—Sé que te encantó ese beso de anoche, y lo repetiré —dijo bastante cerca de mi cara.
Estaba nerviosa por esto, mi corazón latía rápidamente y muy en el fondo de mi alma si quería que me besé. Maldición. ¡No puedo estar queriendo eso! Jadeé del nerviosismo y ella se bajó.
—Mira cómo te pusiste, toda nerviosa por mi —se río. —Te encantó lo sé.
—¿A qué quieres llegar con esto? —Repliqué
—Solo busco divertirme, tus gestos son tan… únicos. Me divierto viéndolos —Dijo toda tranquila y yo aquí, tratando de regular mi respiración.
—Bueno, diviértete con otra persona, no soy de ese tipo de cosas —Bufé enojada. —Vamos, ven, no te enojes —Dijo tratando de mimarme acariciándome el pelo.
—Me tratas como si fuera tu pareja de toda la vida —Me reí.
—¿Quieres que sea así? —Me miró fijamente.
¡Agnes que carajos estas diciendo!
—Agnes deja tus pendejadas —La miré escéptica a lo que decía.
—Vale, vale, me calmo. —Dijo tranquila. —¿Practicamos nuestra conversación de inglés? Sería bueno, ya que estarás aquí un buen rato bajo la lluvia —Dijo mirando a la ventana.
—Está bien —Asentí.
Subí las escaleras a la par de ella y llegamos a su habitación. Ahí cada una tomamos los papeles y empezamos a leer. Solo eran dos páginas de puras conversaciones que parecían poemas más que nada. Agnes se acercó a mí y se acercó peligrosamente cerca de mis labios.
Oh no.
—Vamos, empieza tu —me susurró.
Ella se alejó y se retiró. Yo suspiré aliviada.
—Okay, empiezo. Quiero leer todo en español para luego practicarlo en ingles ¿Okay? —Propuse
—Como quieras —Se encogió de hombro. —Bien. —Dije nerviosa.
Empecé a leer.
«He llegado de remotas tierras para cumplir mi sueño americano, estoy rodeada de una gran selva de cemento y apenas puedo sobrevivir. Pero a lo lejos puedo ver la libertad. Y con ella la llegada del amor. Somos apenas desconocidos, andantes por la vida, pero estamos conectados más de lo que imaginamos, pero nuestras manos están atadas, nuestro destinos juntos es incierto, al igual que mi sueño. No sé si te tendré»
Agnes me miró y ella siguió leyendo.
«Sabes que quiero tenerte, no es un secreto que intente esconder. Sé que tú quieres tenerme, así que no sigas diciendo que nuestras manos están atadas. Pero el destino está tirando de ti a millas de distancia, y fuera de mi alcance. Pero estás aquí, en mi corazón, así que, ¿quién puede detenerme si decido que mi destino eres tú? Tu sueño es importante, pero, ya soy parte de tu mundo, eso no puedes echarlo para atrás»
Ella se acercó y prosiguió con su parte.
«¿Y qué si reescribimos las estrellas? Di que fuiste creada para ser mía, nada puede mantenernos separados. Tú eras a la que yo estaba destinado a encontrar, depende de ti, y depende de mí. Nadie puede decir lo que tenemos que ser, así que, ¿por qué no reescribimos las estrellas? Tal vez el mundo podría ser nuestro esta noche. Pero aún dudo, dudo de que estemos juntos, dudo sobre este amor imposible. Aunque puede ser que está cuestión sea fácil de responder»
Agnes se acercaba más a mí y no podía ponerme más nerviosa. Pero ahora tocaba mi turno y seguí hablando.
«Crees que es sencillo, crees que no quiero correr hacia ti. Soy de tierras lejanas y es mal visto que este contigo, según la sociedad. Hay montañas y hay puertas que no podemos atravesar. Sé que te estás preguntando por qué, porque somos capaces de estar solos tú y yo entre estas paredes, pero cuando salgamos, despertarás y verás que después de todo, era imposible estar juntos, aunque quiera estar contigo. Nadie puede reescribir las estrellas, ¿cómo puedes decir que serás mío? Todo nos mantiene separados, y no soy yo a la que se supone que debías encontrar. No depende de ti, no depende de mí. Cuando todo el mundo nos dice lo que podemos ser, ¿cómo podemos reescribir las estrellas? Dices que el mundo puede ser nuestro esta noche. Pero lo único que quiero es volar contigo, pero es tan… imposible.»
Nuestras palabras parecían tan en serio que por un momento me estaba creyendo todo… desperté de mi ensoñación y me recriminé por ello. Ella siguió con esta frase.
«Parece imposible. No es imposible. ¿Es imposible? Di que es posible. Aunque mis dudas están, tengo la esperanza de mantener lo nuestro.»
Yo seguí con esto.
«¿Cómo reescribimos las estrellas? Dices que fui hecha para ser tuya y que nada nos puede separar, porque eres tú a la que yo estaba destinada a encontrar. Entonces. Depende de ti, y depende de mí. Nadie puede decir lo que tenemos que ser, ¿por qué no reescribimos las estrellas? Cambiando el mundo para ser nuestro. Sabes que quiero tenerte, no es un secreto que intente esconder. Pero no puedo tenerte, estamos destinados a separarnos y mis manos están atadas.»
Después de leer las declaraciones ambas estábamos nerviosas, porque venía la parte del beso. Algo que no quería hacer porque estaba muy nerviosa, bastante. Es solo actuación, pero del modo que lo dijimos parecía tan… realista. Tengo miedo de que algo raro pase entre las dos.
Justo en ese momento debíamos de decir las palabras finales.
—Seamos el uno para el otro esta noche —dijo Agnes susurrando. —Tan solos en el amor, como si el mundo hubiera desaparecido. Oh, no me quedaré callado y no lo dejaré pasar.
—Pretendamos soñar con algo imposible —Terminé la frase. — me aferraré con fuerza hasta que llegue la última luz del día y brillaremos con fuerza hasta que la oscuridad lentamente se despeje. Oh, me aferraré a la última luz del día.
El ambiente estaba lo más tenso posible y mis nerviosos me delataban. Su boca estaba más cerca y yo no aguantaba. No es que no quería, es que no me acostumbro a la idea de que una mujer me bese. Justo en ese momento, mi celular sonó. Y di gracias porque me salvó la campana. Era mi mamá que llamaba.
—Hola mamá —dije con la voz más chillona de lo normal —¿qué pasa? Me despegue de Agnes y está me miró raro.
—Hola hija, mira que ya ha acampado, ¿cuánto tiempo durarás en casa de tu amiga? —dijo sería —necesito que me cuides la casa, tengo que salir a trabajar.
—Bueno, voy en unos minutos, solo déjame pedir un Uber y me dejas el dinero en la mesa —le propuse.
—Está bien, no te tardes. —dijo y colgó. Respiré hondo y Agnes una vez más me miró raro.
—¿Qué? —pregunté. —Siempre interrumpen en los mejores momentos. Bueno, ve a bañarte, puedo prestarte algo de ropa ya que la tuya está sucia —dijo en tono serio.
—¿O…Okay? —dije sorprendida por su radical cambio de humor.
No me cansaré de decir que tiene serios problemas de conducta. Pero ya pasó el susto del beso así que tranquilamente voy a la ducha y trato de relajarme en el baño. Después de la ducha, veo que agnes me ha dejado ropa en la habitación, pero no veo rastros de ella. Así que me visto rápidamente con estos jeans y sudadera marrón. Tomo mis cosas y bajo a la cocina, veo que se esta haciendo un cereal y voy a despedirme de ella. Agnes me mira con cierta tristeza y solo se limita a hablarme.
—¿Mañana vendrás a ensayar? —Dijo interesada.
—Pues sí, es miércoles y ya es para el lunes, así que no hay problemas. —Le sonreí y busqué mi celular para llamar a un Uber.
—No te preocupes —Ella me interrumpió —Ya pedí uno para ti.
—¿En serio? —La mire sorprendida.
—Si, estará en un minuto en la puerta, bueno, creo que ya llego —se encogió los hombros.
—Está bien, nos vemos —Dije incomoda porque no sabia como despedirme de ella.
Agnes solo me hizo el gesto de despedida y Sali de ahí. Y como dijo, el Uber me esperaba ahí. Me monté y ahí descansé un poco hasta llegar a casa.
Me puse a pensar en lo extraño que fue la noche y el día de hoy. Es que… agnes es un caso serio, un caso perdido. Aun no puedo creer lo loco de sus acciones, su extraño acercamiento de pronto hacia mí y lo rápido que me acostumbre a todo esto y en especial, sus ganas de besarme.
Creo que fui un poco cobarde al hacer esto, aunque yo en el fondo si quería, quería besarla. Ella me atrae. Pero no es una atracción de enamoramiento, es una atracción carnal que, en términos de psicología, esto se da común en las personas y estas creen que se enamoraron. Pero solo son deseos pendejos que tienen los humanos y punto.
Así como las ganas de coger a de un hombre desde que ve una mujer culona/tetona.
Pero no, no me quiero coger a agnes, quiero ser su amiga. Me está cayendo bien. Llegue a casa y mi mama me recibió con una sonrisa.
—¡Hola! Que bueno que llegas —dijo alegre, tomando su bolso. —Cuídame la casa, vendré antes de que vayas a tu curso —dijo saliendo.
—No iré hoy no te preocupes. —me reí.
—Esta bien, ahí te dejo a tu hermanita, has de comer si deseas —dijo señalándome la comida en la cocina.
—Esta bien mamá, cuídate —dije despidiéndome de ella.
Camine a mi habitación y ví que mi hermana estaba acostada ahí.
—Vale, necesito dormir, quédate viendo tele en mi habitación hasta que despierte ¿Esta bien? —dije tirándome a la cama.
—Oky Ly —dijo y tomo su Tablet para ponerse en una silla a ver caricaturas.
Y ahí estaba yo, debatiendo en sueños todo lo que paso hoy y una curiosa pregunta llegó a mi mente.
¿Seré yo lesbiana?
¿Por qué me está atrayendo Agnes?
¿Es normal todo esto?
Tengo miedo, miedo de que todo sea invento mío y todo fuera como dice ella, solo una diversión. Aunque… no puedo olvidar este ensayo de hoy. Fue muy intenso. Se sintió todo tan real, me preguntó si ella también había sentido lo mismo.
Ah, no le daré tanta mente a pendejadas.
Además ¿Por qué querría estar con Agnes? ¡Es bastante bipolar!
Dejó que mis sueños me arropen y por fin, pueda descansar, la condenada da buenas patadas durmiendo.
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«Sabes que quiero tenerte, no es un secreto que intente esconder. Pero no puedo tenerte, estamos destinados a separarnos y mis manos están atadas.»
Esa frase da bastantes vueltas a mi mente, que buen ensayo puso el profe y lo digo se manera sarcástica. No deje de soñar con Agnes y ahora, dos horas después, estaba mirando un zapato asoñada. Vale jugaba con mis pies.
Quiero quitarme la pesadez de encima, son apenas las dos de la tarde.
Veo que hay cosas que limpiar y me levanto, tomo mi celular y empiezo a cantar al ritmo de sungirl con vale, a ella también le encanta. Limpiamos todo y luego comemos la comida.
Después de esta limpieza descansamos y me doy cuenta que tengo un mensaje de Agnes. ¿Pero porque? ¿Qué pasa que me escribe tanto?
—Hola, Ly. Necesito que me digas como se cocinan los espaguetis dominicanos, ya que se me antojaron por un tutorial.
—Son fáciles —respondí —Solo hiérvalos con su sal y luego, procurando que no se peguen le haces su salsa y lo ligas todo y lo adornas con tostones y listo —me reí.
—¡No jodas Ly tu cocinas mejor! —dijo riéndose. —¿Me cocinaras mañana?
—Tendrás que empezarme a pagar, no soy chef —dije con varios emojis molestos.
—Ya se con que te voy a pagar —se río —con una foto de mi Onlyfans.
—¿Estás loca? —me reí.
—Nací así —y no me volvió a responder.
Esta es una amistad rarísima que he empezado. Pero me gusta. Soy masoquista. Estaba nerviosa por volverla a ver.