🥃 ~VIKTOR DRAYTON~ 🥃 Arrastro una de las sillas hacia atrás y me siento, más cerca de Ailén de lo que quizá debería. El olor de su perfume inunda mis fosas nasales como algo que me embriaga y envicia: huele a flores. Desearía enterrar mi nariz en su cuello y aspirar ese olor hasta embriagarme. Niego mentalemente, obligándome a empujar ese pensamiento lejos de mi cabeza, y cruzo una pierna sobre la otra, apoyando el codo de mi brazo izquierdo en el reposabrazos de la silla. —¿Y qué tal han dormido? ¿Han descansado? —Miro a una y a otro, pero no puedo evitar que mi mirada se detenga más tiempo en Ailén. Su aspecto ha mejorado muchísimo. Ya no está tan pálida, de hecho, sus mejillas han tomado algo de rubor, y las ojeras bajo su rostro han disminuido un poco. Sus ojos también han tomado u

