyo. Me parece hipócrita de tu parte que finjas querer a Lucy, cuando no es así, todos lo sabemos, el amor murió. Te esfuerzas por aparentar que te importa lo que ella haga o no, pero sólo haces cosas como ver ese programa para que ella crea que aún te interesa su relación, ¡sólo quieres quedar bien! Tu único deseo es que las personas piensen que eres un gran novio. ¡Oh sí! Evans es un gran chico, se preocupa por su novia. Dime ¿de qué te sirve que digan eso, si ni tú te lo crees?- Emily hace una pausa algo prolongada, dejando que sus palabras se apoderen de mí, y tengan el efecto deseado en mi sistema- ¿Sabes algo? Tienes razón, existe el internet. Quédate la TV. Adelante, ve a tu novia, después de todo, tu patetica actuación del novio perfecto es más importante que mi charla con mis amigas- dicho esto, Emily da media vuelta y se va, no sin antes enviarme una mirada triunfal. Ella sabe que ha dado en el clavo, aunque yo no quiera admitirlo. -Auch- eso todo lo que digo, con una mueca de dolor, pero Emily ya se ha ido. Tomo el control y cambio el canal. Cuando me ubico en el programa en el que iba a aparecer Lucy, me encuentro con el rostro de una mujer con posiblemente unos cuarenta años. Ella dirige una mirada que pretende ser cálida a la cámara que la graba, luego sonríe forzosamente y comunica a los televidentes que el bloque de charla estudiantil ha culminado. Lo que esa mujer dice;en pocas palabras; es que me perdí la actuación de mi novia. Sé que ya no veré a Lucy en la TV, y que eso me traerá problemas en el futuro, pero justo en este momento, eso no me importa. Las palabras de Emily rondan mi cabeza, cada una se repite una y otra vez. Lo que más me afecta de lo que dijo mi hermana, es que en algunas cosas, tiene razón. Yo no quiero que las personas piensen eso de mí, sólo quiero que una chica lo haga, Lucy. Siento que si Lucy cree que aún lucho por nuestra relación, no habrá verdadero peligro de una separación. Como he dicho antes, ya perdí mi amor hacia Lucy, pero; como también he dicho antes; no estoy seguro de querer dejarla ir. Lucy; de una extraña manera; se vincula con mi padre, y no quiero dejarla ir por la sencilla razón de que siento que si lo hago, estaría dejando ir a mi padre. Sé que mis palabras suenan estúpidas, pero realmente así es como me siento respecto a todo esto. He considerado terminar mi relación con Lucy, pero luego lo descarto. Tal vez un día me despierte por la mañana, me mire en el espejo y diga "hoy le digo adiós a Lucy", pero ese día no es hoy. Una melodía conocida llena la sala, e interrumpe mis pensamientos. Miro a la mesita junto al sofá; que es de donde proviene dicha melodía; y puedo ver que tengo una llamada entrante. Me acerco a la mesa y tomo el teléfono. El nombre en la pantalla me deja helado. Se trata de Lucy. Me debato entre contestar o no. Finalmente, decido contestar. Al deslizar el dedo por la pantalla para atender, puedo sentir como una emoción de apodera de mí. Estoy siendo hipócrita en este momento, porque no quiero hablar con ella, pero estoy dispuesto a figir que sí. -¿Hola?- digo al contestar. Intento que mi voz suene firme y confiada, pero no creo que haya salido como lo esperaba. No se oye nada durante unos segundos, tal vez minutos. Ni siquiera puedo oír la respiración de mi novia, lo que hace que me pregunte si fue que el teléfono se marcó solo. -Hola- Lucy habla con cierta inseguridad. Su voz tiembla un poco, parece nerviosa. -¿Cómo estas?- pregunto. No sé que decir, me encuentro desconcertado por toda la situación. -No muy bien. Bueno, relativamente bien, pero algo mal... No sé si me entiendes- Lucy se enreda con sus propias palabras. Dudo que ella misma se entienda. -Realmente no- respondo al cabo de unos segundos. -Ah- se limita a decir ella. -Y... ¿todo bien?- pregunto luego de varios minutos en silencio. -No. Necesito hablar contigo. No soporto que nos ignoremos, y para ser honesta, me parece ridículo que no sepamos ni que decir al hablar por teléfono, es decir, ¡somos novios! Las palabras deberían salir con naturalidad.- dice Lucy, evadiendo mi pregunta. Las palabras de mi novia me toman por sorpresa. Yo ni siquiera esperaba su llamada, creí que a la final yo la llamaría a ella, y que estaría furiosa por mi comportamiento distante. Luego tendríamos una pelea, ambos diríamos cosas incorrectas, y todo iría mal. -No sé que decir... Yo no esperaba que actuaras de esta forma- admito con sinceridad. -Lo sé. Seguro esperabas que te gritara- dice ella con un toque de tristeza en su voz- Verás, todo estos días me he estado cuestionando si vale la pena luchar por ti, o por lo nuestro. En un principio; al evaluar nuestra relación; me pareció una pérdida de tiempo. Pero luego, el miércoles, me di cuenta de que hemos pasado por mucho, como para dejarlo ir así tan fácilmente. Yo me pregunté cuál era la razón de que tú me evites; porque sí que lo haces; y con ayuda lo entendí, soy yo. Soy el problema. No quiero ser el problema- puedo oír a Lucy, y sé que está llorando. Su voz no suena tan rota o herida, pero está allí ese sonido que me indica que está mal. Yo guardo silencio, simplemente no sé que decir. -No sabía qué nos estaba pasando, pero resulta ser que a la que le pasaba algo era a mí.- Lucy hace una pausa y respira hondo- Tú eres increíblemente hermoso, y yo no soy la única que lo nota. Sé que tú no le dijiste a Patty que querías salir con ella, eso fue un invento de Riley, y yo le creí. Fui muy desconfiada y celosa contigo, pero es que tengo miedo de perderte- con cada palabra, Lucy llora más fuerte, a tal punto que comienzo a dejar de entender lo que dice. -Te amo Evans. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida... No te quiero perder...- estas palabras bastan para lograr que Lucy se quiebre por completo. Mientras Lucy llora desconsolada, yo asimilo lo que ha dicho. Algo dentro de mí se siente diferente. Ahora no estoy seguro de que en realidad todo esté perdido entre Lucy y yo. Sus palabras han sido muy lindas, y ella suena arrepentida. Tal vez debería darle otra oportunidad a lo nuestro, aunque; francamente; siento que debió haber terminado hace un tiempo. -Hey, respira- digo para calmarla. Ella no responde, pero tengo la seguridad de que ha parado de llorar. -Seguro se te está corriendo el maquillaje- digo con la intención de hacerla reír, lo cual logro. Por unos segundos sólo puedo oír la risa de Lucy. -Por suerte ya salí en televisión, ahora parezco una momia- dice ella más calmada. -No, por nada del mundo, vas a parecer una momia- digo con seguridad. Lucy puede actuar como una loca novia psicopata, pero ella es hermosa. Cualquier chico podría apreciar su belleza con facilidad. No puedo recordar un día en el que ella luciera como una momia. -Como se nota que no me has visto cuando me despierto- replica Lucy. -No lo he hecho, pero dudo que te veas tan mal. -Te lo aseguro, parezco un zombie. -Bueno, si tú lo dices- le doy la razón. -Sí, yo lo digo- ambos guardamos silencio. -Oye, tengo algo que decirte. No vi tu aparición en el programa- digo para romper el silencio. No voy a mentirle porque luego no sabré que decir y eso estará peor que decirle la verdad. Lucy no dice nada, y yo estoy a la espera de que responda. -Lo supuse. No pasa nada. Además, yo nunca te dije que iba a aparecer allí, si lo descubriste fue por ti mismo- responde ella. Se escucha relajada, incluso feliz. -¿En serio? ¿no te molesta?- pregunto incrédulo. -No. Aparte, lo que hice fue hablar sobre el equipo de debate de mi secundaria. Ni yo me creí lo que dije. Tuve que decir que es "un grupo muy talentoso de chicos dispuestos a poner en alto el nombre de nuestra secundaria" lo que no es cierto, ellos están allí por lo múltiples eventos a los que asisten, que cuentan con muchísimas comodidades. Siento que estoy soñando, y que pronto voy a despertar. ¿A Lucy no le importa que no la haya visto en la TV? Increíble, simplemente increíble. -Ya veo- me limito a responder. Mi cerebro no termina de procesar lo que está pasando, por lo que no estoy en condiciones de formular una frase coherente sin sentir que todo es una ilusión. -¿Sabes? Tenemos días sin vernos. ¿Te parece si nos encontramos en la entrada principal del parque de tu comunidad?- de pronto, la voz de Lucy adopta un tono inseguro de nuevo, como si temiera mi respuesta. No creo que siendo su novio; y sin tener nada que hacer los próximos días por la tarde; debería dudar en aceptar su invitación, pero la cosa es que dudé. ¿Quería verla?... Esa es la gran pregunta. -¿Cuándo?- pregunto. A la final, decidí que si aún no estoy listo para terminar con Lucy, al menos debo actuar como un buen novio. Tal vez, mi amor por Lucy vuelva a ser lo que era, y se convierta en "la chica adecuada", como diría la mamá de Peter. Cuando tenía quince años estaba seguro de que ella ya era la "adecuada", pero muchas cosas me hicieron poner eso en duda. -¿Mañana?- sugiere ella. -Perfecto. Entonces nos vemos mañana. -Espera, ¿a qué hora?- evaluo mentalmente la hora adecuada para encontrarnos. -A la misma hora a la que voy siempre. A las tres de la tarde- digo por fin. -De acuerdo- responde Lucy. -Bueno, hasta entonces- digo como despedida. -Hasta entonces- estoy apunto de colgar cuando la voz de Lucy me detiene- Te quiero Evans- dice ella con dulzura, se puede percibir que lo dice en serio. Me quiere... ¿Yo siento lo mismo? Guardo silencio. El tiempo transcurre, y yo no digo una palabra. Lucy cuelga, cansada de esperar una respuesta de mi parte, o quizás piensa que ya me he ido. -Yo también...- digo al final, pero las palabras suenan vacías, carentes de emoción, y sé que fueron dichas demasiado tarde... Como para que parezcan ciertas.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR