CAPÍTULO 4

3237 Palabras
En toda la noche, Yohan se enfocó en los primeros tres, a los tres les inyecto un sedante, los desvistió y los esposo a una camilla. A Alva, quien fue la primera en despertar, le hizo cortes en la parte de enfrente, justo en el abdomen, desprendiendo la piel y dejando expuesto todos sus órganos internos. La destazó poco a poco, internamente, le corto en pedacitos las tripas y partió cada parte de sus órganos hasta que ella no lo soporto y murió. Yohan, a Tomas lo hizo beber ácido, la necesaria para hacerlo callar y que siguiera con vida. Luego lo fue calcinando por fuera con herramientas de cocina moderna, al terminar también le corto los brazos. Prosiguió con Reina, le roció gasolina y la quemo lentamente hasta que eventualmente dejo de vivir. Apenas me mantenía consiente por estar viendo estos hechos, pero lo que más me aterraba era la mirada que Yohan revelaba mientras hacía esto, es como si se hubiera corrompido por completo. Cuando termino esta terrible tortura visual, sentí como si hubiera perdido uno de mis sentidos. No podía decir nada, y mirar era algo totalmente perturbador. Yohan, dejo a todos temblando y a las demás chicas llorando, se veía que estaban aterrados. Bueno, casi todos, Esaú parecía excitado, emocionado, como si acabara de encontrar una pieza faltante en un gran rompecabezas. Luego de eso, Yohan solo conservo un par de bolsas de sangre y destazó los cuerpos, llevando consigo mismo solo los brazos e incinerando el resto, tal como había hecho con el perro. En las cenizas de cada uno, al haberlas vaciado en un frasco de vidrio con tapa de metal, pude ver como los enumero, colocando sus nombres completos, como murió y por último en una nota de color verde: ABURRIDO, amarillo: ENTRETENIDO, rojo: DIVERTIDO. Aún no había terminado la noche y Yohan había matado cruelmente a esos tres, que con justa razón se merecían un castigo. Pero la manera en que lo hizo… fue demasiado… aterradora. Creo que ya se me acabaron las palabras para describirlo, de verdad es escalofriante. Cuando todo parecía calmarse Yohan entra de nuevo a la habitación y les inyecta un sedante a los que aún quedan despiertos, y en causa, se quedan dormidos de inmediato. Luego de eso, se dirigió al primer lado de la habitación y sirvió la sangre en dos copas. Camino hacia la jaula, entro y tomo asiento en la pequeña mesa que se encontraba justo a un lado de la cama. Estaba aterrado, mi cuerpo comenzó a temblar y mi mente quedo en blanco por un instante, hasta que Yohan habló. —Ven a tomar algo conmigo. Yo me encontraba en el suelo y no tenía fuerzas para ponerme de pie, él lo noto y se levantó de su lugar para ayudarme a levantarme y sentarme en la segunda silla. —Ten—me ofrece la copa con sangre—prueba, es “A POSITIVO” así que te va a gustar. Lo miro con terror, no quiero beber eso. Pero no soy capaz de negarme, me aterra hacer algo incorrecto y que decida matarme justo como a ellos. Así que acerco mis manos temblorosas hacia la copa, mis manos se acercan más y más… justo cuando estoy por tomarla… —Tranquilo, no tienes que hacerlo si no quieres. Me quede perplejo, su sonrisa era diferente, casi como si de verdad estuviese siendo… ¿Amable? —Lo único que tienes que hacer es justo lo que estás haciendo ahora…—me acaricia la cabeza—Lo estás haciendo muy bien. Yo solo me quedo quieto, a pesar de que estoy temblando no me atrevo a hacer algo. —Míralos… son tan idiotas… —da un sorbo—bueno, al menos su sangre sabe deliciosa. Se levanta de su lugar y se sienta en la cama. Después de tanto tiempo esperando, al fin pude comenzar. —Da otro sorbo—La primera vez que tuve a Toby, me miro exactamente como tú, pero aun así se quedó a mi lado… Por su mirada puedo suponer que divago un instante en sus recuerdos. —Bueno, es hora de que te des un baño, así que te traeré ropa nueva para que puedas usar. Se retiró y me dejo completamente solo con esos chicos inconscientes… Cuando termine de ducharme, me coloque en la cama, con el cabello húmedo y él llego con unas ropas nuevas en sus manos, me tendió la ropa y espero a que me cambiara. No entendía porque estaba teniendo tanta consideración conmigo, es sumamente extraño. La manera en que me mira es como si estuviese viendo a alguien más. Tal vez sea a su perro. Pero ¿no se supone que los psicópatas aman matar a los animales? —Que no te sorprenda, no estoy siendo amable, solo considerado, no estabas en mi lista y tus ojos son iguales a los de Toby. Solo aproveche la oportunidad. Su voz resonó desde afuera de la jaula, tal parece que cuando no hacía nada le gustaba tener las luces apagadas. —Pero que quede claro, nunca podrás tomar su lugar y solo te tengo conmigo porque necesito mantenerme cuerdo. —Se da la vuelta y se dirige a la salida—Así que no te hagas ilusiones. Desaparece de mi campo visual y quiero analizar la situación, pero no me da la cabeza. Estas habitaciones son perturbadoras, ¿alguien más habrá ocupado esta habitación?. No sé, no tiene sentido pensar en algo de lo cual no puedo tener una respuesta. Desde que llegue, Yohan se ha hecho cargo de mí, pero lo que he presenciado es aterrador. Mencionó algo de una lista, eso quiere decir que no serán los únicos… Suelo observarlos un par de veces, hasta que comienzan a despertar, siguen asustados y aterrados, pero ahora comparten opiniones sobre todo lo que le hicieron a Yohan y de lo arrepentidos que estaban. —No debimos meternos con él—dice Cecilia, muy temblorosa y con los ojos llorosos. —Maldito Robert, ¡¿De quién fue la estúpida idea de maltratar a ese perro?!—repela Alán. — ¡No me culpes a mí!, fue Cecilia quien lo propuso—contesta Robert de manera brusca. — ¡Por tu culpa vamos a morir! — ¡QUE NO ME CULPES A MI PEDAZO DE IDIOTA! — ¡CÁLLENSE LOS DOS!—interrumpió Selena—Todos estamos en la misma situación, tratemos de buscar una manera de salir de aquí Al parecer era la más razonable, o simplemente no quería morir. —Pero… ¿no les parece curioso?… Esaú hablo. —Hemos abusado de él desde que inicio la preparatoria, pero nunca hizo nada… ¡Tenia la ventaja todo el tiempo y no lo sabíamos! En este momento me di cuenta de que Esaú no estaba excitado por la situación, estaba aterrado y había perdido la cordura por completo. — ¿De qué hablas?—pregunto Robert, alterado. —Que ese idiota siempre lo supo, nosotros jugamos con él sin saber que él estaba jugando con nosotros. Esaú comenzó a perder la cabeza por completo y esbozo una sonrisa seguida de una gran carcajada, como un loco. Robert y los demás lo ignoraron e intentaron salir de ese lugar, pero hicieran lo que hicieran no podrían salir de esa habitación, al igual que yo de esta jaula. Nada interesante transcurrió después, un par de intentos fallidos, unos insultos a la nada, unas pequeñas discusiones entre ellos. Todo eso no tiene importancia, no soluciona nada. Sigo teniéndole miedo, pero a la vez siento alivio. No se… que pasará conmigo cuando se aburra. ¿Me tendrá encerrado de por vida? ¿O moriré antes que su próxima víctima?. No lo sé… Me da miedo descubrir que tan cerca estoy de la muerte. Y lo peor aún, la manera en que moriré. Inclusive al cuestionarme esto, no tiene sentido, pues solo lo sabré cuando pase. Todos intentan escapar, gritar hasta que no sientan sus cuerdas vocales, hasta que su garganta les arda tanto que su voz no sale más, ni siquiera sabemos en donde estamos, si es dentro o fuera de la ciudad, ¿siquiera se escuchan sus voces?; están cada vez más desesperados… Pero, esto… Es solo el principio de la tortura, eso seguro. El tiempo en esta habitación parece eterno y a la vez tan corto… El querer tener más tiempo te vuelve ansioso, pero también el tenerlo es aterrador. … Llego el siguiente día. Yohan me informo que tiene que asistir al instituto durante el día, por lo que comenzará en la noche… Y así fue… En la noche comenzó de nuevo. Creí que no duraría nada, pero Yohan no quiso matarlos rápidamente. Para Alán preparo un castigo más largo, primero le roció agua hirviendo y luego comenzó a darle pequeñas descargas cada cierto tiempo. El olor a quemado era insoportable, pero aun así, la descarga no tenía el suficiente voltaje para matarlo. Yohan… sabía muy bien lo que hacía. Prosiguió con eso un día más hasta que Alán no resistió más y murió. Verlo retorciéndose de dolor ante las descargas hizo que se me erizara la piel. Pero, lo peor no fue verlo, sino escucharlo. Los gritos que invadían la habitación me causaban escalofríos siniestros y acompañados de la risa frenética de Yohan… No tenía descripción alguna. Al tercer día, al atardecer, los cuatro restantes estaban pálidos y sin fuerzas, inclusive Esaú, quien había perdido por completo la cordura y solo se la pasaba murmurando para sí mismo. Yohan me estaba alimentando bien, pero a los demás no les había dado absolutamente nada, a tal punto que Cecilia se había desmayado un par de veces. Todos nos encontrábamos en pleno silencio. Ya no había nadie que quisiera comentar algo. Para este punto, Yohan solo miraba a través del cristal. —Bien, creo que es hora de que coman algo—. Rompió el silencio abrumador, y esta vez solo vasto con este comentario para hacer temblar a todos y cada uno de ellos. Inclusive a mí. Se dirigió al cuarto donde se encontraba Selena. —Hola pequeña amiga—. La mira con una sonrisa burlona. —No te tengo miedo. Yohan se burló ante el comentario. —Oh, no, no. No me malentiendas querida. Lo que quiero es que sientas dolor, no miedo. —Yohan, ¿de verdad piensas que no pagaras por esto?—. Selena lo reto al instante, como si eso fuera a salvarla. —Y tú, ¿crees que te salvaras de esto?—le devolvió la misma pregunta pero de una manera tan irónica. Yohan solo tomo un cuchillo y entro a la habitación. Comenzó a desprenderle la piel de manera lenta, Selena se resistió demasiado, solía asistir a clases de Boxeo, por lo que pensó que tendría una oportunidad de ganarle. Pero no fue así, no tuvo ni siquiera el 1% de probabilidad de ganar. Y todos los que quedábamos en la habitación lo único que podíamos hacer era escuchar los gritos de dolor provenientes de Selena mezclada con la risa de Yohan. No había nada más. Yohan, luego de terminar su “trabajo”, tomo la piel y se dirigió al primer lado de la habitación, lo que vieron mis ojos me puso la mente en blanco, cocinaba la piel de manera tan entusiasmada que se le veía feliz, como si lo que estuviera preparando no fuera piel humana. Hizo un platillo de manera sofisticada y comió sin dudar, estaba satisfecho de lo que había hecho, eso me quedaba claro. Creí que me obligaría a comer eso, que olía aterradoramente bien, pero no lo hizo. Sirvió otros tres platos en grandes porciones y se los dio a Esaú, Cecilia y Robert. —Coman—ordenó. Los tres se quedaron quietos y ni siquiera se acercaron al platillo. —Todavía no pienso matarlos, así necesito que coman—. Sus palabras invadían la habitación y se expandía casi como un eco. —No pienso tragarme tu estúpida comida, prefiero morir de hambre—contesto Cecilia. —Oh, qué crees—.Yohan volvió a responder con ironía y sarcasmo—No te di esa opción mi querida Ceci. Yo dije “CO-ME”. Pude ver que Cecilia se puso nerviosa, pues empalideció mucho más. Yohan no logro hacer que comieran su platillo, por lo que decidió recurrir a un método poco convencional. — ¿No quieres comer?—.Yohan corto un pedazo de la pierna de Selena y se la metió en la boca a la fuerza a Cecilia. Cecilia lo vomito de inmediato y no la culpo, yo también estaba llegando a mi límite. No sé por cuánto tiempo más soportará mi estómago. — ¿Alguno de ustedes tiene otra objeción con mi comida?—. Hablo de manera aterradora. Y esta vez probaron la comida. Al darle el primer bocado, enloquecieron por completo, comenzaron a comer como animales hambrientos. La comida desprendía un aroma delicioso para ser carne humana. Ninguno lo sospecho, y tampoco preguntaron qué era lo que estaban comiendo. Yohan, se mostraba indiferente, solo los observaba sin decir una palabra. Eso me daba escalofríos. Comieron tranquilamente, disfrutaron cada parte del platillo. Yo por el contrario, sentía como mi cuerpo se debilitaba y mi estómago cedía para dejar salir lo poco que tenía dentro. Creo que cuando estaba por salir, me lo trague. Mi miedo hacia Yohan es mucho más grande que ver cualquier otra cosa. Cuando todos terminaron, Yohan quien estaba tan tranquilo, rompió el silencio. — ¿Disfrutaron de la comida? Nadie contesto. —A mí también me gusto saborear la carne de Selena—. Soltó de golpe y todos pusieron una expresión de sorpresa e impacto. Yohan soltó una carcajada y agregó—Es broma. Me alegra que lo hayan disfrutado, por qué ese fue su último festín. No dijo nada más y se fue. Dejándolos ahí, en esas habitaciones donde lo único que te espera es la muerte segura. Yohan entro nuevamente a la habitación con una mesa armable, la cual tenía varias esposas, una en cada extremo. Pero, justo en medio tenía una sierra eléctrica. Eso no pintaba nada bien. Cedo a los tres, pude ver que cuando se quedaron inconscientes A Cecilia la colocó en la cama, ato sus extremidades en cada una de las esposas que tenía esa mesa. A Esaú lo ato en una silla, igualmente las manos y los tobillos, por último, Robert, lo amarro igual que a Cecilia. Cuando los tres despertaron, entraron en pánico, no sabían que hacer, Cecilia comenzó a forcejar para librarse, pero no lo logro. Yohan, estaba tranquilo, sentado frente a ellos, estuvo sin hacer nada por al menos 30 minutos, hasta que rompió el silencio. —Veo que están muy energéticos, entonces, les gustara lo que tengo para ustedes. Se acerca a Cecilia con una gran sonrisa en el rostro. —Yohan, sé que hicimos mal, pero déjame compensarte, por favor. — Ella estaba asustada, sudando y casi llorando. — ¿No quieres grabar un video conmigo pequeña Ceci? Y yo que pensaba que te gustaba la cámara. Yohan saco una cámara y la acerco a su rostro. — ¡Muy bien! Empecemos — la sierra eléctrica que estaba en medio de la mesa estaba justo apuntando a la entrepierna de Cecilia. — ¿Qué vas a hacer Yohan? — su voz era temblorosa, de verdad tenía miedo, yo me quede paralizado, no podía moverme, solo quedaba esperar a que esto terminara. Yohan encendió la sierra eléctrica y tan pronto como el sonido se hizo presente esta comenzó a avanzar hacia Cecilia, ella solo forcejaba y se sacudía, la sierra estaba tan cerca de ella que hasta yo me sentía nervioso. — ¿Qué? ¿Acaso no les parece divertido?, a mí me está gustando demasiado hacer esto con ustedes. — El tono resuena con un toque burlón y divertido. Los ojos de Yohan solo mostraban excitación, placer, diversión… Mientras tanto, podía ver a Cecilia, sudando y forcejeando con todas sus fuerzas. Robert y Esaú también estaban intentando librarse, pero ninguno lo conseguía. —Yohan, suéltame por favor. Te juro que jamás te volveré a molestar, borrare todos los videos sobre ti, te juro que nunca volverás a verme, pero por favor, no me hagas esto. Cecilia no soporto más la desesperación y comenzó a llorar. —90. Yohan hizo una pausa, su rostro se tornó serio. —Son 90 videos de mí, sin incluir la de los demás estudiantes. Cada uno con diferente durabilidad. Tienes razón, hare algo especial para ti. Apaga la sierra eléctrica y se dirige a la pequeña pantalla que había debajo de esta, las cuchillas se detuvieron justo antes de tocar su entrepierna. El llanto de Cecilia invadía toda la habitación incluida de algunos quejidos de Esaú y Robert. Cuando término de programar a sierra eléctrica, se coloco al lado de Cecilia. —Ceci, tal como lo solicitaste, ahora me has dado un motivo. Dime, ¿vas a cambiar a partir de ahora? —Si, si, te prometo que cambiare de ahora en adelante, no le diré a nadie, por favor, solo quiero irme a casa. Su voz era tan temblorosa que algo dentro de mi me decía que tenia que hacer algo para que Yohan ya no siguiera con esta locura, ¿Pero mi cuerpo no respondía, estaba completamente helado y me sentía mareado. Yohan se acerco a Cecilia, la miro y sonrió. —NO –TE – CREO. Encendio de nuevo la sierra, pero esta vez iba mucho más lento que cuando la había encendido por primera vez. —¿YOHAN?, ¡NO, YOHAN POR FAVOR! ¡NOOOOOO! Fue lo ultimo que escuche, no lo soporte, mi cabeza comenzó a dar vueltas y mis piernas me fallaron, creo que cai. Lo ultimo que recuerdo es la penetrante mirada de Yohan hacia mi. … Cuando recobre mis sentidos, estaba en la cama, acababa de despertar, pero me seguía sintiendo algo torpe. Mire a mi alrededor y Yohan estaba dentro de la Jaula conmigo. —Para ser tan vulnerable haz soportado mucho. Guardó un breve silencio para evaluarme con la mirada. —No quería molestarte, asi que espere a que te despertaras, te perdiste de lo mejor. — sonrió. Mire atrás de mi, hacia donde estaban los demás. Pero me arrepentí de haberlo hecho, en la camilla, estaba Cecilia, partida a la mitad, Robert y Esaú seguían atados, pero tenían la boca tapada. —¿Te gusta?, la hubieras escuchado gritar. Saco unas gomitas y comenzó a comerlas aun manteniendo su retorcida sonrisa. —No considere la posibilidad de que te desmayaras, pero me temo que nunca viste algo parecido. Lo bueno es que ya estas despierto para que puedas ver a los otros dos. Estaba asustado, sentía que mi cuerpo ya no tenia fuerza alguna, mi cabeza daba vueltas y mis manos temblaban. No estoy seguro si fue mi estado físico, pero pude ver como claramente torturo a Esaú, con una motosierra, lentamente, primero sus piernas, después sus brazos, por último su cabeza. Con Robert se tomo su tiempo, pieza, por pieza, lo destazó, hasta no quedar nada más que trozos de carne por toda la habitación. Mis ojos se desenfocan por partes, solo podía escuchar sus gritos, como su fuera un sueño, o mejor dicho, una pesadilla.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR