Desperté en los brazos de Don, su cabeza estaba sobre mi hombro y dormía profundamente, sentía el calor de su aliento en la nuca. Mi gire a verlo, tan bello seductor que se veía, sacudí mi cabeza e intenté liberarme de su agarre, despertó, me vio como confundido, se estiro un poco y me sonrió. Estando los dos desnudos allí no éramos más que dos animales en celo, busco mi boca y lo recibí aferrándome a sus brazos, duros y fuertes brazos, su lengua ataco mi boca sin tregua, la sentía golpeando la mía, me entregue a ese beso y suspire. Se colocó encima de mí y acarició mis piernas, con su mano derecho magreo mi pecho y solté un gemido elevando la cabeza, abrí más mis piernas y él se acomodó con su m*****o erecto justo para entrar en mí, me embistió varias veces, fue rudo y muy básico, gemía

