0—Narra Jared—0
Hoy habíamos quedado en realizar una entrega y como era importante y yo no conocía del todo a los compradores si eran de fiar o no, decidimos ir nosotros mismos por las dudas.
Al llegar la sorpresa de seguro fue evidente tanto en mi como en Francisco al ver que quien estaba esperándonos era nada más y nada menos que Leonardo Orson. Hijo de Edgar Orson. Socio de nuestra familia desde hace más de diez años.
Hace mucho tiempo fue que Edgar Orson fue a Rusia y desde entonces ha estado haciendo negocios con Luka.
Razón por la que hace mucho conocí a Leonardo, sin embargo, no habíamos compartido más de las palabras justas y a secas en una que otra visita que hizo junto a su padre la que era mi casa.
Hace cuatro semanas atrás habíamos llegado a Miami con Francisco y su familia. Ya que tanto mi padre como mi madre y hermana Grace de diecinueve años casi veinte se han quedado en Rusia. Y quien nos recibió en el aeropuerto fue Edgar.
Por lo que ahora estoy en su ciudad.
O mejor dicho, en la ciudad donde muchos quieren tener el puesto de líder, pero nadie ha logrado que los Collins se vayan definitivamente.
Por lo que al único apellido que más respetan es a los Collins.
Pero por lo que sé, habían logrado que ellos se fueran o huyeran de los que intentaron agarrarlos en realidad.
Todos quedamos demasiado impactados al saber que los Collins desaparecieron de un día para otro de Miami.
Estaba al tanto a decir verdad.
No del todo, pero si lo suficiente.
Debo decir que esa familia ha tenido muchos problemas pero es lo único que saben todos.
Nadie externo a la familia Collins sabe lo que realmente pasó hace unos años en casa de Erick Collins, ni quien fue el responsable del incendio. Probablemente el único que sepa de aquello es mi padre.
Nunca le di importancia tampoco, pero ahora la cosa cambia.
Me interesa saber un poco más sobre esa familia y no precisamente porque seremos socios.
Más bien por la chica que o tiene el mismo apellido por coincidencia y alcance o es familia de Erick. Y eso respondería mis dudas sobre su amistad tan unida con Leonardo.
La misma chica que se encontraba hace unos minutos atrás a menos de dos metros mirándome fijamente como lo estoy haciendo yo en este momento a la espera de que salga del cuarto. Donde la perdí de vista.
Cuando pregunté si eran esposos, no pude evitarlo.
Y rogaba porque dijeran que no, aunque Leo dijo que eran Collins los dos, supuse que sí, más los anillos, solo tenía una leve ¿Esperanza?, no sé qué diablos digo ya, luego ella dijo que no, que era su hermano.
Fue como que me alegró escucharlo. Tuve que quitar mi sonrisa al ver la cara de Fran como si hubiera descubierto lo mejor de la noche.
Ya luego nos sentamos y empezamos a hablar o mejor dicho comenzaron a hablar.
Durante una media hora fingí prestar atención ya que solo la veía a ella.
Se veía muy natural y sonriente, luego se percató de que la miraba y nos mantuvimos así creo que varios minutos hasta que Valentina le dió un codazo por lo bajo y despegó la mirada de mí.
Cuando dijo que la llamaba un tal Lander, solo lo maldecía mentalmente por qué si no hubiera llamado tal vez me hubiera animado a hablarle.
—Ei Bro ¿Todo bien? — pregunta Fran por lo bajo.
—Sí, no pasa nada — respondo seco — Voy al baño, ahora vuelvo — le digo al ponerme de pie y sin esperar respuesta caminó hacia la puerta donde entró la castaña ya que ahí está el baño también.
Al abrir la puerta la busco de inmediato.
Me quedo quieto observándola medio sentada y acostada sobre la cama con un cojín en sus brazos y con su sonrisa puesta.
Al darse cuenta de mi presencia, levanta su mirada y me sonríe más abiertamente, sin embargo, me mantengo serio.
Ignoro ahora su presencia para dirigirme al baño.
Cuando iba a salir la escucho despedirse del tipo, así que aprovecho el momento de que no hay nadie más para hablar con ella.
Salgo lo más normal y la veo aun sentada en la cama.
—¿Jared, no? — pregunta sonriendo.
—Así es preciosa, así me llamo.. Pero soy más conocido por J— le respondo con algo de altanería y egocentrismo.
—Aja ya — Silencio de su parte como si pensara — Y ¿Por qué tienes una letra de apodo? — pregunta mirándome con sus curiosos ojos casi azules.
Da unas palmadas en la cama para que me acerque a ella, por lo que sin esperar a que lo vuelva a hacer, doy un par de pasos hasta llegar junto a ella y sentarme sin despegar mi mirada de sus ojos.
—Porque así soy conocido por todos, así me llaman dentro de la mafia — le cuento lo más natural como si estuviera hablando del tiempo, sin embargo, ella abre los ojos con sorpresa — Tranquila que no te are nada — agrego con una sonrisa antes de que se altere.
—No es eso. Lo que pasa es que no creí que tú… — titubea en busca de palabras — Lo fueras — traga en seco mirando hacia otro lado diciendo cosas por lo bajo en otro idioma que no logro entender.
—Ei — llamo su atención agarrándola del mentón — Porque lo dices como si fuera, no lo sé ¿Decepcionante? — le pregunto un poco intrigado.
—No nada de eso — niega — Es que solo me tomó por sorpresa. No me lo imagine tan así y mucho menos que tú.. Bueno que tú eras el J de la mafia de Luka. Más conocido como el hijo de Héctor James — (así que si me conoce, interesante), pienso sonriendo para mis adentros.
—¿Cómo sabes que soy familiar de ellos así tan rápido? — inquiero algo paranoico.
—Por tu acento Ruso y porque Leo nos había dicho que habían llegado sus socios de Rusia hace unas semanas —
—¿Tanta confianza les tiene a ustedes que les cuenta todo? — le pregunto impactado por lo que acaba de decir.
—Claro que no — responde con seriedad — No le digas nada, ya que cuando sepas quien soy — se acerca un poco más en forma de confidencialidad — Habrás deseado no abrir tu boca — susurra. Me tenso sin evitarlo y solo me quedo viendo como se pone de pie y se baja su vestido que se había levantado un poco.
—¿A qué te refieres con eso? — le pregunto levantándome y poniéndome como obstáculo para que no se vaya.
—A que tu y yo estamos en el mismo nivel guapo — responde sonriente.
—Veo que tú me conoces a mí, sin embargo, yo a ti no por lo visto —
—Soy Abril Collins como escuchaste a Leo al presentarnos — dice sin dirigir su mirada a mi.
Lo que hace que me moleste al creer que oculta algo bastante gordo.
—Sabes — me quedo en silencio sin obtener su mirada — Cuando hablo con una persona, lo que más odio es que no me miren cuando me hablan — le digo en un tono bastante normal para mí pero demasiado serio para los que no me conocen del todo.
Y si logre mi cometido. Su mirada perdió el brillo, por lo que me aclaró la garganta un poco — A lo que voy es que quiero sabes quién eres realmente y no me moveré de aquí hasta que me lo aclares — le advierto tratando de no sonar tan frío, tono neutro…
0—Narra abril—0
Cuando dijo que quería saber más de mí, sentí eso extraño en mi estómago que se siente cuando alguien te llama la atención apenas lo ves y escuchar de esa persona, la cual hace unos minutos acabas de conocer quiera saber de ti, es extraño, pero agradable. Pero no le diré quién soy, luego lo va a descubrir por su propia cuenta o tal vez ya lo sabe y solo quiere ser cortés.
—Ya sabes mi nombre. Tengo veintitrés años y estudié administración. Has conocido a mi hermano, no hay mucho — digo sin darle mayor interés a mi vida junto a una encogida de hombros y tratando de no desviar la mirada.
Una de las razones por las que me alivie con la llamada no esperada de Lander, fue que aunque no desvié la mirada de sus ojos en todo ese rato, me sentía un tanto intimidada por él.
Y esto solo me pasa con mi padre, pero ahora algo extraño está ocurriendo.
—Por lo visto no quieres contar mucho. Pero lo voy a descubrir preciosa de eso no tengas dudas —
—Tienes razón Jared — asiento de acuerdo — Además no te conozco tampoco.. En persona — agrego tras su silencio — Y no sé realmente quién eres a decir verdad — le digo recordando las palabras de mi padre esta mañana.
—Pero si me conoces muy bien. No hay mucho — repite lo que dije con una intensidad en su mirada que sorprende la verdad.
—Tienes razón — concuerdo procesando sus palabras — Te conozco.. Tu fachada por fuera, claro. El que mata, él que no le importa si había una familia dentro de la casa que mandas a quemar o explotar cuando te deben dinero. Él que tiene un corazón n***o y podrido y que solo juega con todas las mujeres que pasan por sus ojos, etcétera y etcétera — me burlo con todo el sarcasmo enumerando al ver que cada vez su ceño más fruncido — Eso todos lo saben, sin embargo, sé que son pocos los que te conoces de verdad y como eres realmente y puedo apostar a que con los únicos que demuestras afecto son con tu familia y lo más seguro que con ese chico de afuera. Solo ellos — finalizo mi teoría mirándolo directamente a sus ojos y viendo que le di justo en el clavo porque esta vez es él quien desvía la mirada — ¿Me equivoco? — le pregunto sonriente ante mi victoria tras recibir un suspiro de su parte.
—Tal vez — responde cambiando drásticamente a un chico que al verlo te dan ganas de alejarte de él, sin embargo, yo soy Abril Collins la chica que en vez de huir del peligro se tira al pozo sin importarle que tan peligrosa sea la caída.
Es un chico mayor que yo, eso lo puedo notar, diría que debe de tener unos veinticinco o veintiséis y da la impresión de chico malote tanto por sus tatuajes como por su mirada fría y sombría que tiene justo ahora.
Yo tratando de quitarle importancia me aclaro la garganta y doy paso hacia atrás para mantener la distancia.
—Creo que no te ha gustado que te descubra, así que para que no quieras matarme voy con los chicos. Deben de estar preguntando por nosotros — le digo viendo la puerta y la verdad es que eso es lo más seguro, pero conozco lo suficientemente a las chicas para pensar que ellas han intervenido para que nadie entre.
Jared da un paso hacia adelante y yo tengo que mirar de nuevo hacia arriba ya que es más alto que yo, bastante más alto.
—Tienes razón Abril — ronronea acercándose peligrosamente a mí.
—Así es — concuerdo pasando por su lado rápidamente para caminar hacia la puerta y alejarme de él — ¿Te quedarás ahí parado o vienes conmigo? — le pregunto con una sonrisa bastante tensa.
—Voy — responde luego de unos segundos volviendo a poner una de sus sonrisas coquetas — Deja de babosear por mí, sé que soy irresistible nena — alardea.
Bien, me ha pillado.
Pero hay que seguirle el juego ¿No?
Por lo que caminó lentamente hacia él.
Haciendo que su mirada interrogante examine mis pasos e intenciones de mi acercamiento.
—En eso tienes mucha razón Jar — le acorto su nombre mientras coloco mis manos en su pecho y las subo con lentitud — Eres un hombre muy atractivo y no tengo razones para negarlo — subo mis manos hasta rodear su cuello e impulsarme hasta que mis labios queden casi pegados a su oreja izquierda — Sé aprovechar lo que me encuentro — susurro aspirando su aroma. Mientras siento cómo su cuerpo se pone tenso.
Seguido de eso me separo unos centímetros para acercar mis labios a la comisura de los suyos solo para provocarlo.
Luego de dejarle un sonoro beso me vuelvo a poner bien sobre mis pies y saco mis manos sobre él, con mi sonrisa más amplia al ver que no se lo esperaba.
Logrando mi cometido doy media vuelta y me encamino de nuevo hacia la puerta. Al tomar el picaporte la abro, la dejo semi abierta para mirarlo de reojo — Nos esperan — le recuerdo viendo como sus ojos me observan cómo si buscara algo en mis expresiones.
Dándole una sonrisa altanera volteo y salgo de la habitación.