Por el contrario, para el subjefe Pumpo, el silencio del Monstruo corroboraba la idea del grupúsculo demoniaco asesino por razones rituales y que tenía un gran interés, como todas las comunidades satánicas, por mantenerse en la sombra. Para el comisario Sordi, podía considerarse la hipótesis de un homicida colectivo, porque el hecho de ser más de uno habría facilitado la ejecución de los homicidios, pero no debía tratarse obligatoriamente de muchas personas, ni necesariamente de un entorno demoniaco: según él, podría tratarse por el contrario de uno de esos casos profanos que los criminólogos llamaban de magister-alumnus, es decir, una pareja de asesinos en serie compuesta por una persona que ideaba los homicidios y su puesta en práctica y un alumno aprendiz y ejecutor o coejecutor. Vitt

