Gardh La sombra en lo que se había convertido Shan, deambulaba buscando el camino a casa. ¿Cuánto tiempo había pasado? Podrían ser apenas meses, pero para él era toda una vida. Sin embargo, su ausencia no significaba nada para el trascurso de la vida en Gardh, al igual que todo, las calles seguían su curso cotidiano, un poco más viejas, un poco más rotas, un poco más muertas. La gente con la que se cruzaba apenas y le reconocían. Sin embargo, su cuerpo y su rostro, eran diferentes, ese era otro Shan, con marcas en todo el cuerpo y con el pelo crecido, como prueba de aquella pesadilla. En la calle de al frente reconoció a Tito y a Erol. Pensó que se le acercaban, pero ellos pasaron de largo. Lejos de sentirse mal, eso era una bendición, recordando las circunstancias y el motivo por el qu

