Me siento como un miserable gusano al saber lo que haré, que no tengo opción si quiero mantener a salvo a Fenrir y a mi hija. Después que se ha desmayado al saberme su madre no pude hablar con ella, se negó a recibirme en el hospital y preferí no insistir durante la semana, pero esta mañana que tuve la clase con su grupo no me rechazó. Pensé que lo haría, pero lejos de ello ha sido sumamente dulce, por primera vez he escuchado de sus labios pronunciar esa palabra que tanto anhelaba oír, “mamá”, pero ahora que me encuentro frente a la casa de Bruno a la espera de que él llegue, he vuelto en un taxi después de haberla dejado, no quiero que ella me vea, sé que estoy por destruirla. Veo llegar un coche n***o y bajo de inmediato del taxi para acercarme a él mientras las rejas se abren. Un s

