—Pero entonces ¿sabes dónde terminé? ¿Cómo lo supiste?— Yo pregunté.
Hizo una pausa, pensándolo bien mientras miraba hacia Pollux. —Fue cuando murió la madre del Alfa—.
Fruncí el ceño. —¿Hace tantos años?—
—Sí. Viajábamos a través de una manada en busca de recursos—. Ella asintió. —Me sentí abrumado por una visión de guerra, de manadas siendo derribados por un gran enemigo. Fue tan repentino, como lo fueron muchas de mis visiones; sabía que iba a suceder ese día. Así que reuní todo lo que necesitaba y me teletransporté . —Nosotros tres a la manada de Titán Alfa. En ese momento, por supuesto, su padre era Alfa—.
—Vinimos a advertirles, pero los lobos patrulleros no confiaban en nosotros. El viejo Alfa era un hombre muy estricto y cruel. No aceptaba forasteros y era muy duro con su hijo—
