Una semana después de que Adhalpe al fin le dijera a Ciro acerca de su condición, este volvió al complejo hospitalario.
No le habló a Adhalpe, actuó como que este no existía, tanto Adhalpe como Ciro, tenían a un par de enfermeras como sus asistentes.
Ciro quien se sentía utilizado vilmente por Adhalpe, empezó a tantear a su bella enfermera asistente haber si lograba seducirla y así empezó su plan, la enfermera era muy joven e ingenua, creía que Ciro de verdad estaba atraído a ella.
En cambio Adhalpe, no se mezcló con su asistente, siempre el trabajo era profesional y se trataba meramente trabajo y ya.
Después que terminaba la labor, Adhalpe se marchaba a su residencia. Por supuesto él ya no se sentía bien a como antes, pero era claro, Ciro era un hombre y él nunca antes había pensado siquiera en tener algo que ver sentimentalmente con otro de su mismo género, así que Ciro había descartado por completo a Adhalpe de su mente.
Sin embargo en la vida escasa de amor de Adhalpe era otra la historia, él no quería para olvidar a Ciro, es más soñaba con ese beso, lo anhelaba repetirlo.
Tanto así que en el almuerzo del día siguiente, las dos asistentes fueron juntas a comer y quedará Ciro todavía en el consultorio, Adhalpe entró y lo miró agachado, él se abalanzó sobre él y Ciro se asustó mucho, pero no podía la manera tan irresistible como sintiera al contacto con Adhalpe.
Se besaron otra vez, está vez su beso fue prolongado, subía de tono y bajaba, al final, Ciro dijo:
—Besas bien. Cuando cierras los ojos olvidó Incluso que eres un macho con pelotas, pero lo cierto es que eres un huevón como yo y no quiero que esto vuelva a pasar.
—No quiero que me busques —dicho esto lo dejó ahí y salió del consultorio, al salir de ahí tenía el corazón martillándose en el pecho.
En cambio Adhalpe solo cerró los ojos y pensó que el Amor era muy cruel, demasiado cruel y que nadie se decidía a quién amar, solo ocurría y ya y eso no implicaba a quien o de que género o r**a, cultura debía hacerlo.
Sintiéndose frustrado y desilusionado se levantó y salió de ahí.
Al terminar de comer Adhalpe quien había visto al doctor Ciro estar coqueteando con una mujer, tan solo se volteó y le dió la espalda.
Estaba tratando de masticar la comida porque para Adhalpe la comida parecía piedra o hiel, en eso escuchó la voz suave y encantador de una mujer.
—¿Puedo sentarme en esta mesa contigo? —Adhalpe levantó la mirada y vió a una hermosa mujer alta, delgada de piernas largas, se notaba aunque llevará una gabardina blanca.
—Si, supongo que puedes hacerlo —dijo Adhalpe, señalando el asiento.
—Soy del área de cirugía —dijo la chica poniendo su bandeja y mirando directo a Adhalpe.
—Y yo soy de Ginecología, para aclarar soy un hombre —la chica lo miró con ojos inquisidores y dijo entre risita.
—Mi nombre es Aurora, lo de aclarar tu género es porque te confunden con ser chica? —Adhalpe se asombró y dijo:
Así es, ¿Cómo es que sabes eso? —jajaja se rió Aurora y dijo:
Tengo un hermano así como tú, al pobre siempre le dicen que tiene mejor cutis que yo, mejor cuerpo femenino que yo y cosas así, así que si, de algún modo cuando te ví, me acordé de mi hermano y vine aquí a hacerte compañía —dijo Aurora.
Pegando el mordisco a su sandwich, Adhalpe la vió y vió que tenía salsa en las comisuras, rápido tomó la servilleta y le limpió su boca.
De alguna manera ellos se habían conectado, desde una distancia prudente, Ciro veía la interacción y se sintió extremadamente celoso, airado y muy iracundo.
Aurora siguió comiendo y Adhalpe también, se sentían como si fueran grandes amigos de siempre y se agradaban mutuamente, de ese día en adelante, Adhalpe ya no comió solo.
Tampoco le prestaba atención a Ciro, parecía que Ciro fuera ya error de tiempo pasado, agradecía Adhalpe acerca de la existencia de Aurora, ella lo divertía mucho, así pasaron tres meses mas.
Aunque la vida de Ciro se había convertido en un infierno, se acostaba con las mujeres, las besaba, pero no sentía esa sabrosura que sintió con él, es mas haciéndolo con las mujeres, sentía que necesitaba estar con Adhalpe, no dejaba de pensar en él.
Pero Ciro cada dia veía a Adhalpe con Aurora, incluso quiso enamorar a Aurora, pero esta no cayó en sus redes, empezó a odiar a Aurora, hasta que no soportó mas.
Esperó a Adhalpe afuera de la salida, había acabado su turno, quería solo verlo, pero cuando vió que Aurora salió con el y abrazados, Ciro perdió la cordura.
Era un momento terrible, pues Ciro ni él mismo entendía como es que se sentía así por otro hombre, sentía celos por él.
Al irse Aurora después de un largo beso con Adhalpe y ver que él había estado disfrutando besarlo, Ciro esperó a que quedaran totalmente solos, se acercó con sigilo y le dijo:
—Asi que ahora osas besar así a otra persona —Adhalpe se asustó, pero no mostró indicios, solo ignoró a Ciro, y trató de irse, Ciro quiso impedirlo y entraron a un forcejeo sin control.
Adhalpe sabía que Ciro era irresponsable, andaba con tantas mujeres irresponsablemente, además que él analizando la situación, no quería darse a usar su puerta trasera a nadie, y encima de todo eso, le gustaba realmente Aurora.
Cuando se forcejearon y quedaron pegados uno.con el otro, Ciro sentía como la adrenalina le llenaba todo su cuerpo, mientras que Adhalpe sentía las ganas de sucumbir a toda la ansiedad que sentía en su cuerpo.
Pero igual, su intención no era caer con alguien que no valía la pena, Adhalpe se liberó de Ciro y le advirtió a que no volviera a intentar acercarse a él ni hacerle una escena de este tipo.
Al irse Adhalpe a su casa, Ciro se montó en su vehículo y sin querer terminó en el edificio de apartamentos en el que vivía Adhalpe, subió las escaleras y cuando quedó de frente a su apartamento, no le dió el tiempo de correrse, llegó Adalphe, al ver a Ciro, le dijo:
—¿Que haces aquí?
—Estoy aquí por ti, no ves, me vuelves loco ...
Adhalpe le dijo:
—Acabemos con esto, esto ya no tiene sentido para mí, voy a tener una vida con Aurora y no quiero que sigas molestando mi vida.
Ciro se sintió muy enojado con el hombre, tanto que quiso incluso golpearlo, pero Adhalpe le dió un puñetazo certero, lo hizo caer redondo al piso y no poder levantarse, Adhalpe más bien tuvo que meterlo a su apartamento para darle ayuda, así Ciro entró a la intimidad del hogar del hombre que lo traía loco desde hacía ya un tiempo.
Una vez solos, Adhalpe trajo un kit de primeros auxilios, quería curar el golpe certero que le dió y así dejar que se fuera, no sabía que Ciro estaba planeando quedarse ahí con él.
—Ya estás curado, ¿te puedes ir?
—Te urge que me vaya?
—Si, tengo un compromiso que cumplír —dijo tratando de espantar los demonios de su cabeza.
Y es que al verlo así acostado en el sofá de su cama, se estaba volviendo loco lanzarse encima y hacer el takataka.
—¿Irás con ella? Con esa flaquetosa, la voy a desgreñar, ya lo verás —Adhalpe lo miró con enojo,e dijo en son de estár harto de sus niñerías.
—¡Basta, basta! Deja de actuar como un niño o un pelele, quiero que me dejes intentar vivir mi vida normal.
—Y... ¿que es normal para ti ah? —clamó Ciro.
—El hecho de que a mí me crean un macho porque arraso con cuanta mujer hermosa veo, no me hace sentir más hombre, creo que un verdadero hombre no hace lo que he venido haciendo.
—Lo que me pasa contigo, rebasa mi lógica, la crianza que me dieron mis padres, ellos no me vinieron a dar un manual de como encontrar la pareja perfecta, o quizás yo estoy infectado de algo malo, pero sé algo Adhalpe, y no sé si me estoy equivocando o no, pero después de estar con cada mujer, me siento mas solo y vacío todavía, y contigo eso cambia, es totalmente diferente, lo juro.
—¿Que es lo diferente dime?
—Contigo me siento cómodo, incluso soy yo mismo, ya no trato de aparentar, de aprovecharme de como lo hago de las tontas que se comportan algunas mujeres cuando se fijan en un hombre como yo.
—¿Y que tipo de hombre eres, según tú? —le pregunta Adhalpe.
—Bueno —dice Ciro con todo el ego arriba.
—Soy guapo, tengo una estatura envidiable, las mujeres aman la altura de un hombre, yo entro en ese standards de medida de lo que a ellas les gustan,mido seis pies, mira mis bíceps, mis músculos, son de infarto —alega elogiándose por su cuenta.
—Si que eres más superficial de lo que creí —lanza su dardo el hombre con rostro delicado y facciones hermosas.
—Para considerarte un buen prospecto, deberían fijarse en tu manera de ser, en tus actos, no se que te ven esas mujeres tontas.
—Bah, deja de estar celoso de ellas, a ellas no las amo —dice el degenerado hombre, porque es un hombre que carece de moral o empatía, solo es san vengue y ya, todo para su molino.
—¿Celoso yo? No me conoces, si te estoy soportando es porque soy tolerante.
—No, mi chiquito, ven, vamos a probar el elixir prohibido —invita Ciro otra vez al hombre delante de él.
—Veo de que ya estás bien, te puedes largar ahora.
—¿Qué?Ahora te lo digo yo, basta de negarte a ti mismo lo que sientes, acepta que eres gay.
—Mira, si algo no sabes es que no me conoces lo suficiente, soy un hombre con suficiente autocontrol, y siempre analizo mis actos, los pro y contra de mis reacciones y decisiones, contigo no llegaría a nada, así que una vez sabiendo eso, no veo por qué arriesgarme a tener una relación de este tipo con alguien tan inestable como tú.
—¿Me crees mala influencia?
—Por supuesto —inquirió Adhalpe.
—Te equivocas de nuevo.
—Sea conmigo o con otro hombre, sucumbirás ante esto que sentimos —Adhalpe puso sus ojos en blanco, dijo enojado.
—Es que no entiendes, sea con una mujer o con un hombre, no es de todos que me he sentido atraído, solo me he sentido así con Aurora y contigo, pero para poner en una báscula, a ella y a ti, me sé de sobra quién es quien más me conviene, y ese no eres tú.
—Vuelves a nombrar a esa ramera —dijo Ciro muy enojado.
Empezó a tratar de doblegar a Adhalpe, pero éste se puso a darle defensa, lo que Ciro quería era ponerlo bajo de él y tratar de besarlo a la fuerza, sin embargo no previó que ambos eran hombres y ámbos tenían fuerza de sobre manera.
Ámbos hombres quedaron extremadamente cansados en el piso de la sala, enseguida empezó a sonar el teléfono de Adhalpe, Ciro le dijo.
—Por favor, no respondas.
—No puedo hacer eso, es Aurora, mi Novia —al oírle decir "mi novia" se enfadó mas el hombre, se volteó y se subió sobre Adhalpe, lo trató de besar.
Adhalpe se dejó, pero le mordió en el labio inferior, le dijo.
—Toma esto, para que no vuelvas a tratar de forzarme a nada, yo jamás voy a abrirte mi puerta trasera, no lo haré en ningún caso —discutió Adhalpe.
Pero quien sorprendiera realmente al mismo Adhalpe, fue el propio Ciro, quien dijo.
—Yo me dejaré usar mi puerta, ven hagámoslo ahora mismo.